Independiente: ¿Se va o se queda el Rolfi?
Ya nos cansó a todos con esa terrible cara de culo. Es un tipo que siempre te tira para abajo, siempre tiene alguna excusa a mano para quejarse, siempre está fastidioso”. La bronca brota sin control y se esparce como una nube tóxica por cada rincón de la sede de Independiente. Ya no hay lugar para preámbulos, rodeos ni insinuaciones: los dirigentes de Independiente no soportan más a Daniel Montenegro. Y el Rolfi no tolera más a los dirigentes ni a Jorge Almirón. Las palabras que un hombre cercano a Hugo Moyano escupió , no son más que un elocuente reflejo de las inocultables miserias que hoy componen el eje central de esta historia. Una trama que parece aproximarse sin anestesia hacia el punto final. “Está levantando guita en pala. Gana una fortuna y no se ríe ni de casualidad”, agregó la misma fuente. Pero la propensión del enganche hacia el gesto adusto es apenas una gota en el océano de resquemores mutuos. Los argumentos que precipitaron la intempestiva explosión trascienden los límites del campo de juego. El hecho de que Almirón no concibe la pausa en el fútbol vertical que pretende desarrollar, fue apenas un factor de carácter secundario que no gravitó. Ayer, después de encerrar su disgusto en el silencio, Montenegro estalló y salió a hacer catarsis en La Red: “Si no seré tenido en cuenta, me lo podían haber comunicado. Estas cosas a veces molestan, pero bueno uno está acostumbrado al fútbol argentino y a sus manejos. Yo tengo la tranquilidad de que hice lo que tenía que hacer, porque me queda un año más de contrato. No tengo nada que reclamar. Lo único que debo hacer es presentarme el 4 de enero en Pilar”.
El técnico jamás logró digerir que el Rolfi no respetara el orden que impone la escala jerárquica. Muchas veces consideró que lo estaba puenteando al darle a sus compañeros algunas indicaciones que lo situaban en el rol de mero observador. Y se lo hizo saber tras el 1-3 ante Boca, cuando se negó a salir y el DT sacó a Pisano, quien acababa de convertir. “Hay cosas que no le puedo explicar a un jugador grande. ¡Hay que pensar siempre en el equipo! Acá todos estamos en la mira”, reclamó con vehemencia.
Fueron varias las señales que desnudaron la mala relación entre el Rolfi y el entrenador. Desde que llegó, Almirón lo sacó en 13 de los 19 partidos que jugó, lo despojó de la capitanía y de la camiseta 10. “Mi relación con Almirón es normal. Nunca tuve una pelea con él, siempre hablamos de frente. Hemos tenido charlas, hablando sobre fútbol y también de la vida. Nunca tuve problemas con ningún entrenador ni con nadie. Siempre fui de la misma manera. Estas cosas me sorprenden, pero bueno habrá que esperar. Si me dan la oportunidad de poder cumplir el contrato, lo cumpliré”, aseguró el Rolfi. Y también repartió palazos para la dirigencia: “Cuando te enterás las cosas por otro lado, todo termina siendo peor. Soy una persona con la que se puede hablar, pero ahora se embarró la cancha. Y ya es un problema”.
Del otro lado, la respuesta llegó casi de inmediato: “Es mentira que nosotros lo queremos echar, el que se quiere ir es él. No se siente cómodo con el técnico. Y nosotros, como dirigentes, tenemos que apoyar cada decisión del entrenador. No podemos tolerar ningún acto de indisciplina de un jugador por más que se llame Montenegro. Igual no se la vamos a hacer tan fácil, porque los que vamos a tener que pagar el costo político si él se va somos nosotros. Y además, ¿cómo lo vamos a echar? ¿Tienen idea de la cantidad de plata que hay pagarle si lo rajamos?. Sería un error y ni se nos pasó por la cabeza. ¿Qué quiere? ¿cobrar el contrato?”, se desahogó el vice, Noray Nakis. Y le lanzó una advertencia a Montenegro: “No lo vamos a dejar ir. Le queda un año más de contrato y va a tener que respetarlo. Para mí va a seguir”.
En las CD coexisten múltiples versiones. “Si Montenegro se quiere ir, que se vaya. En el vestuario no es referente de nadie”, disparó otro hombre cercano al presidente que prefirió resguardar su identidad. Y aseguró que fueron las vacilaciones del enlace desataron la ira de Moyano: “Nos pididó que le alquiláramos una casa en Pinamar para que su familia esté allí mientras el hacía la pretemporada. Llamamos a la inmobiliaria y después nos dijo que no sabía si iba a seguir en el club porque tenía otras ofertas”.
El secretario deportivo del club, Jorge Damiani, conversó ayer con el enganche. Hoy habrá otra reunión entre el Puma y el representante del Rolfi. El oficiará como termómetro para tantear cómo está la situación. Según comentó, Montenegro está dispuesto a recular: “Soy una persona clara, siempre fui de frente. Si no me quieren, que me llamen y me lo digan. Yo firmé hace seis meses, con la gente que está ahora, por un año y medio. Trataré de cumplir mi contrato porque vine cuando las cosas no iban bien y siempre puse la cara. Más tranquilo no puedo estar. De haber personas que deciden y no te pueden mirar a la cara porque algo malo hicieron”.
Fuente: Olé.