domingo, noviembre 24, 2024
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Afirman que tras la pandemia se deberá racionalizar el gasto sin afectar la inversión pública

La Argentina necesitará, luego de los efectos de la pandemia, volver a reducir el déficit primario y pasar a un superávit, pero deberá hacerlo con racionalización del gasto que no sea la inversión pública, señaló hoy un informe de la Fundación Mediterránea.

En 2020, “el stock de capital público podría caer 0,8%, es decir, la inversión pública bruta no alcanzaría a cubrir la depreciación de la infraestructura económica y social del período”, estimó la entidad en su Monitor Fiscal de julio.

Para Marcelo Capello y Agustín Cugno, de la Fundación Mediterránea, ésto “implica una descapitalización en materia de capital público, con sus consecuencias sobre el crecimiento y el bienestar a largo plazo”.

El trabajo recordó que “el stock de capital público crecía a tasas crecientes entre 2005 y 2011, luego se estabiliza en tasas de crecimiento en torno al 2% entre 2012 y 2015, para luego comenzar a caer (salvo en 2017) hasta 2019, año en que el stock de capital público sólo sube 0,4%; es decir, prácticamente se mantiene constante”.

Desde 2018 se aceleró el ajuste fiscal para reducir el peso del gasto público y el déficit fiscal a nivel nacional, al perderse acceso al financiamiento internacional: El acuerdo con el FMI implicaba llegar al equilibrio fiscal en 2020, por lo que en 2018 y 2019 se redobló el esfuerzo para reducir el gasto público en valores constantes, precisó.

“En 2020, frente a la pandemia por Covid-19, caen los recursos y sube el gasto por justificadas erogaciones compensatorias a familias y empresas que pierden recursos, de modo que el déficit fiscal retoma su dinámica creciente”, resaltó.

Pero -advirtió- algunas partidas de gasto siguen con ajuste en 2020, como son las erogaciones de capital: En los primeros cinco meses del año, la Inversión Real Directa (IRD) del Sector Público Nacional (SPN) sigue cayendo (-37% anual real), y también Otros gastos de capital (-97%), detalló.

Esto es, “el ajuste en el gasto de capital continua en 2020, lo cual venía ocurriendo con pocas excepciones desde 2015, en el marco de un ajuste del gasto para equilibrar las cuentas públicas”.

Considerando el período enero-mayo de cada año, la IRD nacional cayó 66%, en valores reales, entre 2015 y 2020; así, la IRD de 2020 se ubica en números parecidos a los de 15 años atrás.

La inversión pública suele ser la partida elegida para los ajustes fiscales a corto plazo, por su menor costo político, pero “si esa situación se prolonga, afecta negativamente las posibilidades de crecimiento económico y el bienestar de la población, por el deterioro de la infraestructura económica y social”, concluyó.

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