viernes, noviembre 22, 2024
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Saltó un culpable en el caso de las turistas francesas

En un marco de gran expectativa –dentro de la sala de audiencias y en toda la ciudad–, los jueces del Tribunal de Juicio Sala II condenaron por unanimidad a 30 años de prisión a Gustavo Orlando Lasi como autor de los delitos de “robo, abuso sexual con acceso carnal y doble homicidio agravados” sufridos por las turistas francesas Cassandre Bouvier y Houria Moumni, en un hecho ocurrido en esta ciudad el 15 de julio de 2011. El tribunal aceptó un pedido de la defensa de Lasi y consideró “inconstitucional” la aplicación, en este caso, de la cadena perpetua (ver aparte). El fallo absolvió a los otros dos imputados por los mismos delitos, Santos Clemente Vera y Daniel Octavio Vilte Laxi, en estos casos por mayoría. Dos de los jueces los absolvieron y ordenaron la “inmediata libertad” de ambos, por el principio jurídico in dubio pro reo, que establece que las dudas en la acusación favorecen a los imputados. El tercer juez también votó por la absolución de los dos, pero en forma “llana”, por entender que son inocentes de los cargos que les imputaron.

El único familiar de las víctimas que estuvo presente en una sala de audiencias repleta de público y periodistas fue el padre de Cassandre, Jean-Michel Bouvier, quien como querellante había solicitado la condena de Lasi a cadena perpetua y la absolución de Vera y de Vilte. En una entrevista exclusiva con Página/12, la noche anterior al fallo, Bouvier había sostenido que en la causa “sólo hay pruebas contundentes contra Lasi, en parte por las irregularidades que hubo en la instrucción” de la causa, donde la policía local cometió varias irregularidades que dieron lugar a la apertura de dos investigaciones paralelas, que siguen abiertas, una por apremios ilegales contra algunos de los detenidos y la segunda por destrucción de pruebas.

Bouvier no quedó totalmente conforme con los 30 años de cárcel, pero sobre todo “porque las irregularidades en la instrucción dejan como único culpable a Lasi, cuando todos tenemos bien en claro que una sola persona no pudo haber cometido un crimen tan atroz contra dos mujeres jóvenes, ágiles y fuertes, que sabían defenderse; hay más culpables que siguen en libertad”.

El fallo judicial dictado ayer, luego de una larga espera por parte de familiares y periodistas, se completó con dos condenas “condicionales” a dos años de prisión, que no se cumplirán en forma efectiva. Los sancionados son Antonio Sandoval y Omar Darío Ramos, en sus casos por “encubrimiento”, ya que ambos participaron de una maniobra urdida por los allegados a Lasi, con el propósito de hacer desaparecer el arma homicida usada en el doble crimen, una carabina calibre 22 que pertenecía a la familia del único condenado.

En el caso de Ramos y Sandoval, se dispuso que durante los dos años de condena “deberán observar las reglas de conducta, fijar residencia y estar al cuidado de un patronato y sin consumo de estupefacientes o exceso de bebidas alcohólicas”.

Bouvier y otras personas allegadas al caso consideraron que al menos Walter Lasi, el padre de Gustavo Orlando, merecía haber estado en el banquillo de los acusados, con mayores argumentos, incluso, que los que llevaron a las condenas en suspenso de Sandoval y Ramos.

Al finalizar la lectura del fallo, se produjeron varias expresiones. La primera fue el aplauso de la mayoría de los presentes, con excepción de Lasi y sus familiares. Aplaudieron hasta los periodistas locales, que como casi toda la prensa, incluyendo a Página/12, venían sosteniendo la endeblez de las imputaciones contra Vera y sobre todo contra Vilte. Esto, a la par de las sospechas de ocultamiento de alguna parte importante de la verdad, por parte de Lasi, el único que relató parcialmente los hechos, en los cuales puso como ejecutores principales a Vera y a Vilte.

En la calle, frente a la entrada a la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial salteña, los familiares de Vilte y de Vera expresaron, con lágrimas en los ojos, su agradecimiento a Jean-Michel Bouvier, padre de Cassandre, por haber pedido la absolución por falta de pruebas de los dos hombres. Una mujer, antes de la sentencia, se paseó por la vereda con un cartel que decía “gracias señor Bouvier por creer en la inocencia de Vilte y de Vera”. Ella forma parte de un grupo de varios centenares de vecinos que hace unos diez días realizaron una de las tantas marchas de antorchas, bajo la consigna “no condenen a los perejiles”, en alusión también a Ramos y a Sandoval, dos vecinos muy queridos en la zona de la Quebrada de San Lorenzo, escenario del doble homicidio.

“Dios está con usted, que él lo bendiga y lo guarde. Justicia por su hija y por Houria”, fue otra de las pancartas que se levantaron, antes y después de conocida la sentencia. Palabras similares repitió, al finalizar la audiencia, la esposa de Vilte, Laisa Serrano, que no paraba de llorar, abrazada con Claudia, una tía del imputado absuelto, y con las hermanas de Vera. Además del “acompañamiento en el dolor” a las familias de las dos víctimas, Laisa y Claudia pidieron “que ahora limpien el honor del apellido Vilte Laxi, que ha sido manchado durante todos estos años”.

“Nuestra familia tiene que volver a ser la que era; esto que nos ocurrió ha sido una venganza, porque la familia Lasi siempre nos odió”, dijo Laisa. “El único consuelo que hemos tenido ha sido el apoyo de muchos de nuestros vecinos y también el de ustedes, señores de la prensa, que siempre han dicho que no había pruebas contra mi marido, que era una acusación falsa”, insistió la mujer.

La absolución de Vera y Vilte, en el pronunciamiento por mayoría, fue firmada por los jueces Angel Longarte y Bernardo Ruiz, quienes fundamentaron su decisión en el precepto jurídico del in dubio pro reo, mientras que el disidente Héctor Pucheta, se expidió por la “absolución llana” por considerar que ambos son inocentes. Marcelo Arancibia, defensor de Vilte, consideró que “el fallo que se ajusta a la verdad es el del doctor Pucheta, aunque respetó la opinión de los otros dos jueces, pero está claro que mi defendido es totalmente inocente y que fue víctima de una acusación falsa”.

Arancibia anticipó que ahora le iniciarán “un juicio civil al Estado provincial para que repare el daño moral sufrido por esta familia”. Lo mismo va a ocurrir en el caso de los defensores de Santos Clemente Vera. Mientras tanto, la defensa de Lasi anticipó que apelarán la condena, una vez que tengan los argumentos del fallo, que se conocerán en una audiencia a realizarse “en cinco días hábiles, a las 18 horas”.

El fallo era esperado en toda la ciudad, que se paralizó a partir de las cuatro de la tarde, hora en la que inicialmente se iba a conocer la sentencia, leída por el juez Longarte a partir de las 18.15. El taxista que llevó a Página/12 hasta el centro de la capital salteña, desde la Ciudad Judicial ubicada en las afueras, expresó lo que se escuchaba desde el fin de semana pasado en todos los bares, en las esquinas, en los hoteles: “Que haya una sola condena es una vergüenza para los salteños. Lasi era culpable, pero no pudo hacer esto solo. Lo que pasa es que la policía está corrupta y el Poder Judicial no se impone. Lasi calla cosas y no se supo la verdad; esto es una mancha porque no hay forma de compensar a esas dos familias francesas cuyas hijas querían a esta provincia y mire cómo les fue”.

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