Asesinan de un escopetazo a un policía que intervino en una pelea familiar y el agresor se suicidó
Un policía entrerriano fue asesinado de un escopetazo cuando acudió a una casa de la localidad de Cerrito donde se registraba una discusión familiar y uno de los protagonistas de la pelea le disparó, tras lo cual se suicidó, informaron hoy fuentes de la fuerza.
El hecho sucedió pasadas las 23 de anoche en esa localidad situada a unos 50 kilómetros de la ciudad de Paraná, y la víctima fue identificada como el oficial Hernán Hercilio Cortés (38), quien trabajaba en la comisaría de Cerrito, aunque residía en el vecino pueblo de Alcaráz.
El jefe de la Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein, quien arribó inmediatamente al lugar ya que vive a pocas cuadras de la casa donde sucedió el hecho, contó a la prensa que Cortés acudió tras un llamado telefónico a la comisaría por un problema entre un hombre y su hijo mayor de edad.
La casa donde se registraba el conflicto está situada en la calle Mitre al 300, de Cerrito, donde residían Raúl Molaro y su hijo Raúl Alberto Molaro (38), quienes solían tener peleas en las que, en más de una oportunidad, debió intervenir la policía.
“No es la primera vez que sucedían este tipo de casos en ese domicilio, siempre se iba, se testeaba y la cosa continuaba”, explicó Maslein.
El jefe policial detalló que cuando el policía Cortés llegó al lugar, mantuvo primero un diálogo en la puerta con Molaro padre y que luego ingresó a la casa con éste y otros dos oficiales para hablar con Molaro hijo.
Siempre de acuerdo a las fuentes, en esa conversación acordaron que el menor de los hombres se retiraría de la casa y se iría a la de otro familiar, en las afueras de Cerrito.
Pero como Molaro hijo “demoraba y no salía”, los policías y el padre reingresaron a la casa a buscarlo y, al cruzar un patio que da a un galpón ubicado en los fondos, el oficial Cortés recibió un escopetazo a la altura del lateral izquierdo del torso.
El autor del disparo fue Molaro hijo, quien tras el ataque recargó la misma arma -una escopeta calibre 28- y se suicidó de un disparo a la altura del cráneo, añadió el vocero.
El policía herido fue trasladado de urgencia al hospital Miranda de esa localidad entrerriana, aunque ingresó muerto debido a la gravedad de las lesiones, informaron voceros policiales,
Según Maslein, aparentemente el objetivo del agresor era “dispararle a su padre, que tuvo la suerte de poder refugiarse”.
El jefe policial recordó que “era habitual” para la fuerza policial destrabar “las discusiones entre el padre y su hijo”.
“Siempre se calmaba la situación, quizás eso los llevó (a los policías) a ir con confianza, desprevenidos al lugar”, expresó.
Sobre el atacante, Maslein dijo que “no tenía antecedentes policiales, más allá de haberlo encontrado en estado de ebriedad en varias ocasiones”.
No obstante, pertenecía a una familia de personas en conflicto con la ley, ya que era primo de Adrián Molaro, condenado a 22 años de prisión por un homicidio, y hermano de Sebastián Molaro, condenado a siete años por golpear a un hombre mayor de edad en 2016 y detenido en Gualeguay por varios robos.
El policía asesinado había ingresado a la fuerza en el 2000 y era padre de una joven de 14 años y de un niño de 7.
“Estamos dando apoyo a la familia, a la fuerza la considero como una gran familia, nos conocemos todos y estamos trabajando con un fin común”, resaltó el jefe policial, quien aseguró que el oficial asesinado “era una persona querida y apreciada”.
Por su parte, tras conocer lo sucedido, la ministra de Gobierno y Justicia de Entre Ríos, Rosario Romero, expresó en sus redes sociales su “profundo dolor” por el fallecimiento del policía en cumplimiento del servicio.
“Mi más sentido pésame a sus familiares, amigos y a toda la familia policial en este difícil momento. Que en paz descanse”, publicó hoy.
Además, familiares, compañeros en la fuerza de seguridad y amigos de Cortés lo despidieron en las redes sociales con poesías en las que lo llaman “El ángel azul”.