lunes, noviembre 25, 2024
Golazo HD

Las tres claves en el triunfo de Díaz Acosta sobre Jarry en la final del Argentina Open

El tenista argentino Facundo Díaz Acosta levantó su primer título como profesional, nada más y nada menos que en el Argentina Open. En la final derrotó a un rival de primer nivel como lo es el chileno Nicolás Jarry, en un partido donde la estrategia fue clave para llevarse la victoria.

En la antesala, el partido parecía muy complicado para Díaz Acosta, que pese a llegar a la final tenía enfrente a un Jarry que había superado a jugadores de primer nivel como Stan Wawrinka y Tomás Etcheverry, y que además había dado el golpe del torneo al derrotar al número 2 del mundo, el español Carlos Alcaraz.

Esto pareció importarle poco a Díaz Acosta, que se llevó el triunfo ante Jarry por 6-3 y 6-4 y prácticamente no le dio oportunidades para meterse en partido. Con este resultado, el bonaerense escalará 28 posiciones en el ranking APT y se ubicará 59°.

Las tres claves en el triunfo de Díaz Acosta
El drive: sin dudas su mejor golpe. Cargado de top spin y con mucha aceleración, Facundo Díaz Acosta le puede jugar de igual a igual a cualquier rival con su drive y eso quedó muy claro esta tarde frente a Jarry.

Fue su principal arma a lo largo del torneo.

Las variantes: atacó cuando tuvo que atacar. Defendió cuando tuvo que defender. Jugó profundo cuando tuvo que jugar profundo. Jugó corto cuando tuvo que jugar corto.

Mover un cuerpo de casi dos metros no es nada fácil y eso fue algo que Díaz Acosta tenía muy claro de su rival.

Por eso, desde el primer momento se propuso no dejar que Jarry pegue cómodo para que no pudiese lastimar con sus golpes, de los más potentes del circuito, y utilizó el drop shot como recurso para sacar al chileno de su zona de confort.

Esto llevó a Jarry a desesperarse, cometer muchísimos errores no forzados y tener que recurrir en muchas ocasiones al saque y volea para sorprender, recurso que no le dio resultado en ningún momento.

La concentración: el factor más importante en el triunfo de Díaz Acosta sobre Jarry.

El argentino no le dio chances de meterse en el partido a su rival casi en ningún momento y la principal causa fue la concentración que demostró en cada punto. Prácticamente no tuvo desconexiones e incluso demostró una gran jerarquía para soportar el aluvión de golpes de Jarry en los últimos games, que iba desesperado en busca de recuperar el quiebre.

A Díaz Acosta no le importó que haya sido su primera final ATP y jugó el partido como si estuviese en el patio de su casa.

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