viernes, noviembre 22, 2024
Golazo HDNacionales

Pobre debut de Argentina frente a Panamá en el mundial sub 20

Fue 2 a 2. El equipo de Humberto Grondona igualó 2 a 2 ante el seleccionado panameño. Correa convirtió los dos goles del conjunto albiceleste.

En medio del frío, lluvia y viento con el que atardeció Wellington, la Selección Argentina Sub 20 tuvo un opaco debut en el Mundial de Nueva Zelanda. Igualó 2 a 2 ante Panamá -quienes festejaron como un triunfo el empate, su tercer punto en un Mundial de la categoría-en un partido en el que sufrió demasiado en la última línea y apenas encontró rastros de buen fútbol cuando la tuvo en sus pies Angel Correa, quien convirtió los dos goles del cojunto albiceleste. El Sub 20 quedó en deuda con las expectativas depositadas en la primera fecha y con varios interrogantes que responder de cara al futuro inmediato. La primera parte encontró a la Argentina sorprendida por la predisposición de Panamá para tener la pelota (incluso terminó la primera parte con mayor porcentaje de posesión). El conjunto caribeño, desde los pies de Jhamal Rodríguez, aprovechó mejor los huecos del mediocampo argentino. Los de Grondona, en cambio, sólo encontraron por el sector derecho del ataque (la sociedad Correa/Rolón fue la que más se repitió) una grieta para llegar al gol. Y por allí llegó, antes del cuarto de hora, con una pared entre Correa y Tomás Martínez, que terminó con el delantero del Atlético de Madrid cruzando un derechazo potente.
Con el sello que trajo desde el Sudamericano, ese que siempre fue que aparezca el gol en el momento menos pensado, la Argentina pareció mejorar. Siempre con la velocidad mental de Correa para jugar a uno o dos toques. Pero le faltó algo de compañía. A Buendia y Romero Gamarra les costó sentirse cómodo con la pelota. Por eso Gio quedó algo aislado, sobre todo porque las únicas búsquedas fueron con pelotazos largos desde la defensa.
Ese buen pase de Correa entre líneas que terminó con el gol anulado a Rolón (estaba en offside) se repitió unos minutos más tarde, pero el chico de Vélez (movedizo y participativo) tocó la pelota por sobre el travesaño. Entonces Panamá, que simpre estuvo más sereno para tocar y buscar a un compañero, llegó al empate. Rodríguez, el mejor de los hombres de rojo, metió un derechazo desde 25 metros que se colgó en el ángulo de Batalla. Un detalle: el panameño tuvo tres tiempos para recibir, acomodarse y ejecutar. ¿Por qué? Porque la mitad de la cancha argentina (demasiado desprotegida sólo con Tripichio en la recuperación) fue salteada con faacilidad y la defensa, para colmo, esperó demasiado atrás y no intentó bloquear el remate.
La segunda etapa fue un espejo de la primera. La Argentina acumuló situaciones de riesgo, es cierto. Pero lo hizo a partir de las inspiraciones de Correa (gambeteador como siempre pero impreciso en el último pase por momentos), acompañado a cuentagotas por Espinoza en el rato que estuvo en la cancha y con algo del entusiasmo de Leo Rolón por la derecha. Lo de Panamá, previsible, fue ir agrupándose cerca del arquero De García.
Humberto Grondona buscó con variantes. Puso a Cubas en el círculo central para intentar recuperar antes la pelota (lo logró en contadas ocasiones); Tripichio se corrió al fondo (padeció en varios cruces) y Pavón entró para jugar por Buendia en el carril izquierdo del ataque. Lo más inquietante, al margen de Correa, lo hizo Espinoza. Acostumbrado al deborde constante, el chico de Huracán fue quien apuró en una mala reacción de la defensa panameña tras un pelotazo largo y tras un rebote, la pelota le quedó a Correa, quien tocó al gol desde la puerta del área para llevarse la primera ovación de un estadio despoblado pero con mucha presencia argentina en las tribunas.
El 2 a 1 a diez minutos del final dio la sensación de justicia desde un lugar fortuito. Pero como en la primera parte, Panamá lo igualó. Un centro cruzado desde la izquierda a la derecha del área, una defensa hipnotizada con la pelota y Fidel Escobar conectó un derechazo imposible para Batalla.
¿Pudo ser peor? Sí. Porque tras otro mal cálculo de la defensa nacional, Carlos Small quedó mano a mano con el arquero argentino y definió apenas afuera. Una derrota hubiese sido un mazazo.
El empate es un mal comienzo, pero al cabo, también un llamado de atención. El segundo partido será frente a Ghana, el martes, en el mismo escenario de Wellington. La ilusión sigue intacta, pese a un debut lleno de interrogantes.

Fuente: Clarín

 

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