Deudas con la tarjeta: las dividen en nueve cuotas a pagar desde agosto
Con el vencimiento de las tarjetas ayer llegó también la novedad de un plan de refinanciación de saldos impagos para ayudar a los que ya están con el agua al cuello.
Se trata de un esquema que permite diferir en varias cuotas la deuda acumulada. Para muchos, claramente, será un salvataje más que esperado hasta que puedan recomponerse en materia de ingresos (aún cuando las tasas sigan siendo demasiado altas).
Para otros, no tan apremiados pero preocupados, fue una opción a ponderar, siempre y cuando no hayan estado distraídos. Es que la refinanciación aplica de forma automática. Esto es, por defecto: saldo impago, saldo que se cuotifica.
Esta “cuotificación” implica un año de plazo con 3 meses de gracia (durante los que no se paga), 9 cuotas mensuales, iguales y consecutivas, y una tasa nominal anual de 43% (lo que lleva el costo financiero total o CFT a alrededor del 70%). Se empieza a pagar en agosto.
El sistema no es, obviamente, compulsivo. Quien no quería refinanciar no tenía por qué hacerlo.
Pero debía encargarse de abonar la totalidad del saldo pendiente para que no se “dispare” esta cuotificación automática.
Otra alternativa es elegir el monto que se iba a abonar y por ende, el saldo impago que se iba a “patear para adelante”.
Ese importe podía coincidir con el pago mínimo o no. Y así optar por una refinanciación automática pero parcial de una deuda que ya aparecerá cuotificada en el siguiente resumen.
Eso sí, entrar en la refinanciación no impide que eventualmente uno pueda dar de baja la deuda si su circunstancia financiera cambia y los flujos vuelven. Existe la posibilidad de precancelar las cuotas de forma total o parcial (pagar todas o varias cuotas juntas) sin costo excepto el interés compensatorio devengado hasta la precancelación. (Diario Clarín)