Qué son las vacunas de “segunda generación” y por qué son el puntapié para un nuevo modelo de producción
Julián Maggini, director médico de la compañía biotecnológica Vaxinz que recientemente firmó un acuerdo con la Fundación Instituto Leloir y el Conicet para desarrollar una vacuna de segunda generación contra el coronavirus, afirmó que este convenio “debería ser el puntapié para desarrollar este modelo de producción científica” en toda la región.
“Es una prueba de concepto que estamos haciendo, estamos trabajando en un modelo nuevo porque la situación de pandemia nos obligó, y esto debería resignificar un poco el concepto de producción científica, desarrollo tecnológico y de economía del conocimiento”, dijo Maggini en diálogo con Télam audiovisual.
El director médico sostuvo que “en Latinoamérica y la Argentina tenemos las capacidades científicas que necesitamos, las capacidades tecnológicas, la infraestructura, y las farmacéuticas”, y aseguró que el país “necesita de estos enlaces entre economías de inversión temprana, de investigación y desarrollo, y grupos científicos”.
Vaxinz es una compañía biotecnológica argentina que se constituyó para el desarrollo de esta vacuna de segunda generación hace un año y medio.
Se trata de un tipo de vacuna que aparece en una segunda etapa y es más sofisticada contra el coronavirus, ya que indujo una respuesta inmune muy potente en laboratorio.
“Tomamos la idea del grupo del laboratorio del doctor Osvaldo Podhajcer (coordinador del proyecto, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la Fundación Instituto Leloir e investigador superior del Conicet) y entramos en la fase más temprana del desarrollo en el laboratorio, acompañando todo lo que va a ser el progreso de la tecnología de la vacuna”, explicó Maggini.
En este sentido, indicó que Vaxinz “congenia la dinámica de un laboratorio investigaciones científicas con un objetivo farmacéutico, unimos las piezas para trasladar el conocimiento que se genera en el laboratorio para transformarlo en una solución que pueda llegar al mercado y ser una vacuna para la región”.
Con respecto a la novedad de la inversión temprana en la región, Maggini señaló que “es algo raro para esta latitud, pero no es algo tan alocado si uno lo piensa”, y remarcó que por las condiciones que impone la pandemia es necesario “funcionar de esta manera”.
A su vez, aseguró que encuentra “mucho valor en trabajar junto con el científico”, ya que permite “mitigar el riesgo desde una etapa muy temprana”.
En los próximos meses, este “modelo de trabajo colaborativo en red con distintos centros” cumplirá la etapa de análisis preclínicos regulatorios y, a partir de ahí, se obtendrá “un producto que nos posicionará de una manera distinta para transaccionar con estados”, finalizó Maggini.