Avanza el desarrollo de tinta eléctrica en el país
Los equipos electrónicos se volvieron más económicos y están cada vez más incorporados a la vida diaria. Pero, pronto, tal vez se le pueda preguntar a un vaso descartable a qué temperatura está la bebida que contiene o usar la hoja de una revista como control remoto de un televisor. Ese tipo de cosas permitirían las tintas conductoras de electricidad que el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) está desarrollando actualmente.
Estas tintas conductoras podrían usarse en impresoras industriales de uso común para imprimir circuitos básicos, antenas para identificación por radiofrecuencia, baterías, memorias y resistencias, con el objetivo de integrarlos a toda clase de productos.
El objetivo del desarrollo es impulsar la generación de proveedores nacionales de tinta conductora para la industria gráfica local, con el valor agregado de sumar características funcionales a diversos productos. La tinta está siendo diseñada para ser utilizada en las máquinas de impresión gráfica que se encuentran actualmente en el mercado y sobre los papeles y sustratos habituales.
Este desarrollo también permitiría sustituir cables, circuitos impresos, botones y otros tipos de conectores que se usan en artefactos eléctricos, así como integrarlos en diversos materiales de forma muy económica, para sumarles valor a envases, embalajes, textiles y publicaciones.
El INTI se vinculó tanto con los proveedores de tinta nacional como con las firmas gráficas que usarán esta tinta conductora, con lo que se formó una especie de consorcio público-privado. Liliana Fraigi, directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Micro y Nanoelectrónica del Bicentenario (CMNB), del INTI, sostiene que, “con recursos nacionales, tanto en infraestructura como en recursos humanos, podemos hacer nuevos desarrollos sin grandes inversiones. Debemos explotar lo existente y darles mayor valor agregado a los productos a través del conocimiento”.
Entre los posibles usos para estas tintas también está la posibilidad de personalizar un documento para dificultar su falsificación, ya sea un documento público, el envase de un medicamento o una entrada para un espectáculo. “No tiene límite, sino que tiene que ver con la imaginación”, dice con entusiasmo Fraigi. El equipo del INTI viene trabajando desde hace varios años con técnicas de impresión serigráfica sobre cerámica y tuvo que adaptar sus procesos al uso de diversas técnicas, tintas y sustratos.
El desarrollo, del que participan también el doctor en Química Orgánica Leandro Monsalve (líder del proyecto), la ingeniera electrónica Mijal Mass y el técnico electrónico y especialista en Diseño Industrial Mariano Roberti, se está llevando a cabo en colaboración con entidades públicas de Alemania y España, a través de acuerdos de confidencialidad que permiten que los tres países puedan acortar los tiempos de desarrollo, ya que se trata de una tecnología todavía incipiente a nivel mundial. (Diario La Nación)