El plan del Vasco en Boca…
En su intento por no desligar responsabilidades y asumir como propio lo sucedido en la segunda parte del 2014, Rodolfo Arruabarrena explicó -a modo de balance- que no le aumenta la presión arrancar la temporada desde el vamos. Que cuando le ofrecieron el cargo aceptó con todo lo que implicaba, que sabía con qué se encontraba, que trató de imponerle su sello. Tan cierto como que ahora será, realmente, la primera vez que pueda meterle mano a su plantel heredado. Conseguir los intérpretes necesarios. Convencer al equipo de su manera de jugar sin los tiempos acelerados que genera un partido atrás de otro. Armar un grupo -factor clave para él- que se consolide durante la pretemporada.
El esquema que utilizará, desde lo numérico, será el mismo que impuso en su debut contra Vélez: 4-3-3. La diferencia radica en que los nombres propios que puede elegir le resolverán las carencias que padeció el equipo durante el semestre pasado -y, entre otras cosas, generó que por momentos se pareciera más a un 4-4-2 ó 4-5-1.
De atrás para adelante no es una frase hecha para el entrenador y su cuerpo técnico. De hecho, le expresó a Angelici que lo prioritario es la llegada de los laterales necesarios para la ejecución del plan. Los elegidos son Matías Rodríguez y Milton Casco. ¿Qué espera de ellos? Salida clara desde el fondo y apoyo permanente en situaciones ofensivas. En el Boca ideal de Arruabarrena, los extremos defensivos pisan continuamente el área rival.
Los tres del medio marcarán los tiempos del equipo. Mientras duda acerca de quién será el volante tapón (¿sigue Erbes o arranca Cubas?) intentará suplir con Pablo Pérez la falta de aporte en la red contraria de los mediocampistas durante el semestre pasado. Gago, nuevamente, será el eje de juego del equipo.
Los tres de arriba serán claramente delanteros, pero también los primeros defensores. Esto se debe a que ejecutarán la presión para recuperar la pelota lo más arriba posible, pero difícilmente se transformen en volantes cuando el equipo deba defender en el campo. Retrocederán en bloque, pero no se sumará alternativamente uno de los extremos a la línea de mediocampistas. Chávez es indiscutible. Calleri le saca una luz de ventaja a Gigliotti. Si bien Carrizo finalizó bien el año, el DT le quiere dar una oportunidad al Burrito Martínez. Entiende que su capacidad de gambeta no la tiene ningún otro jugador en el plantel.
Laterales que lleguen constantemente. Transición rápida. Presión en campo contrario. Sólo algunas de las premisas del Boca que se viene. Arruabarrena tiene su Plan V.
Fuente: Olé.