viernes, noviembre 22, 2024
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El esmalte de los juegos de té de cerámica afecta a sus beneficios para la salud, según un estudio

Introducido como bebida medicinal hacia el 2.700 a.C., el té se ha convertido en una de las bebidas más populares del mundo. Una de las razones clave de su popularidad es su rico contenido en flavonoides y polifenoles, que contribuyen a la propiedad antioxidante, el sabor y el aroma del té, ofreciendo diversos beneficios potenciales para la salud. Estos compuestos se extraen de las hojas de té durante la infusión y pueden verse influidos por varios factores, como la temperatura del agua, el tiempo de infusión y los materiales utilizados en los recipientes de preparación del té.

Recientemente, investigadores del Instituto Tecnológico de Nagoya (NITech), en Japón, han revelado por primera vez que la elección del esmalte de los juegos de té de cerámica utilizados para preparar el té desempeña un papel clave en la retención de los flavonoides catequina.

En su estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’, el profesor asociado Takashi Shirai, junto con el doctor Yunzi Xin, Sota Shido y Kunihiko Kato, del Centro de Investigación de Cerámica Avanzada del NITech, examinaron el impacto de cuatro esmaltes comerciales típicos japoneses diferentes –Oribe, Namako, Irabo y Toumei– en el contenido de catequinas, el flavonoide más abundante en el té verde.

Aunque los recubrimientos de esmalte están formados principalmente por minerales feldespáticos, como óxidos de silicio, aluminio, sodio y calcio, también contienen distintas especies de óxidos metálicos que confieren un aspecto y una textura únicos a la vasija de cerámica.

El vidriado Oribe contiene predominantemente óxidos de cobre (Cu) y confiere un color verde vibrante, mientras que el vidriado Namako contiene óxidos de cobalto (Co) que le dan un aspecto azul oscuro. El esmalte Irabo contiene óxidos de hierro (Fe) que le confieren tonos anaranjados, mientras que el esmalte Toumei tiene un alto contenido en titanio (Ti), lo que le proporciona un acabado transparente.

Para examinar el efecto del esmalte en las catequinas del té, los investigadores prepararon una solución de té verde utilizando agua con iones intercambiados a 80 °C durante tres minutos. Se separaron las hojas de té, y el sobrenadante (líquido situado sobre el residuo sólido) se mezcló con polvos de esmalte recubiertos sobre baldosas de cerámica. A continuación, se dejó reaccionar la mezcla de esmalte y té durante seis horas y se eliminó el polvo de esmalte mediante centrifugación y filtración.

Los investigadores observaron que la solución de té prístina tenía un color amarillo brillante claro, pero tras seis horas de degradación se tornó de color marrón amarillento. En cambio, las soluciones de té degradadas por diferentes esmaltes presentaban colores negros o marrones más oscuros. En otras palabras, el grado de cambio de color dependía significativamente del tipo de esmalte.

Además, los investigadores también observaron una reducción selectiva de la cantidad de catequinas alteradas en el té. Las soluciones de té mezcladas con los esmaltes Oribe, Namako e Irabo mostraron concentraciones significativamente menores de epicatequina, epicatequina galato, epigalocatequina y epigalocatequina galato, mientras que el esmalte Toumei degradó selectivamente la epigalocatequina galato. La reducción de la concentración de catequinas y el cambio de color resultante pueden atribuirse al proceso de oxidación de las catequinas, que forma tearubiginas de color parduzco y teaflavina de color naranja rojizo y sus pigmentos de óxido.

“Durante el proceso de degradación, los óxidos de Cu, Co, Fe y Ti de los polvos de esmalte pueden actuar como catalizadores ácidos de Lewis y promover la oxidación de las moléculas de catequina a ortoquinonas, seguida de una reacción posterior para formar tearubiginas y/o teaflavina y sus óxidos. Otra ruta de oxidación es a través de la polimerización de catequinas de radicales libres intermedios”, explica el doctor Shirai. “Y es muy interesante que las tearubiginas y las teaflavinas sean los principales componentes del té fermentado, como el té negro. En otras palabras, el té verde elaborado con juegos de té de cerámica específicos puede convertirse en té negro”, ha añadido.

En resumen, este estudio pone de relieve que la elección de los materiales de esmalte utilizados en los juegos de té de cerámica puede afectar significativamente a la concentración de compuestos beneficiosos como las catequinas en el té. “La función específica de los esmaltes en la degradación de las catequinas no solo proporciona información principal para el diseño y desarrollo de materiales funcionales, sino que también puede repercutir en el consumo diario de té y en cuestiones relacionadas con la salud humana a largo plazo”, ha concluido. (Europa Press)

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