viernes, noviembre 22, 2024
Policiales

Morla declaró que para él fue “una idiotez” llevar a Maradona a Tigre y apuntó a la familia

El abogado Matías Morla, representante y apoderado de Diego Armando Maradona, dijo hoy que para él fue “una idiotez” que el “Diez” fuera trasladado de la Clínica Olivos, donde fue sometido a una neurocirugía, a la casa del partido bonaerense Tigre en la que finalmente murió el 25 de noviembre del año pasado, y aseguró que esa fue una decisión de la familia y de la que no participó.

“No estuve de acuerdo en la casa. Le digo lo que me dijeron. Que le empezaron a mostrar casas y que la eligieron Diego y Giannina, creo. No estoy seguro si Giannina, pero Diego seguro. Yo lo que hice fue sacar plata para pagar. Fue una idiotez esa casa vacía. Con esa plata había que poner tres médicos y él estaría vivo”, declaró el letrado en su testimonial de 20 páginas a la que accedió Télam.

Morla recordó que Maradona cuando vivía en Dubai “tenía trato de presidente” pero que “ése claramente no era el trato que tenía ahí, en Tigre”.

“Los motivos tenían que ver con su estado de salud. Diego, en esa casa, no se hubiera quedado ni diez segundos. No por la casa en sí, sino por la calidad de vida que llevaba (…) De hecho, no era ni una habitación en donde dormía”, indicó.

Consultado por los fiscales acerca de si participó o tuvo alguna incidencia en la decisión en el traslado de Maradona a Tigre, el testigo respondió: “Me llamó el director de la clínica, me dijo que había hablado con las hijas, y que ellas le dijeron que yo era un problema, que a iba a obstaculizar la decisión del egreso, pero yo le dije que no era el Conde Drácula. Lo mejor para Diego, dije, era lo que dijeran los médicos.”

Luego, Morla recordó que la última vez que lo vio a Maradona fue el 16 de noviembre en Tigre y que en esa oportunidad notó que Diego usó una voz “como muy aguda, con intermitencias”, “rara” y que “no era la voz de él”.

“Pensé al principio que me estaba cargando. (…) Estaba consciente. Entonces le dije, después te tengo a ver, le di un saludo, y él me agarro, me tiró hacia él y me dijo te amo. Esa fue la última vez que lo vi.”

En otro tramo de su declaración, el abogado consideró que “después de analizar la situación y ver como Diego estaba y lo que pasó después, claramente su salud fue subestimada”.

“Indudablemente el temperamento que adoptaron (los médicos) fue el equivocado porque Diego está muerto. Me enteré que estuvo todo mal hecho. Que (el neurocirujano Leopoldo) Luque no era informado, que las enfermeras no se comunicaban con él por una orden, y que éste no lo podía ver a Diego”, afirmó Morla.

La declaración de Morla fue requerida a la Justicia por Dalma y Gianinna Maradona, quienes mantienen desde siempre -y más aún tras la muerte de Diego- un fuerte enfrentamiento con el abogado, a quien acusan no solo de impedirles tener una relación frecuente con su padre y de haberse apropiado de bienes y de los beneficios de las marcas que poseía, sino también de tener responsabilidad en el fallecimiento.

El martes último, los fiscales a cargo de la causa, Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra hicieron lugar a un pedido que habían realizado los abogados de Dalma y de Gianinna, Federico Guntin y Marcelo Sverdlik Warschavsky, y citaron a Morla de manera presencial.

En un escrito entregado a los fiscales el 22 de septiembre, los representantes de las dos hijas del “10” insistieron en no agotar la investigación de la muerte del exfutbolista con las responsabilidades médicas sino que se profundice para saber si había alguna razón por la cual Diego “debía morir” y que se cite a declarar como “medidas de prueba” a cinco miembros del “entorno”, entre ellos, Morla.

Además de Morla, esta semana también deberán presentarse para ampliar sus testimoniales otras dos personas de mucha cercanía con el “Diez”: el cuñado de Morla, Christian Maximiliano Pomargo, quien era secretario personal de Maradona y convivía con él; y el sobrino del exfubolista Jhonatan Espósito, quien también vivía en la casa de Tigre en la que murió Diego el 25 de noviembre de 2020.

Los fiscales pidieron también que se presenten a declarar la escribana Sandra Verónica Iapolsky y la contadora Andrea Trimarchi.

Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre, donde transitaba la internación domiciliaria que está bajo investigación penal en la justicia de San Isidro.

La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.

Tras las conclusiones de una junta médica, siete profesionales de la salud, entre ellos el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, fueron imputados por “homicidio simple con dolo eventual”, figura penal que prevé de 8 a 25 años de prisión y que fue elegida por los fiscales tras una investigación en la que concluyeron que el equipo médico de Maradona fue “deficiente”, “temerario” e “indiferente”, y que sabía que el “10” podía morirse y no hizo nada para evitarlo.

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