Era enfermero, loco por River y el virus dejó a sus 4 hijos sin papá
La intensidad con que asumió su trabajo y los compromisos por sostener una familia numerosa lo habían alejado de un hábito juvenil que lo apasionaba: ver a River en el Monumental. Silvio Cufré (47), el primer agente de la salud víctima del Covid-19 en la provincia de Buenos Aires, les había prometido a sus hijos mayores que cuando pasara la pandemia y regresara el fútbol viajarían desde Alejandro Korn hasta Núñez para ver al equipo de Marcelo Gallardo.
Esa pretensión, ver crecer a sus mellizas, y otros deseos fueron arrasados por la peste. Cufré estudió enfermería en un hospital de Lanús y desde 1999 se desempeñó en hospitales, centros de salud y clínicas de San Vicente y Brandsen.
Nació en Florencio Varela y hasta los 27 años trabajó como empleado de seguridad. Joven y sin responsabilidades serias, recorría el Conurbano y las canchas donde se presentaba la camiseta de la banda roja. Eran épocas de estadios con hinchada visitante.
Hacia el 2000, conoció en la localidad del sur del Gran Buenos Aires a María José Oliva, su esposa, y se fue a vivir al barrio Sargento Cabral, de Alejandro Korn. Conformó una familia ensamblada con dos hijos de su compañera -Nicolás (23) y Agustín (21) – y completó un grupo numeroso con Matías (18), Gabriel (16) y las mellizas Brisa y Juliana (12). Multiplicaba las horas del día para llegar a varios trabajos que le permitieran sostener con su profesión un hogar.
Su última ocupación la tuvo en el Instituto Médico de Brandsen (IMB). Viajaba todos los días hasta la ciudad vecina y allí atendió a Walter Montillo (60), el padre del futbolista que tiene el mismo nombre, y que murió por coronavirus en esa clínica privada.
Cufré atendió a Montillo sin saber que estaba contagiado. El 5 de abril comenzó a sentir dolores y tuvo fiebre. A la mañana siguiente se internó en el IMB. Y dos días después lo trasladaron al hospital Cuenca Alta de Cañuelas, adonde cumplió 47 años el lunes 13. Nunca se recuperó.
“Lo despedí esa mañana como cualquier otra y no lo pude ver más. En el Instituto de Brandsen no le informaron que allí había un caso positivo. Silvio me contó que atendió al padre del jugador y que murió, pero me dijo que fue por un infarto”, le cuenta a Clarín María José Oliva (39), esposa del enfermero fallecido.
Las presuntas irregularidades en el manejo del caso Montillo derivaron en presentaciones judiciales de los municipios de Brandsen y Vicente López contra las autoridades del IMB. Walter Oscar Montillo -padre del futbolista que ahora juega en la Universidad de Chile- murió el 7 de abril, cuatro días después de su internación. A las pocas horas se confirmó el resultado del hisopado: positivo.
“Cufré fue un excelente colaborador con irrestricta vocación de servicio, quien fue informado y provisto de los elementos preventivos de la pandemia, que utilizó y eso nos consta. Investigamos las causas del contagio”, explicaron los dueños del sanatorio que ahora está clausurado.
En el IMB hay casi 60 empleados entre profesionales, paramédicos y administrativos. Cuando los directores decidieron cerrarla “como medida preventiva”, había cuatro internados que fueron trasladados al hospital municipal de esa ciudad.
Entre 2015 y 2019, Cufré integró los planteles sanitarios de los Centros de Atención Primaria (CAP) de San Vicente. “Era un hombre humilde y un trabajador incansable. Comprometido con la salud. Siempre predispuesto a ayudar y listo para atender las necesidades de los demás”, definió Esteban Santiso, quien estaba a cargo de los CAP de San Vicente cuando Cufré era asistente en las salitas de primeros auxilios del municipio.
Cufré tenía hipertensión y un tratamiento con medicamentos. Además, estaba excedido de peso. “Pero siempre se cuidó y nos cuidaba a todos. Era obsesivo con el control de los chicos. A mis hijos los crió como si fueran suyos y tenía pasión con las mellizas”, resalta Oliva. “Estamos destruidos. No sé cómo voy a seguir. Hace 10 días se fue caminando de mi casa y ahora lo volví a ver en el cajón”, lamenta su compañera.