Alberto Fernández le planteará a Emmanuel Macron cambios en el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea
Esta semana el presidente Alberto Fernández inicia una gira por Europa con importantes reuniones, ya que se encontrará con el Papa Francisco, el presidente de Italia Sergio Mattarella, la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de Francia Emmanuel Macron.
El objetivo de la gira será conseguir respaldo ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) para la reestructuración de la deuda. Aunque el Presidente también planteará otras preocupaciones, ya que en el encuentro que tendrá con Macron el próximo 5 de febrero en París le propondrá cambios en el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE).
Previo a las elecciones primarias Fernández ya había adelantado que si ganaba las elecciones revisaría este tipo de acuerdos, firmado a fines de junio pasado y anunciado con euforia por el gobierno de Mauricio Macri. “Si tenemos que revisar los acuerdos que Macri está firmando por el mundo, los vamos a revisar. Me asusta que ese convenio nos castigue más de lo que nos han castigado”, planteó en esa oportunidad, en un congreso de trabajadores de SMATA.
El Gobierno mantiene su resistencia al convenio y planteará la renegociación en el encuentro con el presidente de Francia. Se prevé que Fernández advierta que la Argentina no está en condiciones de darle luz verde a un tratado que dispone flexibilizaciones en los aranceles al comercio entre ambos bloques comerciales, por el impacto negativo que tendría en la Argentina.
El acuerdo debe aprobarse en los parlamentos para poder comenzar a implementarse. Actualmente el texto se encuentra en un período de revisión legal y traducción que terminaría en marzo, aunque llegado ese momento el Gobierno no lo impulsará en el Congreso, consigna La Nación.
Justamente Francia es uno de los países que resiste el acuerdo entre el Mercosur y la UE. En esta línea se expresaron otros gobiernos europeos, como los de Austria, Bélgica e Irlanda. Detrás del rechazo al convenio están los sectores agrícolas, que temen que de implementarse el convenio vean amenazadas sus actividades por un aumento de la entrada de los productos latinoamericanos.
