Jolla: la compañía que quiere competir con Apple y Google
Entrevistamos a Marc Dillon, uno de los fundadores de la firma que nació de las cenizas del Nokia N9 y que quiere ser un nuevo jugador en el mundo de la telefonía celular.
Por estos días se cumplió un año desde que Jolla presentó en forma oficial a Sailfish , su sistema operativo para dispositivos móviles, junto con su smartphone, también llamado Jolla. Es una plataforma que siempre me pareció interesante; heredera del MeeGo del Nokia N9, se presenta como una alternativa independiente a las plataformas que dominan el mercado móvil (Android, iOS, Windows Phone, incluso BlackBerry) junto con la versión para móviles de Ubuntu y el Firefox OS, que ya tiene varios equipos en el mercado .
Sailfish está basado en Linux, puede correr aplicaciones de Android (al estilo de BlackBerry 10, para suplir la falta inicial de aplicaciones en su propia plataforma) y apuesta por los gestos verticales y horizontales en pantalla para navegar su bastante minimalista interfaz de usuario; no hay botones de control. A fin de año pasado el primer móvil (con pantalla de 4,5 pulgadas, 1 GB de RAM, chip de doble núcleo y cámara de 8 megapixeles) llegó al mercado , con bastante atención de la prensa especializada y los entusiastas del mundo móvil.
Tiene una tarea dificilísma por delante: lograr un volumen de usuarios que les permita competir con una industria en la que compañías históricas como Nokia, BlackBerry o HTC tienen serios problemas para mantenerse relevantes. La compañía recién está vendiendo sus equipos en Europa, y tiene un inversor chino con el que espera lograr volumen de ventas en el inmenso mercado chino. No hay fechas para su arribo a América latina.
Hablé con Marc Dillon, actual jefe de software de Jolla, y también uno de sus fundadores; exingeniero de Nokia, tiene 42 años y es uno de los artífices de esta compañía, que tiene un centenar de empleados, que han creado tres cosas: Jolla tiene un teléfono, un sistema operativo (Sailfish) y a la vez planea ofrecer un launcher para Android que emula el método de interacción con Sailfish.
¿Por qué hacer las tres cosas?
-Son complementarias, partes de una estrategia; todas son necesarias. Un sistema operativo sin un dispositivo bandera que lo muestre no sirve, no existe. A la vez, entendemos que el mercado necesita una plataforma independiente; el dominio de Android creó una situación difícil para las operadoras y para otras compañías. Por eso hicimos Sailfish, que es independiente e inclusivo, porque permitimos que otros fabricantes u operadoras sumen sus servicios o contenidos al sistema operativo. Y el launcher es para mostrar cómo funciona nuestra interacción basada en gestos, y para llegar a otro tipo de usuarios.
-¿No hubiera sido más sencillo crear una versión modificada (un fork) de Android, al estilodel Nokia X o de Amazon?
-No, porque no tenés independencia, que es uno de los problemas del ecosistema de Android. El desarrollo no es abierto; una parte de Android es abierta pero no sabés que está haciendo Google. Y hacer un fork es muy costoso, siempre vas detrás. Lo que ofrecemos con Sailfish es una colaboración abierta, otros pueden trabajar en paralelo a nosotros y sumar sus piezas.
-Más allá de seguir con lo que habían creado con el MeeGo de Nokia; ¿por qué Sailfish? ¿Qué tiene para ofrecer de diferente?
-El usuario convencional toma el teléfono 200 veces por día, pero sólo puede hacer una cosa por vez. Con Sailfish, que creemos que es verdaderamente multitarea, podés ver las miniaturas de las aplicaciones (que se actualizan si cambia su contenido) y tener muchísima información de un vistazo; a la vez, el uso de los gestos en pantalla permite moverse muy rápido dentro del sistema operativo.
Un teléfono debería poder usarse con una sola mano; por eso quitamos los botones. La tendencia es ir a equipos con pantallas más grandes, y en ese contexto tener que llegar al borde superior e inferior del dispositivo es una molestia; con los gestos es mucho más sencillo.
Los smartphones no son mucho más inteligentes que hace algunos años. Y todos funcionan con una visión de efecto túnel: sólo podés usar una aplicación al mismo tiempo y con muy poca integración con el resto del sistema operativo. No te permiten hacer realmente varias cosas al mismo tiempo. Creo que el camino futuro para toda la industria es una mayor integración entre las aplicaciones, recuperar algunas de las posibilidades que tenés con la Web de tener la misma experiencia en todos lados.
-Ustedes no son los únicos en pensar en hacer algo diferente.
-No, claro. Me gusta que estén también Ubuntu o Firefox; tiene que haber más diversidad, más posibilidad de elección. Cuando existe un monopolio está mal. Y en este rubro Android tiene la mayor porción de mercado, Apple tiene el dinero , y esto es peligroso para el usuario, y le trae dificultades a los fabricantes, a las operadoras, a los desarrolladores.
-Pero mucho de lo que puede hacerse o usarse ya fue creado y está patentado.
Las patentes son un tema muy serio; están invirtiendo mucho dinero en asegurarse que el otro no pueda hacer algo antes que en ocuparse uno de hacer algo diferente. Eso tiene que cambiar.