A un día del debut: ¿Por qué Marsella es el club ideal para Bielsa?
Por ahora, la barrera idiomática no es obstáculo para que la comunicación se establezca desde un vínculo más visceral: la pasión por el fútbol. Es la que profesa Marcelo Bielsa y la que se respira en Marsella, la capital del fútbol en Francia. La ciudad sureña cuyas costas son bañadas por el Mediterráneo vive con fanatismo todo lo que le ocurre al Olympique , el equipo que se enfrenta con Paris Saint Germain en el clásico con más rivalidad del país.
Después del año sabático que se tomó tras su salida del Athletic Bilbao , donde su comunión afectiva con los hinchas también fue muy intensa, Bielsa llega a un club en el que fue visto con admiración e ilusión desde el primer momento. Sin haber dirigido ni un entrenamiento, el día que llegó para recorrer la ciudad deportiva fue recibido por cientos de hinchas que cantaban su nombre, lo saludaban con pancartas y bengalas de humo. La timidez de Bielsa sólo le permitió levantar un brazo en señal de agradecimiento.
El Loco, poco dado a la demagogia y la sobreactuación, sabe que la mejor respuesta que les puede ofrecer a los simpatizantes provendrá del rendimiento que sea capaz de sacarle al equipo. Un Marsella que haga sentir orgulloso y les devuelva la ilusión a su gente. Olympique tiene una historia de grandeza deportiva (en 64 temporadas en primera obtuvo nueve ligas, una menos que Saint Etienne, el máximo ganador), frustraciones (en 1959 descendió por primera vez y estuvo casi una década en segunda) y escándalos (en 1993 fue castigado con un descenso por sobornos; ese mismo año conquistó su única Liga de Campeones al vencer 1-0 a Milan, con un gol de cabeza de Basile Boli). En décadas anteriores pasaron el Beto Alonso y Enzo Francescoli.
Como en cada club que pone los pies, Bielsa causa impresión por su riguroso y exigente método de trabajo. Reacondicionó las salas de video y se hizo traer los “alemanes”, los muñecos inflables que utilizó en Athletic Bilbao para simular posicionalmente a los jugadores rivales. Las sesiones de entrenamiento son más largas que lo habitual y la preparación física de pretemporada incluyó circuitos con trepadas que algunos medios compararon con la ejercitación militar.
La semana pasada, el diario deportivo L’Equipe le dedicó la portada con el título “Revolución Bielsa”. En las redes sociales hizo furor el video de tres minutos de una práctica de fútbol que subió la página oficial del club. Ahí se ve al Bielsa de toda la vida: pidiéndole a sus jugadores la misma intensidad que la de un partido oficial. Se entrena como se juega es una de sus máximas. La única diferencia es que sus indicaciones en castellano son traducidas simultáneamente por Fabrice Olszewski.
Como la comunicación con el plantel es un tema de suma importancia para Bielsa, hizo muchos esfuerzos para convencer a Gabriel Heinze de que lo acompañara como ayudante de campo. El Gringo, que jugó en Francia y fue campeón de Liga en Marsella en 2010 junto con Lucho González, en un equipo que dirigía Deschamps, por ahora declinó la invitación por razones familiares. Habría sido su iniciación en la carrera de técnico a la que se dedicará.
Bielsa desembarcó con un cuerpo técnico remozado. Luego de 21 años, no lo acompaña el preparador físico Luis Bonini, que en declaraciones al diario El Mercurio explicó las “vacaciones profesionales” que mutuamente se debían: “Fue una cuestión de ciclos. Tras los dos años intensos que vivimos en Bilbao, Marcelo se acercó un día y me dijo: «Luis, ya somos dos elefantes viejos que estamos chocando nuestras cabezas»”. Quedó claro: seguirle el ritmo a Bielsa por tiempo indefinido es poco menos que imposible. Quien volvió al grupo de trabajo de Bielsa es Javier Torrente, el ayudante de campo que lo acompañó en el seleccionado argentino y era segundo de Claudio Vivas.
Lo que Bielsa fue proyectando en los entrenamientos y en los cinco amistosos verá la luz oficial mañana, con el debut por Le Championnat ante Bastia, de visitante. Vayamos al cuadro de situación y a las perspectivas de Marsella para la temporada:
-En la última Liga obtenida por PSG, Olympique fue sexto, con lo cual quedó fuera de las copas europeas de esta temporada. Fue una frustración deportiva, pero también un baño de realidad para un club que maneja un presupuesto acotado y no está en condiciones de luchar con pretensiones, que con Bielsa siempre son las más altas, en varios frentes competitivos. Podrá concentrar sus esfuerzos en la Liga y la Copa de Francia, competencia por eliminación directa. El curso pasado también deparó actos de indisciplina en el vestuario que le costaron el puesto al técnico José Anigo. Con la contratación de Bielsa también se buscó reinstaurar la cultura del trabajo y el respeto por las normas.
-¿Cuál es el objetivo? Desde el club se conforman con terminar dentro de los tres primeros puestos, que dan plaza para la Liga de Campeones. Económicamente, Marsella no puede competir contra el PSG de capitales cataríes y el Monaco sustentado por el magnate ruso Dmitry Rybolovlev. La dueña de Olympique es Margarita Louis-Dreyfus, viuda de Robert, heredero del poderoso Grupo Louis-Dreyfus, que desde hace más de un siglo se dedica al transporte mundial de materias primas. El presidente Vincent Labrune, que por abril empezó a pensar en Bielsa, es el principal interlocutor del DT. El club ni remotamente puede reunir la figuras internacionales que a golpe de chequera compran PSG (contrató al zaguero David Luiz por 50 millones de euros) y Monaco (está cerca de incorporar a Angel Di María por alrededor de 75 millones). Lo único que frena a estos dos emporios económicos es el Fair Play financiero que impuso la UEFA, que los obliga a contener la política de gastos. Para poder traer a Di María, PSG está tratando de transferir a Cavani, Pastore o Lavezzi. Otro ejemplo de la estrechez económica de Marsella: hace unas semanas puso en duda que pudiera seguir pagando el alquiler para jugar en el Velodrome, que por las reformas y ampliaciones para la Eurocopa 2016 aumentó el costo del arrendamiento.
-Marsella vive otra realidad y apunta a un modelo más parecido al de Jürgen Klopp en Borussia Dortmund, con la promoción de juveniles. Para ese proyecto se eligió a Bielsa. La idea tiene un punto romántico, pero para consolidarse necesitará de tiempo y paciencia, dos intangibles que no abundan en el fútbol de alta competencia. El club necesitaba vender y transfirió a su jugador más cotizado y de mayor vidriera internacional: el delantero Mathieu Valbuena, de muy buen rendimiento en el Mundial y líder en asistencias (35) en las últimas cuatro temporadas. Dynamo Moscú se lo llevó por 7 millones de euros. Muy identificado con los colores, Valbuena se despidió entre lágrimas y el reconocimiento de que su camiseta N° 28 será retirada. Marsella sólo tuvo otros dos futbolistas en el Mundial: el ghanés Ayew y el camerunés Nkoulou.
-La formación titular de Bielsa, más las tres o cuatro variantes habituales, tiene un promedio de 24 años. Los más experimentados son el arquero Mandanda (29 años, iba a ser el tercer arquero del Mundial, pero una lesión lo marginó a último momento), el central Romao (30) y el delantero Gignac (28). La sangre más joven está en Thauvin (21) Mendy (20) Lemina (20), Sparagna (19), Imbula (21) Dja Djedje (23), Nkoulou (24), Batshuayi (20), una de las dos contrataciones hasta aquí, proveniente de Standard de Bélgica y sensación de la pretemporada con cuatro goles en los amistosos. El volante Payet (27) es el más creativo, con dotes de conductor
Bielsa no se ató a un único sistema táctico. Utilizó mucho el 3-4-3, el 3-3-3-1 y también, de acuerdo con el rival, como podría ocurrir mañana ante Bastia, disponer una línea de cuatro en un 4-2-3-1.
En la crónica de balance de la pretemporada, en la página oficial del club se lee que ya se puede “hablar del efecto Bielsa”, de su “estilo deliberadamente ofensivo”, que en los amistosos Marsella atrajo por “su frescura, entusiasmo y generosidad”. El escudo del club lleva la leyenda “Droit au but” (derecho al gol). Parece inspirada en Bielsa.
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