Autopsia: Romero Miranda murió por un disparo de arma de fuego en la nuca
El informe autopsial realizado por el médico Oscar Espin Luna, perteneciente a la Policía Científica, determinó que el cuerpo de Juan Ramón Romero Miranda presentaba múltiples heridas por arma blanca en la cabeza (entre 3 y 14 centímetros la más extensa) y un orificio de entrada por proyectil de arma de fuego en la nuca.
En el informe se detalla que “la trayectoria del proyectil es de atrás hacia adelante, levemente de derecha hacia izquierda y de abajo hacia arriba”.
“No se evidenciaron lesiones traumáticas cutáneas defensivas, ni lesiones en muñecas de manos por ataduras”, amplía.
El profesional médico estimó que la data de muerte fue entre 39 y 45 horas aproximadamente antes de momento en el que se realizó el examen, calculándose entonces como fecha y hora probable de muerte el día 6 de septiembre entre las 12 y 18 horas, aproximadamente.
Juan Ramón Romero Miranda (50), apodado “El Mendocino”, fue encontrado asesinado pasada la 1.30 de ayer, luego de que un llamado al servicio de emergencias 911 alertara a la Policía de la existencia de una camioneta abandonada en cercanías de una obra en construcción, ubicada en el cruce de las calles Balboa y Pilcaniyén.
Ante este llamado, efectivos del Comando de Patrullas acudieron al lugar y encontraron una Toyota Hilux blanca sin ocupantes.
Pero al momento de inspeccionar el vehículo, los policías advirtieron que las llaves estaban en el habitáculo y, al abrir la caja, hallaron una bolsa en cuyo interior había un cuerpo.
Romero Miranda había sido condenado en noviembre de 2017 a 4 años y 3 meses de prisión por facilitación y explotación económica de la prostitución de personas mayores de edad por el juez en lo Correccional José Luis Ares, quien lo consideró culpable de regentear una casa de citas que funcionaba en el centro de Bahía Blanca, explicaron las fuentes.
Los voceros recordaron que, por ese hecho, “El Mendocino” había sido detenido en enero del 2016, en el mismo lugar en el que también se hallaban tres mujeres.
Además de esa causa, Romero Miranda estuvo imputado en otra por comercialización de estupefacientes junto a Suris y otros nueve acusados, aunque todos ellos fueron absueltos en 2015 por el Tribunal Oral Criminal Federal (TOF) bahiense, integrado por los jueces Beatriz Elena Torterola, Juan Leopoldo Velázquez y Raúl Fernández Orozco.
No obstante, un año después, en julio de 2016, ese fallo fue revocado por la Cámara Federal de Casación Penal, que ordenó que se lleve a cabo un nuevo debate oral y público, para el cual aún no se fijó fecha.
En esa oportunidad, los camaristas Eduardo Rafael Riggi, Liliana Catucci y Juan Carlos Gemignani convalidaron las escuchas telefónicas que habían sido declaradas nulas por el TOF, lo que derivó en la nulidad de todo lo actuado posteriormente.
Pero tras analizar el expediente, la Cámara aceptó como prueba válida las escuchas de los imputados, al afirmar que no fueron “datos aislados” ni “afirmaciones infundadas” lo que originó la intervención de las líneas telefónicas.
“A raíz de las tareas investigativas efectuadas por el personal policial es que se pudo determinar que era Juan Ignacio Suris quien se encontraría a cargo de la comercialización de estupefacientes a gran escala; siendo Guillermo Martín Suris su hermano y hombre de confianza”, se indicó en el fallo.
Por tal motivo, tras anular las absoluciones, los camaristas ordenaron la realización de un nuevo debate para los hermanos Suris, el ahora asesinado Romero Miranda, Gustavo Sequeira, Fernando Alexis Bond Stork, Ezequiel Ferrari Reynoso, Sandro Cristian Miranda, Yolanda Jiménez, Mario Aníbal Arce , Tamara Jiménez y Martín Cruz Ocampos.
La investigación se inició en 2012 a partir de datos aportados por la Policía rionegrina a la bonaerense respecto de un conflicto que existía entre bandas dedicadas al tráfico de estupefacientes.
Luego, el personal de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Bahía Blanca recibió un llamado que la alertó que personas vinculadas al narcotráfico pensaban realizar un “ajuste de cuentas” con otra que estaba escondida en la quinta de Suris.
En el marco de investigación se realizaron intervenciones telefónicas, tomas fotográficas, análisis de mensajes de texto y seguimientos, hasta que el 14 de diciembre de 2013 se efectuaron allanamientos simultáneos en Bahía Blanca y Darregueira, en los que se secuestró dinero, cocaína, marihuana, elementos para fraccionar la droga, teléfonos celulares, autos y documentación.