sábado, noviembre 23, 2024
Espectáculos

La preocupación de los vecinos de Rubén Mühlberger

Una de sus grandes frases reiterativas para justificar y defender sus conocimientos como profesional de la medicina es “tengo libros”. Sin embargo, se sabe que a la hora de hablar de ‘mentiras’ y ‘estafas’, solo es cuestión de tiempo y presencia de pruebas fácticas, para que la cortina se desmorone y el panorama se esclarezca. Así le sucedió hace una semana a Rubén Mühlberger quien quedó detenido tras descubrirse irregularidades varias; como medicamentos vencidos, falta de habilitación de su clínica de “Medicina Regenerativa, Dermoestética & Antiaging” – en donde se atendían famosos, políticos, figuras del medio y personas que se acercaban por su popularidad – y una falsa promesa de “cura al COVID-19”, entre otras graves cuestiones.

No obstante, lo que sorprende del caso, es la interminable fila de personas que trabajaban con él en la clínica, empleadas domésticas de su casa y de su centro, conocidos, ex pareja, clientes, entre otros, que luego de que explotara toda la situación, sacaron su as bajo la manga: la cara de Mühlberger que nadie conocía. En esta misma línea, sucedió con los vecinos del edificio de Recoleta en el que vive hace diez años, sitio en el que cumple con la prisión domiciliaria correspondiente que le fue adjudicada por la Fiscal de la causa, Valeria Massaglia, hasta finalizar la investigación, dado que es paciente inmunodeprimido y tuvo dos operaciones producto de un cáncer de colón y duodeno. Con motivo de la estadía en su departamento corriente, los vecinos se encuentran inquietos, dado que en la década que llevan conviviendo con él, parecen haber leído el peor de sus libros: su relato del terror.

Un hecho que aún no se trajo a colación en medio del escándalo y que hecha sus raíces en el 2013, según pudo saber Exitoina, tiene a los vecinos del imputado totalmente preocupados. Hace exactamente siete años, se produjo en su vida el capítulo más llamativo de sus libros, al que podríamos titular: “Rubén y el misterio de las velas”. Según trascendió en aquel momento, sin mucho impacto mediático, el hombre del que todos hablan sufrió un incendio en su departamento del cual muchos detalles quedaron inconclusos e inciertos.

“En su momento contaron cosas pero no fueron exactamente como se relataron. Este segundo incendio fue en su casa, a las 20:30/21 de la noche aproximadamente, no a la madrugada como se dijo. Él suele prender velas, nadie sabe el motivo. Lo cierto es que en el 2013 el edificio pasó un momento de tensión, él empezó a gritar por fuego y los vecinos fuimos a ayudarlo, porque los bomberos llegaron re tarde. Una mujer, por el agua y espuma de un matafuego que había empapado la escalera, se quebró un huesito del pie. Jamás nadie le hizo un reclamo al doctor”, aseguraron desde el condominio en el que se localiza y cumple con su prisión.

Según revelan, los bomberos mandaron a la policía, cuando en realidad debían llegar primero ellos para evitar el avance del fuego. Eso no sucedió; motivo por el cual, fueron los vecinos quienes lo auxiliaron para salvar su casa de las llamas con todos los elementos que encontraron a su alcance. Cuentan, que en aquel momento cuando los efectivos arribaron a su domicilio, estaba arrodillado en el palier de su cocina, diciendo que “era propiedad privada” y no los quería dejar pasar, lo cual se presenció cómo un espectáculo muy extraño.

Lejos de quedar allí, no fue el único mal trago que les hizo pasar a los vecinos, dado que según pudo saber Exitoína, tampoco respeta las normas del edificio. Una de ellas es que las mascotas deben salir por la puerta de servicio, sin embargo, él da la vuelta y los saca por la puerta principal. “Hace lo que quiere”, aseguran con fastidio.

De la misma manera, hay testimonios de que en la época que estaba en pareja con Alejandro Pugliese discutían, (se dice que gritaban) y fue por aquel entonces que se produjeron los episodios de fuego en el departamento que, en su momento, mandó a reconstruir y que cuidaba mucho, dado que es “obsesivo del orden”, motivo por el que no se comprende qué sucedió con las enigmáticas “velas” que prende y que ya en dos oportunidades terminaron destruyendo partes de su casa y poniendo en peligro a su edificio, aunque en la primera oportunidad con menor impacto de riesgo.

Además, se supo que a sus empleadas, tal como ya salió por el testimonio de una de ellas en Intrusos, las maltrataba y las acusaba de robo. Incluso, detallaron que cómo no le gusta comer fruta vieja, a quienes trabajaban en su casa, les tiraba las bananas y exigía nuevas cada día. “Tiene a todo el mundo cagando y trata a todos mal”, sumaron sus vecinos y por ello, la policía en la puerta del edificio es un paisaje común, que quienes viven de cerca el día a día de Mühlberger, están acostumbrados a ver; aunque ahora, las cosas se pusieron más serias.

Es que los vecinos temen una reincidencia en su extraño comportamiento y que por esto se produzcan nuevos incendios como los dos que alzó el peligro y los dejó con muy malos recuerdos años atrás. “Fue un desastre y como está cada vez más acorralado, tenemos miedo de que prenda velas de vuelta por algún motivo y se produzca un nuevo foco en su departamento. Él es una bomba de tiempo, un peligro”, lanzaron.

“Ojalá la Fiscal pueda ver su caso, llevárselo a otro lado, porque tenemos el Jesús en la boca y nos sentimos en peligro , con más miedo que nunca de que pase algo. No sabemos cómo opera su cabeza, deberían hacerle urgente esas pericias psicológicas y psiquiátricas como dijeron y trasladarlo. Fuimos nosotros los que ayudamos a apagar el incendio de su departamento, fue caótico y la pasamos mal, tememos que ocurra de vuelta ”, manifestaron varios con preocupación.

Además, expresaron que en caso de pasar lo peor les preocupa que nadie pueda llegar a tiempo, dado que tiene todo blindado, no se sabe quién tiene la llave de su departamento y si hay algún familiar que lo pueda asistir. Por estas razones, alertaron a la policía acerca de sus preocupaciones, pidiendo más controles en el cuarto piso y que “huelan bien” por si llegase a haber humo.

Si bien piensan que Rubén no incendió su casa apropósito, dado que la cuida mucho, se sabe a raíz de estos hechos el fuego no sería su mejor aliado y todos penden de un hilo; sumado a que el archivo de Mühlberger, no lo deja bien parado con aquellos con los que comparte edificio ya que, según se supo, en su anterior domicilio “se llevaba pésimo los vecinos, los amenazaba, les mandaba carta a documento por todo, hacía lo que quería y ponía los aires acondicionados en donde no se podían poner”, aseguran.

Mientras la fila de ‘enemigos’ de Mühlberger va en aumento como testigos para la Justicia, sus actuales vecinos están en vilo y plantean que temen que el constante hostigamiento en los medios y en las calles respecto a su persona, desemboquen en algún conflicto mayor.

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