“Por cada caso de coronavirus habría que rastrear a 80 contactos”, asegura una ONG internacional
Por cada persona confirmada con coronavirus habría que rastrear, aislar y testear un promedio de 80 contactos con o sin síntomas para asegurarse la contención del virus, indicó a Télam Zacarías Bustos, representante en la Argentina de Endcoronavirus, una organización impulsada por investigadores del New England Complex Systems Institute (Necsi) de Estados Unidos.
“Por cada persona confirmada habría que testear entre 80 y 100 contactos estrechos tengan o no síntomas, y, si el sistema de salud no permite hacer esa cantidad de testeos, entonces hay que aislarlos preventivamente. Esto no significa que no haya que testear; lo que decimos es que, si un país o región supera su capacidad de testeo, debería aislar aunque no tenga la confirmación”, señaló a Télam Bustos.
La cantidad de contactos estrechos surge como promedio de cálculos que el físico estadounidense Yaneer Bar-Yam, especialista en pandemias, realizó sobre la base de información de todo el mundo.
Creada por Bar-Yam, Endcoronavirus está conformada por científicos del NECSI junto a otros de la Universidad de Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y a cinco mil voluntarios de diferentes nacionalidades.
Al ingresar a la página (www.endcoronavirus.org), la organización ofrece una especie de semáforo de países con los gráficos correspondientes de la curva epidemiológica.
Los que están en verde, son aquellos que ya no tienen nuevos casos de Covid-19 por día (o muy pocos), como China, Cuba, Finlandia o Uruguay; los que están en amarillo, son los que están a punto de lograr aplastar la curva -como Italia, Alemania, Francia o España-; y los que están en rojo, son los que necesitan seguir tomando medidas -como la mayoría de los países de América Latina, incluida la Argentina-.
“Cuando en la Argentina teníamos muy pocos casos gracias a las medidas que se tomaron en forma oportuna como fue el Aislamientos Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), me llamaba la atención que igual estábamos en rojo”, contó Bustos.
En este sentido, continuó: “La explicación que me dio Yaneer en ese momento fue que, aunque pocos, la Argentina sumaba todos los días casos. La curva estaba achatada pero no aplastada; con el tiempo, fui comprendiendo la importancia de esa diferencia”.
Bustos describió que “aplanar” la curva “es bueno, da tiempo al sistema de salud a prepararse y se evita la saturación inmediata de las camas de terapia intensiva”.
En este sentido, planteó que, “esto fue lo que se hizo acá y permitió salvar miles de vidas, y estar hoy en una situación diferente a la que está Brasil”.
“Pero aplastar u obliterar o romper como dicen en Estados Unidos, implica llevarla a cero casos y es la única manera de poder controlar el virus y erradicar la pandemia”, describió Bustos, que trabaja como personal jerárquico en el Sanatorio Francés Francés de Córdoba.
Cuando comenzó la pandemia, Bustos sintió un “gran miedo” de morir él o algún ser querido. “Buscando en internet información encontré esta organización y le escribí a Yaneer, que me respondió inmediatamente. A partir de ahí, comenzamos un intercambio y quise transformar ese miedo en ayuda y pregunté cómo podía colaborar”, contó.
Desde entonces, se convirtió en un articulador constante entre los investigadores argentinos y estadounidenses, así como también entre los Gobiernos de diferentes niveles y los especialistas extranjeros. Además, hoy es referente de otros países de Latinoamérica, como Colombia o México.