"La marihuana sí produce daño cerebral", dijo psiquiatra y psicólogo social
“El debate es erróneo. No pasa por ‘legal o ilegal’. El cerebro de un adolescente no diferencia si es legal o ilegal cuando la sustancia psicoactiva le produce modificaciones en el cerebro, según el grado de consumo”, afirmó el médico psiquiatra Enrique Stein. Stein es también psicólogo social, director de la Cátedra Libre de Salud Pública y Adicciones y profesor consulto de la Universidad Nacional del Comahue.
Trabajó diez años en el Servicio de Adicciones del Hospital Castro Rendón y participó de la creación de la Comunidad Terapéutica de Arroyito. El fin de semana, fue uno de los panelistas del Primer Congreso de Psiquiatría y Adicciones del Comahue, organizado por la facultad de Ciencias Médicas de la UNC.
Stein dijo que, en la entrevista publicada el domingo, “Ruchansky da la impresión de que ‘no se puede luchar contra el narcotráfico y por lo tanto debemos aceptar las drogas’, y eso no es así. Varias de las cosas que dice son verdades a medias o mitos no respaldados por los datos concretos”.
Entre tales mitos, citó que “la experiencia de los europeos fracasó –de Holanda o Suiza que legalizaron el consumo– y hoy admiten que creció el uso y se abrió el mercado a drogas más pesadas”.
“Un mito falso: que la marihuana no produce daño. ¡Sí que lo produce! Produce daño cerebral, en las actitudes y también pulmonar. A dosis crónica de tabaco y marihuana, esta genera más riesgo de cáncer, por eso es una locura decir que los chicos se cambian del tabaco a la marihuana porque es más sano. La marihuana produce disminución de la memoria, de la atención, reduce la espermatogénesis en varones y altera el ciclo menstrual en las chicas. La consecuencia más grave es el síndrome amotivacional. Recibo en la consulta a muchas madres que tienen chicos inteligentes pero se desesperan que no quieren hacer nada. El porro primero produce euforia pero enseguida después una gran apatía, porque afecta el sistema nervioso, aunque si se deja de consumir es reversible”.
Otro mito falso: que la marihuana no es la puerta a otras drogas. “Sí lo es –dice Stein–. Miles de adictos a la cocaína respondieron la encuesta de la Sedronar el año pasado, diciendo que su primer consumo fue de marihuana”.
Consideró que las drogas son “ya una epidemia social, tenemos en el país casi 6 millones de consumidores, el abordaje médico psicológico debe ser sostenido más allá de toda discusión jurídica. No estamos hablando del problema de una plantita, estamos pensando en el futuro de millones de jóvenes argentinos”.
Y, si bien coincidió con que la represión no produce resultados en cuanto a reducir el consumo, añadió: “estoy de acuerdo con no penalizar a los consumidores de drogas, pero tampoco vamos a aplaudirlos por lo que hacen”.
Consideró otro falso mito comparar la penalización del consumo de drogas con lo sucedido durante la vigencia de la “ley seca”. “Cuando Estados Unidos liberó la venta de alcohol se multiplicó el consumo. No conozco a ningún narco que esté en contra de la legalización de drogas. Además, en Estados Unidos siempre va a fracasar la represión del consumo porque tienen 30 millones de adictos, muchos de los cuales están en el negocio. Tienen un problema que es mayúsculo”.
“No por nada Nora Volkow, directora del Instituto sobre Abuso de Drogas, opina sobre Estados Unidos: “Estamos perdiendo la guerra, porque se ha naturalizado y banalizado el consumo”.
Por último, citó al padre Pepe cuando dice que “se trata de una nueva forma de esclavitud” porque las drogas tienen un fuerte componente de adictividad –el 9% de quienes consumen marihuana se vuelven adictos– aunque el consumidor de cualquier sustancia siempre cree que puede controlarlo. Hasta Maradona, si le preguntás, dice que puede controlarlo”. (Diario Río Negro)