viernes, noviembre 22, 2024
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Nuevos formatos ATP

“El deporte tiene un formato muy simple. Se trata de una narración sobre el cariño que despierta alguien que le gana a otro. Es simplemente eso..”, le dijo Chris Kermode, CEO de la ATP, al programa Open Court de la cadena CNN en plena disputa del Masters de Londres. Desde su minuto uno en el cargo, Kermode intenta que el tenis profesional apunte hacia formatos de entretenimiento que no dependan exclusivamente del nivel de juego. La intención se justifica: el último Masters fue muy desparejo y ni siquiera tuvo una final en la cancha. La épica del tenis recién llegó una semana más tarde cuando Roger Federer y Stan Wawrinkaganaron la Copa Davis como visitantes. La tradición todavía manda.

Es misión de cualquier ejecutivo del deporte entender el comportamiento de los fanáticos. El tenis no escapa a esa lógica. Ya no se trata de admirar a los jugadores cuando ganan campeonatos, sino de poder compartirlo, reinventarlo y de poder intercalar miles de historias contadas por los aficionados que se mezclan con la historia principal. Kermode también dijo que el tenis ha crecido un “200 por ciento como negocio desde 2009” y que las audiencias televisivas continúan en aumento pero especialmente “el crecimiento del mundo digital superó cualquier techo y está por las nubes”. El tenis masculino tuvo en 2014 una presencia en los seis continentes, con 61 torneos en 30 países. Se calcula que más de 40 millones de espectadores vieron en vivo esos campeonatos y que más de 830 millones de espectadores lo siguieron por televisión.

El paso inmediato de la ATP es empezar a concentrar la masa crítica de fanáticos en el planeta. Hace algunas semanas anunció un acuerdo con la empresa digital Vixlet, con sede en San Francisco, Estados Unidos, para crear ATP Social World, una plataforma de conexión en red para que todos los aficionados se vinculen sin intermediarios con otros pares y por supuesto con las estrellas del tenis. El desafío es grande: ponerse a competir con Facebook puede ser tan difícil como determinar quién será el heredero de Federer.

Lo más novedoso de 2014 estuvo en la consistencia que la ATP le dio al circuito de challengers. Mediante un acuerdo con IMG más de 100 torneos al año cuentan con un transmisión por internet del partido que se juegue en la cancha principal del torneo.

En ocasiones hay hasta cinco challengers semanales y son un máximo de tres los que son vistos, en forma libre, desde la página de la ATP. Por ahí pudo verse recientemente el Masters de la categoría ganado por Diego Schwartzman en San Pablo. La transmisión se genera con una cámara HD, de tipo aficionado, colocada en la cabecera de la cancha. Todo muy simple.

El abordaje de mayor difusión y entretenimiento vinculado a los challengers se completa con programas de TV en Estados Unidos al estilo “road show”, en el que un animador llamado Mike Cation, visita con un bus satelital, las diferentes sedes de los torneos a lo largo de varias semanas. También son cada vez más frecuentes las crónicas de reporteros free lance que cuentan historias de los jugadores de los challengers desde una perspectiva más humana que competitiva.

Chris Kermode considera que tiene en sus manos un deporte global, con íconos muy identificados y con una continuidad asegurada más allá de los nombres. Cuando se le pregunta como imagina el tenis profesional una vez que se corra de la escena el cuarteto Djokovic-Federer-Nadal-Murray, apunta a la aparición de los jugadores más jóvenes y a que alguna vez se pensó que luego de McEnroe, de Becker o de Agassi, tampoco habría más nada. Sabe también que para mantener el crecimiento de la audiencia fanática del tenis hay que ofrecer contenidos que vayan más allá de los partidos. “Conocer más de sus vida contribuye a ese cariño que la gente les tiene..”, comentó en otro pasaje de la entrevista.

El equilibrio es delicado. El fanatismo por el deporte y sus estrellas, indudablemente, debe expandirse hacia donde los fanáticos están. Ya no alcanza con esperar que sintonicen la televisión cuando hay una final atractiva. Las redes sociales son ese ámbito. Al mismo tiempo, red de por medio, el tenis debe seguir contando su historia, muchas veces tradicional, otras no tanto, pero siempre la misma. Que dos jugadores enfrentados desarrollen un juego que valga la pena ser visto por millones. La mejor manera para que alguien no haga “click” y ponga su interés en otro lado. Eso sólo ya no alcanza. Pero nunca debe faltar.

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