"Operativo confusión", el plan de La Cámpora para pasar el verano
Busca fortalecer a Cristina para que sea la gran electora de 2015; mientras, hace guiños a todos los candidatos.
Finales de octubre. Daniel Scioli inaugura un local de su “ola naranja” en Lanús, junto con Julián Álvarez, secretario de Justicia y dirigente de primera línea de La Cámpora. ¿El gobernador es el candidato del Gobierno? No. Mediados de noviembre. Scioli encabeza un acto por el Día del Militante en Mendoza, sin presencias de la agrupación que conduce Máximo Kirchner. Ese mismo día, Florencio Randazzo hace un acto en Río Gallegos con “Wado” De Pedro, uno de los jefes de La Cámpora, y visita al hijo de la Presidenta. ¿La Casa Rosada apoya al ministro del Interior? Tampoco. ¿Y a Sergio Urribarri, único candidato en el festejo que hizo Unidos y Organizados (UyO) en Capital, con el Cuervo Larroque a la cabeza? Menos.
La estrategia es la misma de siempre: fortalecer a Cristina Kirchner para que sea la gran electora en las elecciones de 2015. La táctica se ajusta a la coyuntura. Para no quedar afuera del escenario, cada vez más marcado por la campaña electoral, La Cámpora despliega el “operativo confusión”: una sucesión de gestos (en apariencia contradictorios) hacia distintos candidatos del oficialismo. El objetivo es mantener el equilibrio entre los postulantes y dejar en claro que lo único que está decidido hasta el momento es que todo sigue abierto y que la Presidenta no tomó ninguna decisión.
El “operativo confusión” (bautizado así en charlas informales por uno de los principales referentes del kirchnerismo puro) es el segundo capítulo del plan que empezó con la aparición pública de Máximo Kirchner, en el acto que hizo La Cámpora en el estadio de Argentinos Juniors, el 13 de septiembre. Con otras demostraciones de fuerza, como las del Movimiento Evita (en Ferro) y la de Nuevo Encuentro (en Atlanta), el kirchnerismo puro contribuyó para volver a poner a Cristina Kirchner en el centro de la escena. El resto lo hizo la Presidenta, que mantiene su imagen positiva por encima del 40 por ciento.
Cumplido ese objetivo, ahora el desafío es sacar el mayor provecho de la tendencia alcista de la popularidad presidencial. Para eso es necesario pasar el verano, posponer la discusión de las candidaturas hasta después de marzo. Entonces, aspiran los dirigentes que trabajan en la estrategia cristinista, la Presidenta tendrá mayor peso para incidir en su sucesión. “Hace tres meses estábamos haciendo las valijas para irnos y Scioli iba al Malba a saludar a Magnetto; hoy se discute el grado de condicionamiento que tendría Cristina sobre una eventual candidatura de Scioli. No descarto que en tres meses más Cristina pueda poner a un candidato que no está en la grilla hasta hoy”, explicó a LA NACION uno de los referentes del kirchnerismo puro.
Otros están más resignados a que Scioli termine encabezando la lista, pero confían en que, a la hora de confeccionar la boleta, la Presidenta será la dueña de la lapicera. “Le vamos a poner todo, del vice para abajo”, dijo a LA NACION un dirigente de UyO. En el frente de agrupaciones de militancia más cercanas a Cristina Kirchner, hay un tridente que sostiene el camino marcado por La Cámpora: Nuevo Encuentro, de Martín Sabbatella; el Frente Transversal, de Edgardo Depetri, y Miles, de Luis D’Elía.
En La Cámpora desmienten la idea de que ya esté cerrado un acuerdo para que Scioli sea el candidato, pero tampoco lo descartan. “La candidatura del Frente para la Victoria se va a definir en las PASO o, antes, si la Presidenta, que es nuestra conductora, así lo decide. Pero todavía no pasó ninguna de esas dos cosas”, dicen y repiten, para bajar la ansiedad de los que buscan una definición urgente. El “operativo confusión” es enemigo de la urgencia, porque su finalidad es mantener viva la disputa interna, sin que el escenario se cristalice de antemano a favor de uno de los candidatos.
En la búsqueda de ese fino equilibrio, los pasos se deciden día a día. “Si un día hubo una foto en un local naranja, al otro, nos subimos a un tren. Si hubo mucho sciolismo una semana, a la otra hay mucho randazzismo”, explica un dirigente. “Cuando un dirigente de La Cámpora se saca una foto con un candidato no es para darle el apoyo, sino para cambiar el significado de la foto anterior”, agrega. En UyO creen que el primer objetivo está conseguido: “Más allá de cómo midan en las encuestas, hoy todos saben que no pueden llegar sin Cristina”.
En marcha el “operativo confusión”, el tiempo dirá qué grado de influencia tendrá Cristina a la hora de dar el paso decisivo.
ACTO OFICIAL CON LA REAPARICIÓN DE LA PRESIDENTA
- La presidenta Cristina Kirchner cerrará mañana como invitada especial la 62ª convención de la Cámara Argentina de la Construcción, en un evento del que también participarán como disertantes el candidato presidencial de Pro, Mauricio Macri, y ministros del gobierno nacional.
- La convención se realizará en el hotel Sheraton del barrio porteño de Retiro, donde la apertura formal se hará al mediodía con palabras del presidente de la cámara, Gustavo Weiss. La Presidenta, en su primera reaparición pública en un acto oficial tras la internación por un cuadro de sigmoiditis que la mantuvo casi un mes alejada de la Casa Rosada, realizará su exposición durante la clausura de la convención en el salón Libertador. En tanto, agrupaciones kirchneristas se convocaban este fin de semana por Internet para concentrarse en la puerta del hotel.
CAMPORISTAS EN LA INTERNA DEL OFICIALISMO
Scioli en Lanús con Julián Álvarez; Randazzo con “Wado” De Pedro en Río Gallegos; Urribarri con el “Cuervo” Larroque en Capital: las postales de los referentes camporistas con distintos postulantes del oficialismo en las últimas semanas responden a una estrategia clara: para la agrupación, la gran electora del oficialismo en 2015 debe ser la Presidenta.
Fuente: La Nación.