lunes, noviembre 25, 2024
Politica

Este miércoles vence el plazo para la presentación de alianzas electorales

El tiempo corre, sobre todo, para Sergio Massa, quien deberá decidir si disputará su candidatura presidencial con el gobernador cordobés José Manuel de la Sota o si desertará.

El referente del Frente Renovador (FR), Sergio Massa, tiene plazo hasta el miércoles próximo para decidir si disputará su candidatura presidencial en las elecciones primarias con el gobernador cordobés José Manuel de la Sota o si desertará, acosado por las cotidianas deserciones de intendentes, la baja en las encuestas y la cerrada negativa de Mauricio Macri a abrir la coalición opositora.

El terminante rechazo del jefe de Gobierno porteño a incorporar a Massa a una primaria común se mantuvo pese a la decisión de bajar al precandidato a gobernador del FR, Francisco de Narváez, el viernes pasado, que implicó un gesto de apertura y otro de advertencia.

Macri no quiere saber nada con dirigentes que tengan un resabio de sarampión peronista, redobló su apoyo a su precandidata en la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y cerró así la posibilidad de que Massa se refugiara en una postulación a gobernador en el primer distrito nacional para competir en una elección primaria con el PRO.

La declinación de la candidatura de De Narváez -que puede revertirse antes del miércoles si Macri no acepta competir con Massa en las PASO- fue una jugada tendiente a presionar por un acuerdo o, en todo caso, a responsabilizar al alcalde porteño de la división del espectro opositor, lo cual podría culminar en un nuevo triunfo del Frente para la Victoria (FPV).

En los último días Massa se preguntó ante los medios por qué le dan tanta centralidad política a su candidatura si son reales los sondeos que le auguran un tercer puesto, lejos de la posibilidad de entrar siquiera en una segunda vuelta.

La explicación acerca de por qué todas las miradas de los observadores están hoy enfocadas hacia la decisión de Massa está en la herencia que pueda dejar, o en los votos que les pueda sumar o restar al Gobierno y al Pro, las dos fuerzas que polarizan la elección.

El caudal electoral de Massa no le alcanza hoy para soñar con la gloria, pero podría desequilibrar la relación de fuerzas que hoy relevan los sondeos entre el gobierno y la fuerza de centroderecha más competitiva que haya disputado elecciones en la democracia recuperada en 1983.

Algunas de las últimas encuestas de intención de votos conocidas, revelan que el candidato más favorecido del FPV, Daniel Scioli, marcha delante de Macri a una distancia que, de estirarse un par de puntos, podría convertirlo en presidente de la Nación en la primera vuelta.

Otros sondeos indican que si Massa declinara su precandidatura presidencial la mayoría de sus votantes optaría por el candidato oficialista, lo cual le otorga importancia a la decisión que Massa medita por estas horas y que posiblemente anuncie el martes en conferencia de prensa.

La dureza exhibida por Macri frente al pedido de unidad de Massa, permite suponer que en las próximas elecciones nacionales no habrá una coalición que agrupe a toda la centroderecha frente a la coalición de centroizquierda del FPV hegemonizado por el kirchnerismo.

Massa llegó a la situación de rogar por un espacio en la primaria en la que competirán Macri, Sanz y Carrió luego de haber triunfado en 2013 en la provincia de Buenos Aires, cuando se impuso al kirchnerismo con el apoyo del PRO.

Macri le cobra a Massa los dos años de estrellato en los que el tigrense no le pagó a su socio el favor del apoyo que recibió en 2013, cuando obtuvo cerca de 4 millones de votos en la Provincia de Buenos Aires.

El jefe de Gobierno porteño rechaza a un Massa en caída libre, pese a que posee una instalación territorial en el conurbano bonaerense, un territorio pantanoso en el que el Pro podría llegar a dejar sus pretensiones de gobierno.

La lógica del macrismo es acentuar su carácter antiperonista para polarizar la elección con el candidato peronista que surja de las PASO en la que competirán Scioli y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, porque aun siendo segundo, aspira a un balotaje que terminaría juntando en los hechos todos los votos opositores.

De este modo, el mapa preelectoral parece acercarse a la previsión del ex presidente Néstor Kirchner, que pensaba que la sociedad argentina del nuevo siglo marcha hacia una confrontación entre un bloque de centroizquierda y otro de centroderecha.

No obstante, lo nuevo que nace no deja de lado al movimiento fundado por Juan Domingo Perón, un conductor que nació en el siglo 19, desarrolló su obra política en el 20 y continua dando batalla en el 21.

 

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