viernes, noviembre 22, 2024
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España se encamina hacia un pantano judicial

Rajoy no consigue apoyo para gobernar. Ni siquiera hoy tras reunirse con la derecha. Esto abre la puerta a que no se presente a la investidura, una situación para la que no hay alternativa jurídica.

La ausencia de Mariano Rajoy en la sesión de investidura prescripta en el mandato del Rey que lo designó candidato a la presidencia del gobierno, impedirá que puedan ser convocadas elecciones anticipadas. Esta es la principal amenaza del líder conservador después de sus fracasadas negociaciones del martes con el dirigente del PSOE, Pedro Sánchez. Advirtió el presidente en funciones que “si el Señor Sánchez persiste en el “no” será el responsable de terceras elecciones”.

Pero, de acuerdo al proceso que prescribe la Constitución con toda claridad, el último responsable de que no se puedan convocar esos comicios anticipados, los terceros en un año, sería Mariano Rajoy . Y también del incumplimiento flagrante de un mandato de Felipe VI.

Estos acontecimientos pueden provocar un conflicto constitucional inédito en la historia española.

Cuando Rajoy anunció ante la prensa su aceptación al mandato real, dio explicaciones confusas, a las preguntas que lo acosaron: ¿Va a acudir a una sesión de investidura? Según la posición del PSOE y Ciudadanos, profusamente reiterada incluso en las dos entrevistas con Sánchez y Rivera, ayer y hoy, su derrota es segura porque le niegan totalmente su apoyo.

Ciudadanos ofrece una abstención técnica para facilitar la gobernabilidad de Rajoy encabezando un ejecutivo en minoría. Pero la suma de diputados no alcanza y hace falta una decisión del PSOE que se niega a ninguna clase de apoyo. Rajoy en 37 días de gestiones no ha conseguido convencer a ninguno de los 15 partidos con representación parlamentaria para que lo apoye. Así que todo está en manos del PSOE.

El artículo 99 de la Carta Magna expresa: “Si transcurrido el plazo de dos meses, a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiere obtenido la confianza del Congreso, el Rey disolverá ambas Cámaras y convocará nuevas elecciones con el refrendo del Presidente del Congreso”.

La investidura fallida de Pedro Sánchez, candidato del PSOE aliado a Podemos, después de los comicios del 20 de diciembre, puso en marcha “el reloj de la democracia”. Después de los dos meses, el Rey disolvió las Cortes y llamó a comicios anticipados, los segundos, para el 26 de junio.

Ahora, el bloqueo, la parálisis institucional, continúa. El problema, gravísimo, es que si Rajoy no se presenta, la Constitución no prevé otra alternativa con fecha cierta. España quedaría instalada en un limbo jurídico. Solo que con el pasar del tiempo apareciera un candidato a sacrificarse por la Patria y aceptara ir a la investidura para que el “reloj” se pusiera en marcha.

Según lo dispone el monarca, ahora es el turno de Mariano Rajoy. Pero, el líder conservador se niega a confirmar que va a asistir a la investidura sino está segundo de triunfar. Se negó a confirmar su presentación después de sus entrevistas con Sánchez y Rivera.

“Una investidura es una investidura. Si no se va a consagrar un candidato no es válida”, fue lo más que aclaró Rajoy hace unos días. La jurista Soraya de Santa María, vicepresidenta del gobierno, torció más las cosas. “Las convicciones personales están por encima de la ley”. Una afirmación recibida con alborozo por los independentistas catalanes que usan ese criterio para rechazar al Tribunal Constitucional y colocar por encima de toda ley al parlamento catalán. (Agencia Télam)

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