viernes, noviembre 22, 2024
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Argentina conmemora el Día de las Mujeres con una agenda en tensión, centrada en la IVE y el femicidio

El derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) es ley en Argentina, una norma militada y concretada al impulso de los movimientos de mujeres, uno de los logros destacados para este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, avance que convive con la drástica realidad de los femicidios, ya que en promedio, hay varones que cada 30 horas siguen matando mujeres en el país.

La ley IVE nº 27.610 está en vigencia, y queda “un largo camino por delante” para garantizar su cumplimento efectivo en todo el territorio nacional, tal como analiza Vilma Ibarra, primera mujer en ocupar la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación, en un reportaje que integra la producción especial 8M: Historias en Movimiento, producido por Télam.

Cuando se resalta que una mujer fue la primera en un cargo publico, privado o de organizaciones sociales, se detecta que el camino a la igualdad y la equidad es lento y sinuoso.

No es un dato menor: es la base de las violencias que pueden convertirse en femicidios. Allí están las desigualdades cotidianas, profundizadas en este último año por la pandemia por coronavirus.

Las mujeres son las que sufren los mayores niveles de desempleo y precarización laboral. Ganan, en promedio, un 29% menos que sus pares varones, brecha que se amplía para las asalariadas informales, alcanzando casi un 36%.

La presencia de niños y niñas en el hogar amplía la brecha en la distribución del trabajo no remunerado: las mujeres sin niñas o niños menores de 6 años a cargo realizan el 72,7% de estas tareas, mientras que quienes tienen dos o más se hacen cargo del 77,8% de ellas, según datos de la Dirección de Economía, Igualdad y Género de la cartera económica nacional, a cargo de Mercedes D’Alessandro.

Y hay más datos en un nota que condensa estas estadísticas.

Otra vez: D’Alessandro es la primera en ocupar este puesto, que además, jamás existió.

La pandemia por coronavirus impregna todo análisis en esta época. En una entrevista, la socióloga Karina Bidaseca, explica el impacto de la Covid-19 en la vida de las mujeres, a partir de un estudio que realizó y que terminó siendo un modelo para Cuba, Chile, Uruguay, Venezuela y España.

A su testimonio, se suma una infografía, con un listado inconcluso y seguramente injusto, de científicas e investigadoras argentinas protagonistas gracias a su trabajo en pandemia.

La violencia de género no dio tregua en aislamiento, al contrario, se profundizó, porque muchas mujeres debieron realizar la cuarentena con sus maltratadores. Las alertas se activaron y los poderes del Estados debieron adecuar las medidas de acompañamiento.

De acuerdo a datos del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, los llamados a la línea 144 durante 2020 aumentaron un 21,4% promedio respecto al 2019. Hay detalles en una nota y gráficos sobre el asesoramiento de este servicio estatal.

Y los femicidios no cesaron: en los dos primeros meses del año hubo 47, lo que arroja un promedio de uno cada 30 horas, según el relevamiento de Observatorio Mumalá.

Los fríos números tienen variaciones según las ONGs que con gran esfuerzo y compromiso, se dan la tarea de visibilizar los crímenes de género.

Y los fríos números no deben ocultar y adormecer al Estado y la sociedad: son mujeres asesinadas por varones violentos.

Dice también Vilma Ibarra: “No es posible prevenir, investigar y sancionar femicidios si jueces y juezas, fiscales, y fuerzas de seguridad de la Nación y de todas y cada una de las provincias no incorporan la perspectiva de género y dan cuenta de los hechos de violencia. No puede haber espacio para jueces y juezas, fiscales y fuerzas de seguridad que no actúan ante los femicidios, o peor aún, los apañan”.

Desde el presidente Alberto Fernández, integrantes de su Gabinete, hasta referentes feministas están pidiendo cambios urgentes en el Poder Judicial.

Luego de femicidios recientes de mujeres que habían recurrido al Estado pidiendo una protección que no llegó o fue insuficiente, el Gobierno nacional decidió conformar el Consejo Federal para el Abordaje de Femicidios, Transfemicidios y Travesticidios.

Las acciones necesarias para detener la violencia femicida son urgentes.

Este contexto general, va acompañado es este especial de Telam con una variedad de notas que entrecruzan las distintas secciones, que muestran la diversidad de mujeres del país, en el gran desafío que se transita desde la edición de Género y Diversidades de la agencia nacional de noticias.

Hay voces jóvenes de las distintas regiones argentinas: secundarias militantes en sus escuelas porteñas y conurbanas, músicas afro y jujeñas, maestras rurales, médicas de villas, científicas santiagueñas, empresarias.

Están las cartoneras, que son el 65% de quienes integran el rubro, pero no llegan aún para ellas los cambios necesarios para mejorar sus condiciones.

También las mujeres de la economía popular, impactadas por la pandemia, y a la vez, las que muestran que es posible otra producción basada en la agricultura familiar, campesina e indígena.

Y las que a través de las redes sociales en Internet crearon proyectos autogestivos, muchos de ellos, nacidos en pleno aislamiento por coronavirus.

La industria del cine y las series presenta producciones centradas en los derechos de las mujeres, y los contenidos de medios públicos audiovisuales se suman a esta ola reivindicativa, que también llega con un libro sobre la historia de las rockeras argentinas.

El mundo de las editoriales, los libros y las performances artísticas acompañan este proceso: fomentan voces femeninas, denuncias de violencias y expresan los femicidios a través del arte. Son voces, gritos, que piden y muestran cambios.

El deporte no está exento, no podría, es como vivir fuera de la realidad, y así aparecen, las primeras mujeres técnicas y entrenadoras -otra vez las primeras- en básquet y vóley masculino.

A nivel internacional, las violencias de género y femicidios, con sus mas o menos, se convierten en un hilo conductor entre países.

Es un 8M 2021 único, en pandemia, lleno de desafíos y, también de logros no siempre visibilizados, que están contados por sus protagonistas: las mujeres.

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