Platos típicos de ayer y hoy: ¿Qué se comía en la Revolución de Mayo de 1810?
En la época del Virreinato del Río de la Plata la influencia española llegaba a la cocina local. Sin embargo, las delicias con raíces indígenas y los platos criollos eran los favoritos del pueblo. En ese entonces, la diferencia entre clases dividía la cocina entre los platos populares y la comida de ricos. Aquellos que pertenecían a familias acomodadas solían tener más acceso a la carne asada y a los mejores cortes, mientras que el resto, los más económicos eran utilizados por los pobres para realizar pucheros o guisos.
El locro y la carbonada son dos clásicos de la época colonial que aún se consumen en los hogares argentinos. Ambos llevan zapallo, carne y maíz, algunos de los ingredientes más populares por aquel entonces.
En 1810 las empanadas eran una de las comidas más comunes, esas que las vendedoras ambulantes ofrecían “calientes para las viejas sin dientes”. Lo cierto es que este plato supo transgredir en el tiempo hasta convertirse en una delicia argentina que hoy goza de fama y envidia mundial.
También se preparaba con frecuencia zapallitos rellenos, albóndigas y diferentes clases de sopas, como la de arroz o la de fideos. En la cocina criolla además se consumía asado, matambre, estofado y humitas.
Dulces y bebidas
Otras comidas que eran cotidianas en tiempos de la Revolución de Mayo, en cambio, ahora casi han desaparecido o quedaron reservadas a ciertas áreas geográficas. La mazamorra, por ejemplo, era el postre preferido de los criollos: maíz blanco hervido con leche y azúcar.
Entre los sabores dulces que adoraban pobres y ricos, estaba la natilla a base de leche, huevo y azúcar o miel, las rosquitas de azúcar, (una pasta de azúcar cocida y estirada en barras muy delgadas), el arroz con leche, los bocaditos de papa, los pastelitos de membrillo, los buñuelos, el dulce de leche, la miel y las frutas.
La bebida más tradicional de esa época era la chicha, considerado la bebida de los dioses indígenas. Los indios preparaban dos variedades: una fermentada y otra sin fermentar. La base de su preparación era el maíz. El vino, producido en San Juan, Mendoza, La Rioja, Tucumán, Córdoba y Salta ya se consumía en todo el país. En cambio, el aguardiente (bebido por las clases bajas) y la cerveza que no se fabricaba aquí se importaba de Estados Unidos u otros lugares.