La principal hipótesis que maneja la Justicia por la caída de un avión sanitario en Esquel
El avión viajaba a Chubut con cuatro personas a bordo, entre ellos un médico bahiense, y un objetivo claro: trasladar a una nena de tres años a Capital Federal para que fuera operada de urgencia por una dolencia cardíaca. Pero la tragedia se interpuso y dos integrantes de la misión murieron. Los otros dos luchan por seguir adelante, uno de ellos en grave estado.
Esa es la historia detrás del avión sanitario que a última hora de anteayer se estrelló en el aeropuerto de Esquel, en medio de una densa niebla, por causas que ahora la Justicia intenta determinar.
Al caer e incendiarse la aeronave, cerca de las 23 del martes, un médico y un enfermero murieron en el acto. El piloto y el copiloto son los que sobrevivieron, y quedaron internados.
El avión había partido a las 20 del aeropuerto bonaerense de San Fernando. Era un Learjet 35 fabricado en 1982, de la empresa MD Fly, con matrícula LV-BXU. Estaba tripulado por Mariano La Torre y su copiloto Martín Gamboa. El piloto quedó grave, con fracturas y quemaduras en todo el cuerpo, mientras que Gamboa permanecía “más estable”, dijo el director del hospital local, Sergio Cardozo.
Minutos después del hecho, el acceso al aeropuerto fue cerrado con un cordón de seguridad sobre la ruta 40. Sólo permitieron el paso de rescatistas, peritos y autoridades, entre ellas el juez federal Guido Otranto, quien llegó cerca de la medianoche.
Las primeras pericias arrojaron que la nave se habría estrellado dentro del aeropuerto, a unos 200 metros de la pista principal. No logró ingresar a la pista y la justicia investiga por qué. Por ahora, la hipótesis más concreta es que la tragedia estaría directamente vinculada con la escasa visibilidad, que al momento del siniestro estaba reducida a apenas 100 metros por una espesa niebla que también afectaba a toda la ciudad.
Lo ocurrido igualmente llama la atención porque ambos tripulantes eran experimentados pilotos, además de instructores de vuelo. “No sabemos qué pasó, si hubo una falla del avión o si el clima les pudo haber jugado una mala pasada. En el momento de trazar el plan de vuelo la meteorología era óptima, pero aparentemente, minutos antes de aterrizar, justo al final, se nubló toda la pista”, dijo Gustavo La Torre, padre del piloto y dueño de la empresa. Y confirmó que, al salir de Buenos Aires, habían tomado todos los recaudos.
“Cuando uno hace un viaje de este tipo, se abren aeropuertos alternativos a la izquierda, a la derecha, atrás o adelante si el de destino está cerrado”, agregó el empresario, para luego hablar de la experiencia de su hijo. “Hace más de 20 años que hacemos esta tarea. La inicié yo y él era el comandante del avión. Mariano es un piloto muy experimentado, tiene más de 3 mil horas de vuelo. A pesar de que tiene 36 años, empezó su carrera muy joven”, aseguró.
La cuestión es que, si es cierto que la pista “se nubló”, la torre de control no debió permitir el aterrizaje. Por eso, será clave para los investigadores la conversación entre la torre y el piloto antes de la caída. Según informaron las autoridades, en las próximas 48 horas se podrán tener los informes preliminares de las pericias.
Ayer surgieron algunas dudas sobre si el avión tenía permiso para realizar vuelos sanitarios. La causa era que, en la lista oficial de empresas autorizadas, la nave figuraba a nombre de otra firma, que está suspendida. Pero en la Administración Nacional de Aviación Civil confirmaron que MD Fly, la nueva dueña de esa aeronave, sí podía realizar esos traslados y había hecho para eso los trámites debidos.
La máquina había sido contratada por el Sindicato Argentino de Televisión para el traslado de la nena, que es hija de una afiliada que trabaja en el Canal 4 de Esquel y padece una cardiopatía congénita. Por su condición de salud, era común que ella volara a Capital Federal para realizarse controles, pero esta vez, por una complicación, debieron hacerlo de apuro.
Tras lo ocurrido, en la tarde de ayer, otro avión llegó desde Bariloche para concretar el traslado de la niña. Y también el de los dos tripulantes heridos, que necesitaban ser atendidos en un centro sanitario de mayor complejidad. En esta historia, además, hay un paciente oncológico que se salvó de milagro porque no llegó a subirse al avión (ver Un hombre…).
Los trabajadores de la salud que fallecieron son el médico Ramiro Federico Bassi y el enfermero Patricio Wemsley. Bassi nació en Bahía Blanca, vivía en Quilmes, era médico cardiólogo, tenía 44 años, era papá de un nene de 7 años y además era buzo.
Wemsley, en tanto, tenía 41 años, se había formado en la Universidad de Buenos Aires, vivía en Tigre y había integrado la organización internacional humanitaria Médicos Sin Fronteras, lo que lo había llevado a entrenarse en Francia e Inglaterra, y a desempeñar sus tareas de rescatista en países como el Congo y Haití.
“Patricio era un apasionado por su trabajo. Decía que había nacido para eso y que había llegado a donde quería llegar, que esa era su vocación”, lo recordó ayer su tía, quien en diálogo con Clarín pidió su identidad sea mantenida en reserva. “Él estaba prácticamente siempre de guardia; lo llamaban y partía hacia donde hubiera que ir a hacer un traslado sanitario, especialización que tenía desde hacía varios años”, añadió la mujer. “Patricio murió muy joven”, se lamentaba su tía, ayer. (Diario Clarín)