Datos sorprendentes de Qatar, el pequeño país de millonarios que será sede del Mundial
Qatar tiene apenas la superficie de Jamaica y una población similar a la de un barrio de Buenos Aires, pero dispone de los recursos suficientes como para organizar el próximo Mundial de Fútbol y darse así a conocer internacionalmente.
El emirato ubicado en el sudoeste asiático es un gran exportador de gas natural y petróleo, pero además planifica un giro hacia el turismo, lo que lleva a la organización de este certamen, por primera vez en el Mundo Árabe.
Lo cierto es que Qatar está repleto de curiosidades. Acá están diez de ellas:
1 50 años de existencia y un golpe de Estado. Qatar dejó de ser protectorado británico en 1971, mantuvo su condición de emirato, y desde entonces vivió un solo sobresalto, cuando en 1995 el jeque Hamad al Thani, acaso impaciente por heredar al trono, depuso a su padre, Jalifa bin Hamad al Thani, quien se encontraba de vacaciones en Suiza. En 2013, a su vez, abdicó en favor de su hijo, Tamim bin Hamad Al Thani, actual gobernante de 42 años.
El país con mayor renta per cápita del mundo. Además de petróleo, posee la tercera mayor reserva mundial de gas natural (proveniente de formaciones geológicas). Su economía es de “altos ingresos” según el Banco Mundial. No es dato menor que tiene el control total de sus recursos naturales. Según se evaluó, en los últimos 70 años “pasó de la Edad Media a la moderna”.
Nunca antes se jugó un Mundial en noviembre. Esto se debe a las altísimas temperaturas de Qatar, que en verano rondan los 36 ºC de media, pero pueden alcanzar los 50 ºC, en tanto que en invierno hay unos más amigables 20/30 grados.
Tantos qataríes como vecinos del barrio de Palermo. Si bien presenta una población de cerca de 2 millones de personas, apenas 250.000 son ciudadanos cataríes. El resto son extranjeros que trabajan allí. Es decir, apenas supera a los vecinos de Palermo, unos 225.000 según el último registro. En Qatar hay 331 argentinos, según el cónsul Manuel Paz. Durante el Mundial, habrá muchos más: estamos en el Top Ten de países que más tickets compraron.
El emir es la máxima autoridad y, por lo visto, solo debe temer a su heredero. Sí debe respetar la Sharía, la ley del Islam. Y “escuchar” a un órgano consultivo de 45 miembros aunque, pequeño detalle, 15 de ellos son designados por él mismo…
Es Qatar, Katar, o Catar? Gaius Plinius, escritor romano, a mediados del siglo I se refirió a los habitantes de la península como “catharei”. Un siglo después, Ptolomeo produjo el primer mapa refiriéndose al lugar como “Catara”. Desde el siglo XVIII, “Katara” surgió como la ortografía más común. Tras las variaciones “Katr”, “Kattar” y “Guttur”, se adoptó el derivado moderno “Qatar”. Pero en 2010, la Real Academia Española recomendó “Catar”, ya que “Qatar” provenía “de los originales árabes que presentan un uso de la ‘q’ ajeno al sistema ortográfico del español”.
Hay que besarse menos. Como otros países árabes, Qatar es muy severo con las manifestaciones amorosas públicas. Se penalizan besos y/o abrazos en la calle. Los “actos homosexuales” directamente son ilegales y pueden castigarse con la muerte. Las mujeres no están obligadas a llevar velo, pero pueden ser condenadas por “adulterio” en caso de violación.
Alcohol, solo antes y después de los partidos. Si bien no está prohibido, se lo restringe a hoteles y clubes nocturnos. En el caso del Mundial, se lo podrá consumir 3 horas antes y una hora después de los partidos, dentro del “perímetro” de cada encuentro. No es dato menor que una poderosa cervecera es auspiciante del campeonato.
En Doha se encuentra Al-Jazeera, la cadena de TV que informa sobre el mundo árabe. Se hizo famosa durante las guerras del Golfo. Nació sustentada por el estado, pero actualmente es paga. Se habla en árabe, pero tiene su versión en inglés.
Los qataríes son además dueños del Paris Saint Germain (PSG), y le pagan el sueldo a Lionel Messi. En 2011 se hicieron de la mayoría accionaria del club. El presidente es Nasser Al-Khelaifi, amigo del emir y a cargo del Qatar Investment Authority (QIA), un Fondo Soberano de Inversión que se ocupa de invertir los beneficios del petróleo y el gas natural.