Para infectólogo, “en Argentina se está vacunando mal”
Eduardo López, infectólogo pediátrico y jefe de medicina del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez (MP: 37586), dijo a Cadena 3 que la confirmación de ocho casos de sarampión revelan que “claramente en Argentina se está vacunando mal”.
“Para no tener sarampión, una comunidad tiene que tener cobertura arriba del 90% que quiere decir que el 90% de la población a vacunarse tiene que estar vacunada”, advirtió.
En este marco, López apuntó también contra el movimiento antivacunas y dijo que “en este caso la madre forma parte de este grupo y le demostró que no vacunar enfermó a sus chicos, lo cual es un fracaso de estos grupos”.
Sin embargo el infectólogo insistió en que “la cobertura baja es responsabilidad del Estado.
“El porcentaje para la vacuna está alrededor del 87 u 88 % y el gran problema es que tenemos áreas con una baja cobertura y claramente la distribución de las vacunas no son homogéneas”.
“La Capital Federal que debería tener fácil acceso a la vacuna es donde se ve mayor cantidad de casos y en este tema la clase social no influye, sino es que se vacuna mal y el acceso a la salud no es el adecuado”, planteó.
“La persona que trabaja, si los vacunatorios cierran a las 13 ¿cómo hacen para vacunar a sus hijos? Y encima qué pasa ¿si llegan a destiempo”, cuestionó.
Finalmente opinó que en el país “se consideró que el sarampión es una enfermedad controlada” pero indicó que “la cepa que circula en Argentina proviene de Venezuela, donde durante mucho tiempo vacunaron mal contra el sarampión con cobertuera muy baja, y ahora tenemos este tema”.
Para revertir esta situación, el especialista sostuvo que es buena idea iniciativas como “La noche de las vacunas”, que se deberían repetir dos o tres veces al año y repensar campañas que lleven las vacunas a otros espacios como plazas.
En cuanto al movimiento antivacunas les pidió que “reflexionen” porque “las vacunas han prevenido millones y millones de muertes”.
“Por sarampión mueren uno de cada tres individuos y ahora no sólo mueren chicos sino adultos”.
“Los antivacunas tienen que reflexionar para dejar de tener una actividad que puede ser negativa para sus chicos y seres queridos”, concluyó.
