Aseguran que “hay razones macro objetivas” que explican la baja de la inflación en noviembre
La consultora Sarandí sostuvo hoy que detrás de la desaceleración de la inflación registrada en noviembre “hay razones macro objetivas”, como “el renovado foco sobre la política monetaria y fiscal” y la acumulación de reservas, además de los acuerdos de precios que “hicieron su parte” para que el Índice de Precios al Consumidor del mes baje a un 4,9%.
En un informe, la entidad dirigida por Sergio Chouza admitió que el IPC de noviembre “fue sorpresivo”, ya que si bien “los indicadores de alta frecuencia anticipaban un nuevo mes de recorte” se esperaba que fuera “mucho más austero”, al punto que la mayoría de las consultoras preveían una inflación en el rango del 5% al 5,5%.
Al respecto, indicó que al margen de la “minucia técnica”, existen “razones macro objetivas que empiezan a justificar la descompresión inflacionaria”.
“El renovado foco sobre la política monetaria y fiscal fue el primer mojón que puso el Ministro (Sergio Massa) para encauzar las expectativas”, destacó en referencia al ordenamiento de las cuentas públicas, reflejado en un recorte del gasto en términos reales a partir de julio, así como en la suba de las tasas de interés hasta terrenos positivos.
Sarandí agregó a su análisis que “la acumulación de reservas dotó al Banco Central de poder de fuego para frenar el pasaje a precios de cobertura por el bajo acceso a dólares oficiales”, y que “también hicieron su parte los acuerdos de precios, por su medición directa en el IPC y su contribución para recomponer algunas referencias de precios relativos”.
“El inicio de 2023 será tanto o más desafiante que el último cuatrimestre” de este año, advirtió, además de plantear que el ministro Massa “va por la épica de romper la inercia con un programa de corte gradualista”.
En ese sentido, recordó que “ya en dos oportunidades el responsable máximo de la política económica manifestó su intención de mostrar un dato inflacionario por debajo del 4% en abril”, un desempeño que “implica un descenso de un punto sobre los niveles actuales, que posiblemente trepe a un punto y medio cuando se conozca el dato de diciembre”.
La consultora subrayó que “en el medio pasarán los meses más álgidos del verano, cuando cae la demanda de pesos tras las fiestas y el pago de las vacaciones”, además de darse “las subas estacionales en rubros de servicios como son los de educación y cultura”.
En su consideración de las “razones macro objetivas”, la entidad remarcó que “los cambios a partir de agosto fueron sensibles”.
En primer término, puntualizó que a partir de ese mes “se puso rápidamente en cuadro la política fiscal”, y comparó al respecto que “en la primera parte del año el gasto había crecido 12 puntos sobre la inflación y rápidamente esta cuenta se revirtió” en el segundo semestre.
“La política monetaria se alineó en base al nuevo contexto, y el Gobierno se autoexigió a sobrecumplir el tope de emisión con el FMI”, expresó, además de señalar que “la suba de tasas contribuyó a cerrar el programa financiero”.
Por otra parte, Sarandí remarcó que “las dos instancias del Dólar Soja permitieron evitar una devaluación discreta de (grandes) proporciones” y en ese marco “las liquidaciones de dólares garantizan el cumplimiento de la meta de acumulación de reservas netas”.