Certezas en la incertidumbre y fortalecer las redes sociales como formas de cuidar la salud mental
La ONG Proyecto Suma lleva a cabo desde mediados de mayo una campaña de prevención en salud mental, con proyecciones en edificios y transmisiones artísticas y culturales en vivo por Instagram porque “ante la incertidumbre, es necesario hacer pie en alguna certeza”, según dijo a Télam su director, el psiquiatra Gustavo Lipovetzky.
La vida privada y la pública se entremezclan en un espacio reducido: el home office, los cuidados familiares, las clases, todas las actividades quedan concentradas en un universo finito, en el que los tiempos se licúan y las realidades se virtualizan.
Al promediar más de cien días de confinamiento, el profesional explica que “si bien en un primer momento había un entusiasmo generalizado, como si nos fuéramos de campamento, hubo un decline en la concentración, porque una de las cuestiones interesantes que produce el encierro, la cuarentena es el nivel de relación que uno tiene con la pantalla” y con el trabajo.
“Vemos personas que están muy agarradas de su empleo y tienen un apego casi adictivo. Algunas otras no tienen muchas ganas de trabajar. Lo que predomina en esta situación es la absoluta incertidumbre, nadie sabe qué va a pasar. Ante esta situación tan generalizada, uno necesita aferrarse a alguna certeza, hacer pie en algo, en defensa del abrumamiento que produce la incertidumbre”, desarrolló.
Con respecto a la cuestión laboral, el especialista consideró que la llamada “adicción al trabajo” se relaciona íntimamente con “un espacio de resguardo, de encontrar un quehacer que nos proteja de la incertidumbre. La vida continúa, me agarro a la certeza que tengo a mano, que es la mejor defensa”.
Una de las principales preocupaciones es que “quienes trabajan en ámbitos donde no hay home office, en general empiezan a tener una cantidad de preocupaciones y de cuestiones somáticas y sintomatológicas, por el aburrimiento y porque les falta esta defensa contra la incertidumbre”.
Por eso desarrollaron esta campaña de prevención en salud mental y difusión de hábitos saludables. “En relación a los mensajes que damos –relató Lipovetzky– hacemos una campaña de salud mental para que la gente pueda soportar mejor todos los efectos que produce la cuarentena”.
Distintas imágenes animadas y textos, que buscan concientizar sobre los cambios que puede producir en el humor o estado de ánimo el confinamiento, se proyectan durante media hora en las medianeras de algunos edificios los sábados en varios puntos de la Ciudad de Buenos Aires.
La acción se transmite en vivo por las redes sociales de la ONG, desde donde promueven el hashtag #SaludMentalUrbana. El objetivo es recomendar actitudes para mantener una calidad de vida saludable en términos psíquicos durante este tiempo de encierro y aislamiento obligatorios.
La acción se completa con un vivo de Instagram en el que profesionales de la institución dialogan con artistas o referentes que desde sus casas comparten con sus seguidores los mensajes de prevención e intercambian comentarios sobre sus propias percepciones y/o cambios de humor durante las semanas que estamos transitando.
Ya se sumaron Julieta Ortega, Juan Tenconi, Elizabeth Vernaci, Violeta Urtizberea y Cristina Banegas y, para la próxima actividad, el sábado 4 de julio, se suman Juanchi Baleirón (Pericos), Louta , Lula Bertoldi (Eruca Sativa), Leo García, Barbarita Palacios, Diego Uma (Babasónicos), Bambi y Elena Roger, y las proyecciones se multiplicarán entre las 18 y 21.
“La OMS hace un tiempo declaró que en el 2025 se estimaba que el mayor consumo de servicios de salud mental en Europa y otros lugares iba a estar marcada por la masa de migrantes, ya que muchas veces llegan a algún destino maltratados y estigmatizados”, apuntó el psiquiatra.
Para Lipovetzky, hay una cierta conexión con aquellas personas migrantes que atravesaron situaciones traumáticas y aquellos que están ahora atravesando un confinamiento forzado por la pandemia: “Algo parecido pasa ahora, creo que hay mucha gente en esta cuarentena a la que se le está haciendo traumática y posiblemente esto aumente la demanda de consultas en servicio de salud mental en los próximos dos o tres años. Son marcas que quedan”.
El titular de Proyecto Suma consideró que es necesaria una diferenciación entre confinamiento y aislamiento: “Una cosa es el confinamiento necesario para que no se reproduzca el virus y otra distinta es el aislamiento, que significa ‘no estar en contacto con nadie’. Estamos de acuerdo con que nos confinemos, pero no con que nos ‘aislemos'”, matizó.
Por eso, el especialista considera que Internet puede ser un elemento necesario: “Las redes sociales son fundamentales, son la mejor vacuna que tenemos para este momento traumático y que, cuando pase, no se convierta ahí sí en síntomas que obstruyan o compliquen a largo plazo la salud mental de las personas”.
Finalmente, el psiquiatra propuso “organizar rutinas, agarrarse de certezas”, pero también permitirse “momentos de bajón, de depresión” y no tomar a los trastornos de ansiedad, sueño o sexualidad como “enfermedades, sino como síntomas. ‘Está bien no estar tan bien’, como dice una de nuestras placas”.