viernes, noviembre 22, 2024
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“La violencia racial muestra lo disfuncional que es nuestra justicia”, dijo líder religioso

La violencia racial es “un problema constante a lo largo de la historia de Estados Unidos que muestra lo disfuncional que es nuestro sistema de justicia”, afirmó a Télam Erik David Carlson, un líder religioso de Kenosha que acompaña las protestas antirracistas que sacuden esa localidad desde que el domingo un policía blanco acribilló a tiros a un afroamericano.

Kenosha es la ciudad natal del cineasta Orson Welles y supo ser un importante polo automotriz como sede de la fábrica Rambler, pero en los últimos días se hizo conocida por convertirse en escenario de violencia institucional y de actuación de grupos de extremistas blancos armados.

En un barrio del norte de esta localidad, de 100.000 habitantes y ubicada en el estado de Wisconsin, el policía Rusten Sheskey disparó el domingo pasado siete veces por la espalda y a la vista de sus hijos a Jacob Blake, un joven afroestadounidense de 29 años que quedó con una parálisis de la cintura para abajo.

“Hubo otros tiroteos por parte de la policía en Kenosha, pero pocos como el de Jacob Blake, por el hecho de que el ataque fue captado en video y el acto tan atroz de dispararle a alguien repetidamente por la espalda“, explicó Carlson, reverendo de la Iglesia Comunitaria de Bradford, asentada en la comunidad desde 1907 y parte de la Asociación Unitaria Universalista.

Desde 2015 hubo más de 5.000 muertos por disparos de un policía en servicio en Estados Unidos, de acuerdo a datos recopilados por el diario The Washington Post: si se toma en cuenta el total de la población, la tasa de afroamericanos fallecidos es de 32 por millón, comparada con la de 13 por millón de víctimas blancas.

En Kenosha, nombre que proviene de la palabra “Kenozia”, como los antiguos habitantes de la tribu potawatomi llamaban a las truchas que pescaban en el lago Michigan que baña las costas de la ciudad, existía una Comisión de Derechos Humanos para atender los problemas de violencia institucional y mejorar las relaciones sociales.

Las primeras protestas ocurrieron el mismo domingo y crecieron el lunes, día que se produjeron además incidentes e incendios como el que comenzó en un local de autos contiguo a la Iglesia Comunitaria de Bradford y afectó parcialmente el letrero que tienen en la calle donde estaba escrita la consigna Black Lives Matter (Las Vidas Negras Importan), en acompañamiento al movimiento antirracista.

La violencia creció en Kenosha la noche del martes con dos personas muertas por disparos y otra herida durante una marcha antirracista.
El presunto autor de los tiros es un joven blanco de 17 años, arrestado en el vecino estado de Illinois, filmado con celulares mientas abría fuego con un rifle semiautomático en el medio de la calle y ante una aparente indiferencia de la policía.

Identificado como Kyle Rittenhouse, supuestamente había viajado a Kenosha en respuesta a grupos de redes sociales en los que instaban a que civiles armados protegieran las empresas de los disturbios.

La localidad se encuentra en estado de emergencia, con toques de queda a la noche, y militarizada tras la decisión del presidente Donald Trump y la aceptación del gobernador demócrata, Tony Evers, de movilizar 500 miembros de la Guardia Nacional que se sumaron a los agentes de la policía local y del FBI.

Las protestas de anoche, que ocurrieron mientras el vicepresidente Mike Pence redoblaba el apoyo a la Policía en la Convención Republicana, fueron mayormente pacíficas, de acuerdo a lo que informó el diario local Kenosha News.

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