El mate, ¿provoca cáncer?
la Organización Mundial de la Salud (OMS) determino que el glifosato, uno de los herbicidas más usados en el mundo es “probablemente cancerígeno”. Fue entonces que los defensores de ese agroquímico argumentaron que la misma calificación pesaba sobre otros productos de consumo cotidiano, entre ellos, el mate caliente.
Este argumento se basa en un dato correcto y muy poco conocido, aunque no nuevo: el mate caliente fue incluido en 1991 por la Agencia Internacional de Investigación Contra el Cáncer (IARC), dependiente de la OMS en la lista de probables cancerígenos.
Concretamente, esa agencia incluyó al mate caliente en el grupo de riesgo 2A, por delante de otras infusiones, como el te o el café.
Ese listado, en el que el mate caliente aparece, incluye todo aquello que es “probablemente cancerígeno para humanos”.
El dato coincide con otro estudio realizado oportunamente en Uruguay, que asocia al mate caliente con el cáncer de esófago y destaca que quienes lo toman tienen diez veces más posibilidades de desarrollar esa patología que aquellos que no lo hacen.
Como ese estudio la IARC también relaciona al consumo de mate caliente con la posibilidad de padecer cáncer de esófago aunque descarta otras posibilidades como el cáncer de vejiga.
Algunos especialistas destacan que es la temperatura de la bebida, más que la planta misma lo que puede representar el peligro. Desde el Instituto nacional de la Yerba Mate, en tanto, desmerecen las advertencias del organismo internacional y destacan que no hay evidencias de que haya más incidencia del cáncer de esófago en la Argentina o en el Uruguay (los dos países que más consumen mate) que en otras partes del mundo.
El mate es una bebida que es consumida tradicionalmente por millones de personas en todo el planeta. Argentina es el mayor productor de la yerba mate, pero también la consumen Uruguay (el mayor consumidor), Paraguay, Siria , Brasil, Bolivia, Chile y el Líbano.
