Bajó el blue, pero los otros dólares le ponen un piso
Cayó a $ 15,60 y rebotó a $ 15,75 por empuje del contado con liqui; las empresas lo usan para pagar importaciones del exterior.
El dólar paralelo se tomó ayer un respiro, pero la firmeza que muestran los tipos de cambio que se validan en las operaciones bursátiles realizadas para arbitrar monedas pone en duda la continuidad de este remanso, toda vez que son aquéllas las que, desde hace dos meses, impulsaron la escalada.
El precio de venta de la divisa para las negocios en negro retrocedió 20 centavos (o 1,25%), al caer de los $ 15,95 del cierre previo a los $ 15,75 de la clausura de ayer, tras haber llegado a perder hasta 35 centavos (tocó un mínimo intradiario de $ 15,60). Así, recortó su avance en lo que va del año a 57,5% y la brecha que lo separa del oficial (que había rebasado el 89% anteayer) bajó a 86%.
Esa reducción no fue mayor porque el BCRA insiste en mantener congelado el valor oficial del dólar en torno a $ 8,42 a nivel mayorista, lo que coloca al peso (aunque en una ficción) como la única moneda no fija que mejor resiste la tendencia a la revaluación que el dólar muestra contra el resto de las divisas del mundo desde hace varias semanas.
De hecho, ayer el euro se desmoronó a los niveles más bajos en casi dos años frente al dólar (cerró debajo de 1,275 dólares) y las divisas latinoamericanas se desvalorizaron hasta 1,9% (el real), con excepción del peso.
El rebote del paralelo, tras una apertura fuertemente bajista, no hizo más que copiar los que, de media tarde en adelante, volvieron a mostrar los precios del dólar fuga (o contado con liquidación) y el dólar Bolsa (cerraron a 14,47 y 14,65 pesos, respectivamente, con alzas de 0,5 a 1,3%), apenas amainaron las ventas con que la Anses intenta tener esos valores bajo control para evitar que derramen sobre el blue.
CONTROVERSIA
La firmeza que muestran estos precios del dólar surge de la demanda de divisas que fue canalizada hacia ese mercado por el bloqueo que el Gobierno impuso al pago de algunas importaciones y deudas comerciales que las empresas locales tienen contraídas con el exterior.
De hecho, aunque el Banco Central (BCRA) y el Ministerio de Economía sostuvieran anteayer que “el único canal legal para efectuar operaciones de cambio tanto para ingresos como para egresos es el mercado cambiario vigente en el país a partir del decreto 260/2002”, los formularios de las Declaraciones Juradas Anticipadas para Importación (DJAI), creados por laAFIP a fin de 2012 como parte del régimen informativo para administrar las compras al exterior, contemplan la posibilidad de hacerlos “sin girar divisas al exterior”.
Esto demostraría que hay empresas que atienden desde una cuenta en el exterior los pagos para evitar problemas con proveedores, pese a que para hacerlo debieron soportar sobrecostos del 40 al 70%, que en muchos casos trasladaron luego a precios. “Hubo casos puntuales en los que los importadores que podían perder los proveedores asumieron la pérdida y pagaron sus compras con el contado con liqui, porque no accedían a los dólares oficiales”, había dicho a LA NACION el presidente de la Cámara de Importadores, Diego Pérez Santisteban, pese a la desmentida de las autoridades.
Otra prueba al respecto es el extraordinario aumento que mostró el volumen de operaciones con acciones y bonos que cotizan en el país (y por lo mismo, se pueden comprar en pesos) y también en el exterior (y descargar en divisas afuera), que se multiplicó por 3 o 4.
“Los precios de la deuda medidos en dólares se recuperaron casi a niveles predefault por la mayor demanda de moneda extranjera vía contado con liqui (CCL), que se dio en línea con las dificultades para hacer pagos por el mercado oficial. Esto tiene como contrapartida una demanda en el exterior -incluso de origen local- sostenida al momento de la liquidación”, explicaron las consultoras Quantum y Econométrica, al referirse al fenómeno que ayuda a mantener planchado el riesgo país (ronda los 700 puntos desde hace 20 días) y sustenta los repetidos récords de acciones y bonos en pesos.
“El mercado de CCL se hizo tan grande que la Anses ya no puede controlarlo”, dijo el consultor Nicolás Dujovne, sobre los intentos del ente de controlar esos tipos de cambio.