La soja que rompe récords
En un lote de 220 hectáreas en la localidad de Hughes, al sur de Santa Fe, Alberto Marchionni cosechó esta semana un promedio de 6.700 kilos por hectárea, el mayor rinde de su rica historia. Usó la nueva variedad resistente a insectos.
Ya comenzó la trilla de granos gruesos en varios puntos de la zona núcleo y los resultados en algunos verdaderamente sorprenden. Por eso, esta semana la Bolsa de Comercio de Rosario mantuvo su estimación de cosecha de soja en 58 millones de toneladas, a pesar de la superficie perdida por las intensas lluvias en Córdoba y Santa Fe.
Uno de los que pegó fuerte con los rindes es Alberto Marchionni, productor y presidente de la empresa 3-El Semillas, quien comenzó a cosechar la soja esta semana y se llevó una grata sorpresa: obtuvo un promedio de 6.700 kilos por hectárea en un lote de 220 hectáreas ubicado en la localidad de Haughes, en el sur santafecino, marcando un récord para su vitrina.
“Tuvimos picos de 8.000 kilos por hectárea”, destacó Marchionni, quien agregó que lo cosechado en ese lote será destinado a la producción de semillas, ya que el hombre es multiplicador de DonMario, entre otras actividades. La mayor marca histórica del productor había sido la campaña pasada, cuando obtuvo un promedio de 5.800 kilos por hectárea.
Para alcanzar este alto rendimiento, indicó que el manejo agronómico y la tecnología utilizada, incluyendo la nueva soja RR2Bt, fueron fundamentales.
En primer lugar, Marchionni informó que el suelo de este lote es de capacidad de uso 1 y hace 20 años que viene bajo el sistema de siembra directa, con una rotación de trigo/soja de segunda, maíz y soja. Utilizó una variedad de grupo de madurez corto y la fecha de siembra fue el 10 de octubre. El cultivar se sembró a 42 centrímetros de distancia entre hileras, tratando de lograr 280.000 plantas por hectárea. La semilla tuvo un tratamiento profesional previo a la siembra y se agregó 80 kilos de fertilizantes, de los cuales 50% corresponde a MAP y el 50% restante a superfosfato simple.
El productor aclaró que se hicieron dos aplicaciones de fungicidas en R2 y R5. En la última aplicación, que fue para el control de cercóspora kikuchii (enfermedad de fin de ciclo), agregó un insecticida para chinches. “Este año se presentaron la bolillera en forma temprana y más tarde, la medidora. Pero al tener la tecnología Bt evitamos dos aplicaciones”, relató Marchionni, quien trabaja acompañado por Rafael Marchionni Baste y Gustavo Justribo, responsables del manejo agronómico de la empresa.
Además, las óptimas lluvias también fueron trascendentales. En total, durante el desarrollo del cultivo cayeron 611 milímetros. En enero, mes en el cual se ubicó la floración del cultivo, llovieron 243 milímetros.
Pero no todo es color de rosas, advirtió Marchionni, ante este escenario de altos rindes en la soja. Aseguró que es el único cultivo que da rentabilidad en el negocio de la agricultura cuando se trabaja en campos arrendados, ya que en trigo y maíz trabajó a pérdida.
Según los cálculos que realizó, el rinde de indiferencia de la oleaginosa era de 4.300 kilos por hectárea. Por su parte, el productor destacó que el rinde de indiferencia en maíz es de alrededor de 17.000 kilos por hectárea y en trigo es de 7.500 kilos por hectárea.
Así, Marchionni describió que durante esta campaña perdió 380 dólares por hectárea en la producción del maíz y 300 dólares por hectárea en el cultivo de trigo. “Esto es por el congelamiento del tipo de cambio, las altas tasas bancarias e inflación que hay en el país”, se lamentó.
Pero, está claro, a pesar del mal momento del negocio agrícola, los productores siguen apostando a una tecnología que siempre brinda chances