Markic, sobre el cruce contra River: “Sería desgastante, pero a mí me gustaría…”
El ayudante de Rodolfo Arruabarrena habló de la definición del grupo de River; “No es lo mismo la Sudamericana que la Libertadores”, avisó; además, cómo hizo Boca para cambiar su imagen.
“Vamos Boca”, grita un joven, vestido con la camiseta xeneize alternativa, mientras se aferra a un par de entradas que parece ofrecer al cielo, en un claro gesto de agradecimiento. Otros cientos esperan en la larga fila, ilusionados con llegar a conseguir algún ticket del remanente que el club puso a la venta para el encuentro de mañana ante Palestino, por la última fecha del Grupo 5 de la Copa Libertadores. El equipo ya está clasificado, pero la convocatoria no cede.
Pocos metros más adelante, casi en la esquina de Villafañe y Valle Iberlucea, algunos curiosos aguardan en el portón de rejas cuadradas que da acceso al predio Pedro Pompilio, donde el plantel de Boca se entrena a diario. Cruzar esa puerta es entrar a un mundo diferente. En la sala de espera del centro de alto rendimiento que el club estrenó en los últimos meses, las historias desfilan y se entrelazan. Dos periodistas uruguayos, con el mate y el termo al alcance de la mano, esperan por Nicolás Lodeiro. También pasa Rodolfo Arruabarrena, que tiene una entrevista pautada con la televisión. “¿Y? ¿Hoy los va a atender Nicolás? Si no, me dicen y lo multamos”, bromea el Vasco con los charrúas.
Allí, mientras cada breve historia demuestra la tranquilidad de un club que supo superar y olvidar meses difícil, canchallena.com también espera. “En cinco minutos voy”, avisa Diego Markic, ayudante de Arruabarrena, por un mensaje directo de Twitter. Él, como cada integrante del cuerpo técnico, siguen trabajando incluso cuando ya no quedan futbolistas en el predio. Fiel a su palabra, el hombre que cubre las espaldas del director técnico xeneize en cada partido llega al encuentro. “Vení, hablemos acá”, marca el ex jugador de Argentinos Juniors, Bari, de Italia, Colón y Quilmes, que se dispone a hablar de todo: el pasado, el presente y el futuro, ¿con River en el camino?
-Cuando terminó 2014, dijiste que el objetivo era tener más la pelota. ¿Crees que lo lograron?
-Viendo los porcentajes, sí. El tema es que no la tenés que tener por tener. Pero, por lo menos en esta primera etapa, se ha logrado. Se hicieron muchos goles y se generaron muchas situaciones con un alto porcentaje de tenencia de balón. También hay que ver las circunstancias y dónde tenés la pelota. Por momentos, se ha hecho mejor y, por otros, no tanto. La idea es, ahora que nos ha tocado ir ganando, saber defenderse con la pelota lejos de nuestro arco.
-¿Qué debe mejorar el equipo en ese aspecto?
-Muchas cosas. Siempre se puede seguir mejorando cosas. No conozco un equipo perfecto. Siempre tenés que trabajar en la posesión del balón, en saber cuándo lastimar. Hubo algunos momentos de partidos en los que, quizás, nos metimos atrás y la tuvimos un poco menos, como el segundo tiempo con Huracán. Pero es muy difícil mantener el mismo ritmo durante 90 minutos. Necesitás un equipo inteligente para saber manejar los ritmos de los partidos lejos de tu arco.
-Arruabarrena dijo que no quieren que los tilden de “máquina”. ¿El protagonismo o los elogios son una presión que quieren evitar?
-El trabajo nuestro consiste en que los jugadores estén al margen de esto, tratar de abstraerlos de ese ambiente ganador, porque después te pasa lo que te pasó con Chicago. No digo que uno subestima al rival, pero en la cabeza del jugador estas cosas juegan. Insisto, no hay un equipo que sea perfecto. Sí hubo equipos como el Barcelona o el Bayern de Guardiola, que era lindo verlos jugar, pero siempre se puede mejorar. No hay que meterse presión uno mismo, y menos con algo que no es así, porque en el fútbol argentino es todo muy parejo y con poco te complican.
Si de 16 partidos, ganaste 13 y empataste tres. Yo tendría más cuidado con las críticas, tanto para abajo como para arriba
-Esta presión no existía el año pasado, cuando llegaron al club. ¿Cuáles son las diferencias entre ese Boca y este Boca?
-Nosotros llegamos a un Boca donde ya estaba el plantel, donde no tuvimos tiempo de trabajar. Había muy buenos jugadores, pero con la doble competencia era difícil tratar de imponer una idea o de transmitirles a los jugadores lo que uno pensaba. Había muchas cosas que se tenían que ajustar, teniendo en cuenta lo que nosotros pensábamos. Con la pretemporada y algunos refuerzos puntuales, pudimos definir una idea. Hoy se puede jugar mejor o peor, pero el equipo tiene una identidad.
-Pero más allá de los futbolístico y los refuerzos, ¿cómo se cambia la mentalidad de un equipo que llegaba mal?
-Los cambios son renovadores, pero eso dura poco. La pretemporada nos sirvió para ajustar eso: el grupo, el clima, el saber que todos son importantes. Y que eso no quede sólo en palabras, sino que se demuestre. Todos tuvieron su oportunidad. Eso el jugador lo vio y solidificó la idea de un grupo.
-En menos de 10 meses, pasaron por todo: desde la semifinal contra River hasta este presente alentador…
-Siempre le decimos a los jugadores: “Acuerdense hace cuatro meses, que éramos los ‘peores'”. A veces, parece que no hay término medio. Yo no creo ni en ser el mejor ni en ser el peor. Y acá eso cambia de una semana a la otra. Después de San Martín de San Juan, empezaron con ‘que Boca es esto o lo otro’. Hoy lo mismo, tras empatar contra Chicago, volvieron las críticas. Nosotros las entendemos, porque somos los primeros en ser críticos. Pero si de 16 partidos, ganaste 13 y empataste tres… Yo tendría más cuidado en ir tan abajo o, incluso cuando ganás, en ir tan arriba.
-¿Van a seguir la definición del grupo de River en la Libertadores?
-Yo sigo la clasificación de River como sigo toda la Copa. El miércoles (por hoy) voy a ver el partido de River, como hoy (por ayer) voy a ver Huracán-Cruzeiro. Porque me gusta. Yo no sé con quién me voy a enfrentar, por eso me gusta ver y conocer a los equipos y a los jugadores.
-Pero si ves la tabla, sabés que es una posibilidad jugar contra River…
-No, yo digo que voy más allá del rival. Quizás, veo a uno que va por el otro lado, porque me gusta ver fútbol, conocer, tener una idea de todos los equipos. Después, haremos más hincapié en el rival. Pero sí: a grupos como el de Huracán o el de River los seguís con mayor atención porque pueden ser futuros rivales. Así te ahorrás un poco de trabajo.
-¿Te gustaría enfrentar a River?
-Yo creo que una serie en octavos sería muy desgastante. No es lo mismo enfrentarse con el clásico en una semifinal que en octavos. Porque después de octavos, te queda mucho recorrido. Luego de una semifinal, en cambio, ya tenés la final y jugás casi con el cambio automático. Sería desgastante, pero la verdad… a mí me gustaría. Es un partido donde la semana previa es fascinante. Vivir esto es una oportunidad única. Todo lo que se habla, cómo lo vive la gente. Nosotros salimos a jugar contra River y la puerta del hotel estaba llena de hinchas. Son cosas únicas. Tener esa oportunidad es lindo. Pero el quetoque toque.
-A pocos meses de la otra serie, ¿podría ser una revancha?
-No sé. Eso fue Sudamericana, aunque siempre duele. Pero la Copa (Libertadores) es la Copa. Tiene otro significado. Por eso digo que ni lo del verano fue una revancha de la Sudamericana ni la Copa sería una revancha para la Sudamericana. Son partidos distintos. La Copa Libertadores es la Copa Libertadores para Boca o River. Tiene otro significado. Es como la Europa League y la Champions. La Europa League, yo digo, se ve más la final que los otros partidos, que casi no se siguen. De la Champions ves todo. Me parece que acá pasa lo mismo.
-En un hipotético cruce, ¿quién tiene más para perder?
-El que llega mejor casi siempre tiene más para perder. Yo prefiero llegar siempre mejor, porque me da más seguridad. Igual, muchas veces, cómo llegás al clásico es medio relativo. Nosotros, a los clásicos de la Sudamericana o al de la lluvia, llegamos un poco por debajo de ellos y, más allá de la derrota, fueron súper parejos.
-Si te escribo dos papeles, uno con River y otro con Juan Aurich, ¿cuál firmás?
-Ponelo y lo firmamos (risas).
-¿Cuál?
-Yo tengo mi pensamiento personal, que, quizás, no es el mismo de todos…
-¿No es el mismo que el del Vasco?
-Quizás, no es el mismo que el del Vasco (risas). Uno tiene sus preferencias, pero el que toque toque..