jueves, noviembre 21, 2024
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Aprender 2017: los chicos mejoraron en lengua, pero siguen “estancados en un pozo” en matemática

El año pasado, cuando se presentaron los resultados de Aprender, se ratificó la especulación de la oscura realidad educativa nacional. Ese panorama se esclareció, al menos en forma parcial, con la presentación de los resultados de la versión 2017 de la prueba. Se registró una mejoría destacable en Lengua, pero se mantuvo la floja estadística en Matemática.

Ayer, en una presentación a la prensa en la que estuvo presente Infobae, el ministro de educación, Alejandro Finocchiaro, remarcó la importancia de sostener la lógica evaluativa. “Al principio se discutía para qué servía la evaluación. Algunos sectores, ya cada vez menos, consideran que es punitiva, pero no es cierto. Es importante conocer la verdad. Solo cuando la conocés, podés trabajar en políticas públicas”, señaló.

Según el ministro, se registró una “notable” mejoría en todas las competencias vinculadas a Lengua. De un año al otro creció 9 puntos la cantidad de alumnos del último año del secundario por encima del estándar aceptable. “Hoy 6 de cada 10 registran niveles de satisfactorios para arriba”, remarcó.

Hay dos factores que jugaron en el avance, dijeron los funcionarios. En primer lugar, la “fuerte” capacitación del Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD), que puso el foco en comprensión lectora. El énfasis no solo se destinó a los docentes de lengua, sino que fue transversal a todas las asignaturas, para que los alumnos logren comprender las consignas.

Por otro lado, destacaron la importancia de los reportes que acercaron a cada escuela después de Aprender 2016. Notaron “una gran reacción del sistema”. Los directores y rectores convocaron a sus equipos para repensar propuestas pedagógicas y trabajar en corregir las deficiencias.

Sin embargo, en el balance persiste un gran debe. Todavía el 69% de los alumnos a punto de terminar el colegio tiene severas dificultades para resolver operaciones matemáticas. “Seguimos estancados en un pozo en Matemática”, advirtió Elena Duro, secretaria de evaluación educativa. “Es una tendencia global la mejora en Lengua y el estancamiento en Matemática, a excepción de algunos países que implementan algunas prácticas innovadoras”, agregó.

La apuesta ahora pasará por fortalecer el trabajo en formación docente en Matemática, además de la inclusión de pedagogías innovadoras que no aburran a los alumnos y bajen a la realidad la materia. “Hace 30 años trabajamos en un sentido y los resultados no cambian. Quiere decir que algo no está bien”, sostuvo Finocchiaro.

En Matemática, los resultados siguen siendo malos
En Matemática, los resultados siguen siendo malos

En ese sentido, parte de la expectativa se sustenta en la Secundaria 2030, que aprobó el Consejo Federal a fines de 2017. En este año, cada provincia tiene que presentar su proyecto pedagógico para comenzar a implementar en 2019.

Al igual que el año pasado, Aprender incluyó un cuestionario de preguntas abiertas para conocer la realidad del alumno. “Lo que dicen los estudiantes abona la revisión que buscamos con la Secundaria 2030. Un modelo de capacidades y proyectos integrados, sin dejar de lado los saberes básicos como son Matemática y Lengua”, dijo Mercedes Miguel, secretaria de innovación educativa.

Otro punto al que prestarán atención es al rol del directivo. En abril, de hecho, discutirán en el Consejo cuáles son las competencias esenciales y plantearán el diseño de una carrera en cuatro tramos diferenciados. “Donde hay un buen director, hay una buena escuela. Hay un gran consenso en generar pedagogía, en observar clases, en estar cerca de los docentes. Hasta el momento la formación del director no estaba institucionalizada”, puntualizó Cecilia Veleda, directora ejecutiva del INFoD.

Resultados en primaria

Buena parte de la presentación estuvo destinada a secundaria porque, otra vez, allí estuvieron los resultados más pobres. En la evaluación anterior, en el nivel primario, los guarismos en Lengua y Matemática conformaron. Por lo tanto, en la nueva prueba se eligió evaluar Ciencias Sociales y Naturales; dos materias que no se tomaban desde el Operativo Nacional de Evaluación (ONE), realizado en 2013.

En ambas materias los resultados fueron superadores. Los chicos de sexto grado mejoraron sus desempeños al punto de que 7 de cada 10 alcanzaron niveles por encima del satisfactorio. Solo el 13% de los respondientes quedó por debajo del básico.

Brechas educativas

Cuando se entrecruzan algunas variables, las diferencias son notorias. Por caso, según el tipo de gestión. En Matemática, en las escuelas privadas el 53% está en el nivel básico o por debajo. Sin embargo, en los establecimientos públicos esa cifra asciende hasta el 78%. Una proporción similar se da cuando se compara el ámbito donde se desempeñan. En las ciudades, el 68% no cumple con los parámetros esperables, mientras que en el área rural alcanza el 81%.

“La brecha educativa entre los que menos y más tienen se mantuvo en estas pruebas”, confirmó Finocchiaro. “Latinoamérica ya es una de las regiones más desiguales del mundo, pero a su vez, el argentino es uno de los sistemas educativos más desiguales de la región”, coincidió Duro.

Desde el año pasado, el Gobierno trabaja con 3.000 “escuelas faro”. Todas ellas públicas, elegidas por ser consideradas las más vulnerables. “Son las que más necesitan la participación del Estado. En 2018 va a haber una fuerte intervención”, aseguraron.

Otras inequidades se replican. En Lengua, entre el nivel socioeconómico bajo y el alto hay 41 puntos de diferencia entre los que no alcanzan estándares deseables. En Matemática, el 60,3% está debajo del nivel básico en los sectores más pobres, mientras que solo el 21,5% en los más ricos.

También se encontraron disidencias entre los jóvenes que trabajan fuera del hogar y los que no lo hacen. Las mujeres embarazadas o con hijos muestran grandes deficiencias en el aprendizaje; lo mismo que sucede en los varones que son padres. “Son los sobrevivientes del sistema. En general, son los que abandonan más temprano la escuela”, explicó Duro.

Entre los hogares indígenas y no indígenas se duplica la brecha. Entre los extranjeros y los locales, casi no se registraron diferencias de rendimiento, en parte gracias al “sentido de la responsabilidad” de las familias inmigrantes. Por último, quienes reciben educación desde los 3 años tienen mejor performance que quienes comienzan más tarde.

Datos del operativo

Entre todas las fases, desde el diseño de la prueba hasta el análisis de los datos, Aprender 2017 tuvo una inversión total de 390 millones de pesos. En secundario participó el 66,5% del total (5 puntos menos que en 2016) y en primaria el 74,9% (4 puntos más que el año pasado). Por resistencia gremial, Neuquén, Santa Cruz y Río Negro presentaron los índices más bajos de participación.

La prueba, además, contuvo un cuestionario complementario. Allí se encontró, por ejemplo, que 7 de cada 10 estudiantes de secundaria se llevan bien con todos o la mayoría de sus compañeros, pero que casi la misma proporción asegura que hay situaciones de discriminación en la escuela que incluso llegan a insultos, amenazas o agresiones. De muchos de esos casos son víctimas alumnos que sacan buenas notas o, todo lo contrario, repitieron algún año.

A su vez, la cuestión de género es otra de las materias en las que trabajarán. 3 de cada 10 dicen que se “molesta” a las mujeres por su condición. El ministerio aseguró que triplicará los fondos para poner en práctica la educación sexual integral; otra demanda de los alumnos. Con vistas al futuro, el 46% de los chicos de último año de secundario tiene pensado seguir con la educación superior y el 42% afirma que trabajará y estudiará al mismo tiempo una vez que se gradúe.

Fuente: Infobae

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