viernes, noviembre 22, 2024
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Trump amenaza con no reconocer la derrota si gana Clinton

A menos de 3 semanas de las trascendentales elecciones cada candidato tuvo su última oportunidad para enfrentar cara a cara a su rival en la Universidad de Nevada. Los candidatos chocaron fuertemente en temas como inmigración, economía y política exterior.

Los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump y Hillary Clinton, comenzaron este miércoles su tercer y último debate antes de las elecciones del 8 de noviembre, saludándose con la cabeza pero sin estrechar sus manos antes de dirigirse a sus estrados en la Universidad de Nevada, en la ciudad de Las Vegas.

Al responder a la primera pregunta del moderador, relativa a la vacante en la Corte Suprema que deberá llenar el próximo presidente, Clinton dijo que es importante que la Corte Suprema no dé marcha atrás con el matrimonio igualitario ni revoque fallos sobre el aborto.

Agregó que esperaba que el Senado confirme a Merrick Garland, cuya nominación por el presidente Barack Obama no ha sido tratada por la cámara alta debido al obstruccionismo de la mayoría republicana, que afirma que el asunto debe ser resuelto durante la próxima Presidencia.

Este cara a cara puede ser la última oportunidad de remontar para Trump, superado por 6,5 puntos por Clinton en las encuestas y con parte de su partido dándole la espalda tras las aparición del video de 2005 en el que alardeaba de seducir a las mujeres de forma que raya en el abuso.

El republicano, sobre el que se impuso Clinton en los dos debates anteriores, lleva días hablando de elecciones “amañadas”.

A este tercer y último duelo dialéctico, ha invitado al hermanastro del presidente Barack Obama, que en julio anunció su apoyo al republicano, así como también a la madre de una víctima del ataque en 2012 contra el consulado estadounidense de Bengazi (Libia).

El debate fue moderado por el periodista Chris Wallace, de Fox News. Aunque la cadena de televisión está en la órbita republicana, el moderador está considerado alguien incisivo con sus entrevistados, ya sean demócratas o republicanos.

Wallace dividió los 90 minutos ininterrumpidos de enfrentamiento en seis bloques temáticos que van desde la inmigración hasta la capacidad de los dos candidatos para ser presidentes.

La aspirante presidencial demócrata expresó su “respeto” a la Segunda Enmienda constitucional que protege el derecho a llevar armas en Estados Unidos pero pidió más “regulación” y criticó a su rival republicano, Donald Trump, por apoyar a la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

“No veo conflicto entre salvar vidas y defender la Segunda enmienda. Debe haber regulación”, afirmó Clinton en el inicio del tercer y último debate presidencial en Las Vegas.

Por su parte, Trump alertó de que, con Clinton en la Casa Blanca, la Segunda Enmienda quedará “reducida”. “(Este derecho constitucional) no sobrevivirá una presidencia de Hillary Clinton”, afirmó el aspirante republicano, informó la agencia de noticias EFE.

El magnate inmobiliario dijó que Clinton estaba “extremadamente enojada” y que no cree que gane las elecciones del 8 de noviembre.

Clinton respondió que está “preocupada” porque los niños se matan accidentalmente entre ellos y a los demás por el uso de las armas, y agregó que entendía y respetaba la tradición de la posesión de armas en el país. Trump, por su lado, se manifestó orgulloso de tener el apoyo de la NRA, el poderosa lobby de las armas de fuego de Estados Unidos.

El republicano aseveró que quiere ver los resultados de las elecciones de noviembre próximo antes de decidir si los reconoce o no, al ser consultado en el último debate presidencial sobre sus afirmaciones de que los comicios están arreglados para que gane su rival demócrata, Hillary Clinton.

La candidata presidencial demócrata acusó a Trump de haber empleado a inmigrantes indocumentados en sus compañías, pese a sus promesas de que combatirá con fuerza la inmigración ilegal.

Trump no negó la acusación y reiteró su promesas de deportar a millones de inmigrantes ilegales del país si resulta electo el 8 de noviembre, al tiempo que destacó que el presidente Barack Obama expulsó a millones de indocumentados.

El aspirante republicano contrató a una firma que empleó a inmigrantes ilegales para la construcción de la Torre Trump, de Nueva York, y arregló una demanda relativa a ese caso mediante una acuerdo extrajudicial.

A su turno para hablar, Trump resaltó que su estrategia de línea dura contra la inmigración ilegal era la mejor manera de que Estados Unidos se deshiciera de delincuentes y de los “bad hombres”, combinando la palabra inglesa ‘malos’ con la española ‘hombres’.

El republicano reafirmó que construirá un muro en la frontera con México y deportará a “las malas personas” del país, para luego recién ver quién puede ser readmitido.

La propuesta de Trump de construir un muro en la frontera con México lo ayudó a ganar la primaria del Partido Republicano.El candidato dijo que la política inmigratoria que planea Clinton supone “fronteras abiertas” y una “amnistía” para aquellos que ya están en el país de manera ilegal.

Sin embargo, aunque su rival demócrata apoya una política más indulgente que la de Trump, promete respaldar una reforma inmigratoria integral que allana el camino hacia la regularización de los 11 millones de indocumentados que se calcula viven en el país pero los obliga a devolver impuestos impagos y contempla otras sanciones.

El candidato republicano acusó la demócrata, de estar detrás de las acusaciones de abuso sexual que han hecho contra él varias mujeres en las últimas semanas.

“Es la única manera. Esas historias son totalmente falsas, ni siquiera le pedí perdón a mi mujer porque no hice nada, no las conozco, quieren fama o fue su campaña (la de Clinton) la que lo hizo”, afirmó el republicano, informó la agencia de noticias EFE.

En medio de este alegato, Trump acusó también a Clinton y a su campaña de incitar a la violencia en sus actos incluso pagando a personas para ello.

En el turno de respuesta, la demócrata recordó la secuencia de la polémica de las denuncias de los abusos sexuales, que se desató después de la publicación de una grabación de 2005 en la que Trump se jacta de poder hacer lo que quiere con las mujeres en el plano sexual.

“Oímos lo que Donald Trump dijo que hizo a las mujeres y después las mujeres vinieron y lo dijeron”, apuntó Clinton, recordando que la ola de denuncias siguió al video.

La demócrata recordó además que el empresario, en actos posteriores, llegó a decir que algunas de las mujeres que le acusan ni siquiera son lo suficientemente atractivas como para que él intentara algo con ellas.

El empresario negó este extremo y Clinton continuó sentenciando que “Donald Trump cree que denigrar a las mujeres le hace más grande”.

“Creo que depende de todos nosotros demostrar quiénes somos, qué país queremos ser, qué une a nuestro país”, defendió Clinton en tono solemne.

“No es solo una cosa, es un patrón de división, de muy oscura y peligrosa visión. Espero que más gente se dé cuenta de lo que está en juego en estas elecciones: qué país queremos ser”, agregó.

Por último el empresario se defendió diciendo que “nadie tiene más respeto por las mujeres” que él, e intentó desviar el tema recordando la polémica del uso que hizo Clinton de un servidor privado de correo electrónico cuando era secretaria de Estado (2009-2013).

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