La mejor limpieza energética (más rituales) para comenzar el 2020
El final de un año y el comienzo del siguiente suele ser tiempo propicio para hacer balances de vida y proponer nuevas metas. Y la mejor manera de cerrar el ciclo es con una limpieza energética que nos renueve el alma.
Como si fuera la memoria de la computadora, nuestro espíritu se va llenando con el correr del año, y necesita liberar espacio para funcionar mejor.
Por eso el fin de año es el momento ideal para barrer la energía vieja y generar una nueva corriente.
Comenzando por el hogar, hay que deshacerse de lo innecesario. Ropa, vajilla, todo lo que no hayas usado en el último año, ya no lo necesitarás y ocupa espacio que consume energía. Al hacer lugar en tu vivienda haces una limpieza energética de tu alma también. Para arrancar el año sin cargas negativas, hay ciertos pasos que debemos seguir.
Rituales de fin de año:
1) Abrir un espacio propio, sagrado, donde no entre nada que no autoricemos.
2) Armar tu propio altar de los cuatro elementos fundamentales: Tierra (con semillas o flores), Agua (con caracoles), Fuego (con una vela o incienso) y Aire (plumas o campanitas).
3) Limpiar el hogar con humo: sahumar con romero o laurel, recorriendo los ambientes en el sentido contrario a las agujas del reloj.
4) Barrer con las manos la energía que se desencadenó con el humo y llevarla a la tierra, que la trasformará en luz.
La bienvenida al nuevo año:
1) Escribí todo lo que pasó este año y quieras dejar atrás. Doblar hacia afuera, para soltar, sacar lo negativo de tu vida. Este ritual debe hacerse en los primeros 209 minutos de cualquier hora que elijas: desde en punto hasta las y veinte.
2) Cerca del altar, quemar el papel con el fuego de la vela o el incienso. Poner las cenizas en un cuenco con hierbas, que terminen de calcinarlo y que lo transforme en luz.
3) Soltar las cenizas al viento, como ofrenda al Sol o la Pachamama para que conecten con la tierra.
Los propósitos del 2020:
1) En un papel en blanco, escribí tus intenciones y deseos para el año que comienza. Hacerlo a conciencia, de corazón, sin pedir imposibles pero con mucha esperanza. Doblar hacia adentro, hacia el corazón. Este ritual debe hacerse en la segunda mitad de la hora: desde las y media hasta las en punto.
Con estos rituales y la limpieza energética, cerramos el ciclo con armonía y nos preparamos espiritualmente para comenzar una nueva etapa.