jueves, noviembre 21, 2024
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Artémides Zatti, el “enfermero de la Patagonia”, será declarado santo

El papa Francisco autorizó al cardenal Marcelo Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, la promulgación del decreto que reconoce el milagro atribuido a la intercesión del beato Artémides Zatti, conocido como “el enfermero santo de la Patagonia o el enfermero de los pobres”.

Artémides Zatti había sido beatificado por el papa Juan Pablo II en abril de 2002, por un milagro que lograron confirmar dos años antes los médicos de la Sagrada Congregación de los Santos en Roma, y desde esa fecha que se buscaba su santificación. Aunque ya hay muchas estampillas con su figura y muchísimos vecinos lo consideran un santo, aún sin tener esta distinción.

En 1976, el “Pariente de los Pobres”, como también lo llamaban, comenzaba su camino de santidad por la Conferencia Episcopal Argentina. En 1980 fue declarado Siervo de Dios, y venerable el 17 de julio de 1997.

Don Zatti murió el 15 de marzo de 1951, tras varios días de agonía. Había dedicado sus últimos 50 años a los enfermos de la capital rionegrina que eligió para vivir y morir, para cumplir la promesa de dedicar su vida a Dios si lograba curarse de la tuberculosis, la misma enfermedad que lo unió con otro santo patagónico, Ceferino Namuncurá.

Dirigió el hospital salesiano San José, que se erigía en el mismo lugar donde hoy se edifica el obispado de Viedma, y alcanzó a trabajar unos pocos años en el nuevo nosocomio, que con absoluta justicia lleva su nombre.

Al conocerse la noticia de su próxima canonización, el obispo castrense de la Argentina y delegado episcopal para las Causas de los Santos, monseñor Santiago Olivera, expresó: “Me llena de gozo saber que pronto tendremos a un nuevo santo, el beato Artémides Zatti, el enfermero de la Patagonia, un hombre de profunda fe, de intensa caridad. Un laico, un salesiano con una impronta de servicio y de atención a los enfermos, descubriendo en ellos al mismo Jesús”.

Agregó: “Para la Iglesia en Argentina y para toda la Iglesia es motivo de gran gozo. También, sin lugar a dudas, para nuestros hermanos salesianos. Comenzaremos a rezar por la pronta canonización, nos confiaremos a la intercesión de nuestro nuevo santo, y damos gracias a Dios por este nuevo fruto en nuestra patria, en nuestro sur, en nuestra Patagonia y en nuestra Iglesia”.

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