Filipinas. Sí, Filipinas. El sacrificio que hubo que hacer para ganarle a Filipinas. Pablo Prigioni, con 37 años, y luego de trajinar durante 36 minutos en el tercer partido en fila, ayuda a entender lo que sienten los más grandes después de una victoria así. “Es un alivio y estoy muy contento. Que las piernas hayan aguantado para correr a estos chicos todo el partido, después de tres días seguidos; Si perdíamos hubiera sido duro el día de descanso. Ahora estamos felices, podemos recuperar y tenemos un triunfo más”.

Unas hora más tarde, con la victoria de Grecia sobre Puerto Rico, la Argentina quedó clasificada para los octavos de final. Es que los dos rivales que pueden alcanzarlo y generar un triple empate, son los dos que ya cayeron ante la selección: Puerto Rico y Filipinas. Por lo tanto, el desempate nos favorecería. Esto no quiere decir que el equipo puede relajarse. Los dos encuentros que quedan (Senegal y Grecia), serán fundamentales para evitar el cuarto puesto del Grupo, que nos enviaría a jugar contra España, un rival inalcanzable.

Sería fácil resumir todo diciendo que la Argentina jugó mal y por eso terminó sufriendo con el ajustado 85-81 de ayer. Pero los asiáticos hicieron lo mismo ante Croacia, que sólo los quebró en el tiempo suplementario, y con Grecia, que le sacó una ventaja de 12 puntos pero recién en los minutos finales. Lo que pasó no fue sorpresivo. Tienen un estilo de puro vértigo, sin complejos. Llevan al juego a un punto que saca de quicio a los seleccionados de estilo de juego controlado.

Es cierto, la selección caminó por la cornisa y puso en juego su clasificación para los octavos de final contra un rival inferior. Pero no es fácil quebrarlo. Julio Lamas explicó así la perturbadora jornada de ayer: “Vimos los partidos, sabíamos lo que hacían, establecimos un plan para neutralizarlos y por momentos no pudimos. Fue el partido más incómodo de mi carrera como entrenador. Tienen un ritmo que no detienen nunca. Ejecutan un básquetbol callejero de altísima precisión. Todos corren, todos tiran, todos pasan. Encima, estuvieron muy bien con los tiros de tres puntos (N. de la R.: acertaron 13 de 27). Hicimos nuestro juego en el segundo y el tercer cuarto, llegamos a sacar una ventaja de 15 puntos (68-53 en el tercer cuarto), pero ellos se pusieron en juego en un minuto con los triples”.

El Grupo B se volvió una pesadilla para nuestra selección. Y para todas. No hay rivales sencillos. Por poner un ejemplo, en el Grupo A, Irán y Egipto perdieron todos sus partidos (contra Brasil, Francia, España y Serbia) con un promedio de más de 20 puntos por encuentro. Los cuatro supieron desde el comienzo que tenían su clasificación asegurada. En este grupo el único clasificado es Grecia, que ganó sus primeros tres juegos, pero el nivel de Senegal quebró todos los pronósticos. Se suponía que quedaría eliminado, pero ya ganó dos partidos de tres (Croacia y Puerto Rico) y será el próximo rival argentino mañana, luego del día de descanso. Todavía hay cuatro países luchando por tres lugares.

“Lo más negativo fue que no le pudimos dar el descanso que queríamos a Luis (32 minutos), Pablo (36) y Chapu (34). El partido no nos los permitió”, reconoció el DT.

El encuentro de ayer por momentos fue desesperante. Los filipinos resolvían sus ofensivas en 8 segundos, tirando tiros que para el estilo argentino pueden considerarse irresponsables. Pero fueron muy efectivos. La idea de Lamas de ralentizar esa dinámica se observó con la decisión de dejar a Campazzo fuera del juego en el segundo tiempo y ubicar a Laprovittola, de acciones más pausadas para llevar el juego con Prigioni.

El equipo, impaciente por la oposición de un rival muy atlético a pesar de su escasa estatura, que se cerraba en exceso sobre la zona pintada y liberaba a los tiradores, cayó en la trampa y lanzó 38 tiros de tres puntos. Una muestra de no entender por lo que estaban pasando.

Salir adelante ante semejante martirio sólo fue posible por el acierto en los tiros de tres puntos de Marcos Mata (5 de 7) y la tremenda lucha que Chapu Nocioni libró ante el norteamericano Andray Blatche, limitándolo a 14 puntos, cuando traía un promedio de 24,5 por partido.

El día de descanso llega en un momento en el que el desgaste físico y mental de este Mundial puso en el límite a nuestros jugadores. Haber alcanzado dos triunfos y saber que la clasificación ya no corre riesgo es un impulso anímico.

Con 525 puntos, Luis Scola se conviritó en el quinto goleador histórico de los mundiales

Con las 19 unidades ante Filipinas, el Luifa alcanzó esa cifra en Copas del Mundo, ingresando al quinteto de máximos anotadores del certamen.

Luis Scola es enorme. Su leyenda también. Con los 19 puntos que convirtió hoy en la victoria argentina sobre Filipina, el Luifa se convirtió en el quinto máximo anotador de la historia de los Mundiales de básquetbol, superando al puertorriqueño José Piculín Ortiz.

Tras los 30 puntos que había anotado el domingo ante Croacia, Scola sumaba 506 tantos y había quedado a sólo seis de Ortiz, que cosechó 511 en su trayectoria en cuatro Mundiales. Con los 19 que anotó hoy ante los asiáticos, el argentino llegó a 525 para instalarse en el top-five histórico.

De acuerdo a los promedios que arrastra, con 23 puntos por juego que le permiten ser el máximo anotador del torneo hasta el momento, Scola estaría en condiciones de aspirar a llegar al segundo lugar cuando culmine España 2014.

El máximo anotador histórico es el brasileño Oscar Schmidt, que sumó 872 tantos en sus seis presencias mundialistas y parece inalcanzable. El capitán argentino sí podría superar al australiano Andrew Gaze (594 puntos), al yugoslavo Drazen Dalipagic (563) y al brasileño Marcel De Souza (551).

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