Se viene un Congreso sin mayorías y los candidatos ya buscan acuerdos

Tras una década donde el oficialismo controló ambas cámaras a su criterio –con excepción de dos años en Diputados–, en el período que se inicia en marzo de 2016 se necesitarán recuperar mecanismos de diálogo y consenso que no abundan en el Congreso. Situación quereconocen tanto desde el sciolismo como en la oposición.“Estamos acostumbrados a gobernar en minoría, buscar consensos y encontrar puntos en común”, consideran desde el entorno del gobernador Daniel Scioli. Y señalan:  “Con un bloque propio que será la primera minoría y buscando los consensos necesarios no va a ser un problema la gobernabilidad”. El mismo razonamiento hizo Patricia Bullrich, una de las espadas del macrismo en Diputados: “Primero vamos a construir una mayoría con los radicales y la Coalición Cívica, y después tendremos que alcanzar el quórum de manera negociada”. Y enumeró al peronismo disidente y a distintas fuerzas provinciales –que suelen jugar con los oficialismos– como sectores para sentarse a acordar. Desde el massismo también recurrieron al concepto de “diálogo y consenso”. El diputado Adrián Pérez se mostró confiado de que en caso de ser presidente, Sergio Massa podrá negociar con otros sectores “las políticas públicas que todos sabemos que son necesarias para el país”.

Todos son optimistas, pero lo cierto es que la construcción de nuevas mayorías no será tarea sencilla. En la Cámara de Diputados habrá dos polos fuertes, uno del Frente para la Victoria y otro de la flamante “coalición parlamentaria” –como la presentan– entre radicalismo, Coalición Cívica y PRO.

En el Senado, en cambio, se mantendrá la tendencia que se arrastra desde el retorno de la democracia: el peronismo conservará la mayoría, por lo que un presidente no peronista necesitará de nuevos reacomodamientos para aprobar leyes sin consenso.

La radiografía todavía es incierta, ya que la composición de las cámaras se define recién en las elecciones de octubre, y nadie puede predecir el efecto que tendrá el desempeño de los candidatos en las primarias de agosto. Sin embargo, por la cantidad de bancas que pone en juego cada espacio es posible hacer un cálculo estimativo.

El kirchnerismo, por ejemplo, debe renovar las bancas que ganó gracias al 54% que obtuvo Cristina Kirchner en 2011. Ni el más optimista cree que se podrá repetir esa cifra, por lo que en el mejor de los escenarios un presidente del Frente para la Victoria podrá contar con 110 diputados como mucho.

En el macrismo y el radicalismo por estas horas reina el optimismo. Sin embargo, es difícil que puedan superar los 90/95 diputados. Allí, el bloque de la UCR, al ser mayoritario, tendrá el peso para condicionar un eventual gobierno de Macri. Más difícil la tendría Massa, que sumando a los diputados del peronismo disidente podría contar con apenas 40 o 50 diputados. Puede ganar muchos diputados en la provincia de Buenos Aires, pero la falta de una estructura nacional lo complicaría en otros distritos. En su caso, será necesario un acuerdo con toda la oposición o, por el contrario, conseguir el respaldo de peronistas que hoy siguen siendo oficialistas.