jueves, octubre 31, 2024
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Aseguran que hasta el agua de lluvia está contaminada por sustancias químicas tóxicas

El agua de lluvia está contaminada por sustancias químicas tóxicas que se propagan por la atmósfera, dado que superaron su límite planetario y llegan a encontrarse en las regiones más remotas del planeta, según una información difundida este viernes por una revista científica.

Una serie de contaminantes producidos en grandes cantidades por el ser humano, denominados perfluoroalquilados y polifluoroalquilados (PFAS), son peligrosos para la salud humana y los ecosistemas, ya que su toxicidad es persistente y se extienden por la atmósfera.

A su vez, la presencia de las llamadas “sustancias químicas para siempre” en la lluvia y la nieve de regiones recónditas como la Antártida o la meseta del Tíbet (Asia) se debe a los procesos naturales que los devuelven continuamente a la atmósfera desde el medio ambiente.

Por este motivo, un equipo de investigación europeo aseguró en la revista Environmental Science & Technology que se superó el límite planetario de estos compuestos químicos, que se encuentran en productos textiles, pinturas, cajas de pizza, productos de limpieza o en la espuma para combatir incendios.

Estas sustancias están asociados a una amplia gama de daños graves para la salud como cáncer, problemas de aprendizaje y comportamiento en los niños, infertilidad, complicaciones en el embarazo, aumento del colesterol y problemas del sistema inmunitario, consignó la agencia española de Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).

“Según las últimas directrices estadounidenses sobre el PFOA en el agua potable, el agua de lluvia de todo el mundo se consideraría insegura para beber. Aunque en el mundo industrializado no solemos beber agua de lluvia, mucha gente del planeta espera que sea segura para beber y abastece a muchas de nuestras fuentes de agua potable”, señaló Ian Cousin, autor principal del trabajo sobre la presencia y el transporte atmosférico de PFAS.

Asimismo, los más perjudicados son quienes viven cerca de los puntos de contaminación como “fábricas o bases militares, donde se utilizan espumas contra incendios”, aseveró el investigador.

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