La CGT dijo que paralizó el país, pero que no promueve una “fogata social”
Los sindicalistas se mostraron dispuestos al diálogo y hablaron de sostener la gobernabilidad. Duros por los despidos.
La CGT celebró con euforia la “contundencia” del paro aunque decidió no capitalizarlo llamando a nuevas medidas de fuerza; ni siquiera hubo un atisbo de los planes a seguir en la rueda de prensa. De hecho, Pablo Moyano, uno de los sindicalistas más combativos, dijo que ahora se viene un impasse de “20 a 30 días”. Prudencia, aunque hubo críticas muy fuertes al Gobierno y dejaron en claro que esperan dialogar con Mauricio Macri. En público, los triunviros, desde la sede de Azopardo, destacaron el apoyo al paro “no solo de los trabajadores sino también de sectores del comercio y la pequeña y mediana empresa”.
Desmenuzando los discursos de Héctor Daer, Carlos Acuña y Juan Carlos Schmid -hablaron en ese orden-, el dirigente de Sanidad sacó una panorámica de la huelga en los siete minutos que habló: “El paro fue contundente”. Pidió “rectificación de la política económica y social”. Acaso como una respuesta a los que los acusaron por no trabajar, Daer indicó que “muchos trabajadores convirtieron esta jornada de lucha en acciones solidarias en provincias afectadas por el clima ante la ausencia del Estado”. También refirió al conflicto docente y con respecto a los piquetes dijo que “no los convocamos ni los compartimos, pero tampoco creemos en el uso de la represión para desalojar una ruta”.
El estacionero habló cuatro minutos para contar “la historia de este paro”. Arrancó con el pifie del Gobierno al calcular la inflación del 2016 “al pronosticar un 25% y terminó siendo de más del 40% cuando los gremios firmaron a un promedio del 30%”. Sumó el veto de Macri a la ley antidespidos y “que no se respetó lo acordado de parar los despidos y suspensiones” durante el verano. “No cumplieron los empresarios y el Gobierno no se ocupó de hacerlos cumplir”, aseguró. Luego detalló la crisis en el sector industrial. “Es verdad que, como dice el Presidente, un paro no arregla nada, pero es una herramienta para que escuchen lo que el pueblo les dice”.
Finalmente, el portuario, en sus casi siete minutos, habló de “contundencia” y de “disciplina” en el paro “cumpliendo una jornada ejemplar de protesta social”. Y fue el único que se refirió a que “no está en el ánimo de los sindicatos que se termine el mandato de nadie: no estamos proponiendo una fogata social”. Y le respondió al Presidente: “Si hay mafias que las busquen en la especulación financiera”. Y dividió: “Nosotros respetamos la voluntad popular, pero eso no significa resignación. No se puede confundir la prudencia con la lentitud espantosa que tiene este Gobierno para resolver los problemas de este país”. Y cerró respondiendo a la CTA y grupos K: “Reiteramos nuestra vocación de diálogo porque el movimiento obrero siempre ha tenido espíritu negociador y porque si alguno nos quiere correr por izquierda diciendo que somos conservadores, efectivamente lo somos. Queremos conservar nuestros convenios colectivos, nuestras obras sociales, nuestros niveles de empleo y nuestra capacitación”.
En rueda de prensa las preguntas apuntaron “a las acciones a futuro teniendo en cuenta el endurecimiento del Gobierno”. Schmid dijo: “Las decisiones estratégicas no las vamos a tomar en un set de televisión”. Y agregó: “Tenemos que garantizar no solo que haya gobernabilidad sino que la situación no se agrave porque los despidos los ponemos nosotros. Queremos encontrar en una mesa de diálogo responsable y que corrijan lo que nosotros estamos cuestionando”.