lunes, noviembre 25, 2024
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Edulcorantes: ¿buenos o malos?

Por Juan Carlos Marcillo Pantoja (MN 163721), médico especialista en obesidad y miembro de Bionut Obesidad.

Los edulcorantes son sustancias con la capacidad de reemplazar el dulzor que tiene el azúcar. Se clasifican según su origen (artificiales-naturales), carga calórica (calóricos-no calóricos) y estructura química (carbohidratos, glucósidos, alcoholes de azúcares). Los edulcorantes naturales sin calorías, al no tener índice glucémico, no alteran los niveles de glucosa en sangre ya que no son carbohidratos. En cuanto a los edulcorantes artificiales tienen la característica de no aportar energía además de no alterar los niveles de glicemia en sangre.

Las bebidas azucaradas han sido asociadas con el sobrepeso, la obesidad, diabetes tipo 2 y el desarrollo de síndrome metabólico, por lo que el uso de edulcorantes no calóricos se convirtió en una posible solución, para lo cual antes de su aprobación por la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos en español) se realizaron múltiples estudios toxicológicos concluyendo que son seguras, bien toleradas y no se asociaron con alteraciones en los valores de la glucosa, hemoglobina glicosilada y péptido C, tanto en pacientes diabéticos como no diabéticos.

Mientras tanto, se recomienda guiarse con las recomendaciones del consenso Iberoamericano sobre el uso de edulcorantes no calóricos, el cual estipula que:

* El uso de edulcorantes no calóricos en pacientes con obesidad contribuye a disminuir y mantener del peso perdido, siempre y cuando esté asociado a un plan dietético estructurado.

* El uso de edulcorantes no calóricos en programas de control de diabetes puede contribuir a un mejor control glicémico.

* Los edulcorantes no calóricos son aptos para el consumo de la población y se recomiendan en pacientes diabéticos, con sobrepeso, historia de caries dental severa o cualquier condición que restringa el uso de azúcares.

* El consumo de edulcorantes no calóricos es apto en embarazadas y mujeres lactantes, siempre que las ingestas no excedan los rangos de ingesta diaria aceptados.

La sucralosa, edulcorante artificial no calórico, es una forma de sacarosa modificada mediante halogenación selectiva; su aporte calórico es de cero y tiene un sabor de hasta 600 veces más dulce que la sacarosa. Es muy soluble en agua y de pobre absorción gastrointestinal. Además, debido a que puede mantenerse estable altas temperaturas, se lo utiliza con mucha frecuencia en recetas que requieren horneado. Se estima que se encuentra en alrededor de 4000 productos en el mundo entero.

Dentro de los mitos encontramos que los edulcorantes consumidos por mujeres embarazadas generan malformaciones fetales, que son cancerígenos, o que producen caries, nada más alejado de la verdad ya que su seguridad ha sido avalada por múltiples estudios. Algunos de estos mitos surgieron en el marco de batallas comerciales entre marcas que buscan mantener o generar mayor cantidad de ventas.

Por otro lado, debemos comprender que la obesidad es una enfermedad multifactorial, no obstante, un factor contribuyente al desarrollo de la misma es el consumo de altas cantidades de azúcares en la dieta, por lo que remplazar al azúcar con edulcorantes es una alternativa que puede ayudar en el control del peso, tal como se observó en el estudio de Miller et al. En donde concluyen que el uso de edulcorantes puede ser beneficioso a corto plazo para disminuir el peso corporal. Sin embargo, para logar un peso saludable es necesario tener una dieta equilibrada, disminuyendo al máximo el consumo de alimentos ultraprocesados, eligiendo alimentos naturales de buena calidad, además de realizar actividad física regular acorde al estado físico de cada persona y edad.

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