Scioli envuelto en otra polémica: la frase que nadie escuchó en la mesa de Mirtha
El exgobernador se contradijo en la cena del sábado y planteó la necesidad de un plan de desarme pero ya existe. En qué está el Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas. Se prorrogó su vigencia hasta fines de 2017, pero todavía no arrancó. En la ANMAC faltan inspectores y tiene una financiación polémica.
- Usted fue vicepresidente y gobernador, ¿y hoy se le ocurre decir eso? Mi hijo ya se tiroteó… Usted me viene a decir que quiere desarmar a la gente, cuando estuvo doce años…
-
“¡A la gente no, a los delincuentes!”, se atajó Scioli. “Yo te respaldo en el tema de las armas, en tu actitud”, le aclaró.
El cruce en la mesa de Mirtha Legrand entre Marcelo Salinas, el padre del chico de 13 años que le disparó y mató a un ladrón, y el exgobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, es sólo una muestra de lo difícil y polémico que es abordar una discusión sobre armas en Argentina. Cuando el ex candidato a presidente dijo que había que desarmar, Salinas lo paró en seco, y Scioli eligió polarizar:
“(No hay que desarmar) a la gente no… a los delincuentes”, contestó. Segundos antes había dicho que estaba a favor del desarme.
Pero el caso Salinas no es el único preocupante de los últimos días. Otro chico de la misma edad se suicidó esta semana porque no soportaba el acoso de sus compañeros en la escuela. En ambos casos se perdieron vidas y en los dos se usaron armas de fuego que estaban al alcance de la mano.
El Programa Nacional de Entrega Voluntaria de Armas de fuego que logró retirar de las calles y casas 175 mil armas de fuego estuvo paralizado. Su vigencia acaba de ser prorrogada por el Congreso hasta diciembre del 2017, pero según las organizaciones especializadas, se perdió un año completo. Cuestionan la financiación privada de la agencia que reemplazó al RENAR por “inmoral e ilegal”, advierten sobre la falta de inspectores en el país y la eficiencia de los exámenes psicológicos para otorgar los permisos.
Con 9 muertos y de 35 a 40 heridos de bala por día, la cuestión de las armas de fuego empezó a estar en la agenda pública en la última década y dejó de ser un tema escondido bajo la alfombra. ¿Hay que quitarles las armas a los delincuentes pero apoyar que se arme la gente honesta? El debate es complejo y a pesar de que hay legislación y una política de Estado que desalienta el uso de armas de fuego y crea conciencia sobre el peligro de que los particulares se armen, todavía hay circunstancias en que las ideas son confusas.
Las cifras son contundentes. Sólo un 20 por ciento del total de muertes por armas de fuego se da en hechos catalogados como “de inseguridad”. El 80 por ciento restante son producto de discusiones domésticas, peleas territoriales u otras situaciones . Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Lanús da cuenta de que, entre 1990 y 2008, unos 3500 menores de 14 años murieron por disparo de un arma.
(TN)