Un estudio revela que ver porno podría dañar el cerebro
Existen muchas formas de estimulación sexual para aumentar el placer: desde juguetitos para aumentar el clímax íntimo, lecturas eróticas, hasta los clásicos y mundialmente conocidos videos con contenido XXX para personas mayores de 18 años.
Sin embargo, consumir constantemente pornografía daña una región importante del cerebro, retrayéndolo a un estado más inmaduro, asegura una investigación de la Universidad Laval de Canadá.
Los estudios se basan en personas que miran con frecuencia este tipo de contenido y hace hincapié en que, con el tiempo, la corteza prefrontal cerebral se atrofia y se desarrollan daños relacionados con la fuerza de voluntad y el control de impulsos. Esta región está subdesarrollada en los chicos, lo que explica por qué tienen problemas para controlar sus impulsos y emociones.
Esta región del cerebro es la que más tiempo tarda en desarrollarse, ya que de hecho se considera que no termina su desarrollo hasta los principios de la edad adulta entre los veinte y veinticinco años de edad.
“Suena paradójico que el entretenimiento para adultos pueda revertir nuestro cableado cerebral a un estado más infantil”, argumenta Rachel Anne Barr, estudiante de doctorado de neurociencia y autora del estudio, según trascendió a través de Daily Mail.
Si bien, la pornografía es un éxito comercial y mundial sin precedentes, la investigación sugiere que destruye la vida sexual y la salud mental de su público. “A largo plazo, puede crear disfunciones sexuales, especialmente la incapacidad de lograr la erección o el orgasmo con una pareja de la vida real”, agrega Barr.
El análisis advierte que este tipo de contenido audiovisual atenta contra las emociones e impulsos de las personas, obligándolas a tener un comportamiento compulsivo donde puede dominar la depresión y la ansiedad. “Esta problemática se compara con las drogas, donde una persona consume y su cerebro libera una oleada de dopamina (presente en varias áreas del cerebro, es la hormona para sentirse bien). Lo mismo pasa con el sexo y la excitación”, agrega.