"El poder económico quiere desocupación de dos dígitos"
Entrevista a Hugo Yasky, titular de la CTA. El gremialista aseguró que los trabajadores “no comen vidrio y pueden expresar sus demandas sin vandalismo”.
A pocas horas de su reelección al frente de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, reiteró su reclamo contra la aplicación del Impuesto a las Ganancias en el medio aguinaldo y por un bono de fin de año. El docente defendió la orientación económica del gobierno pero advirtió que “se equivoca si piensa que la agenda social está cumplida”. Abogó por un avance legislativo contra la concentración de la economía y acusó a las gremiales opositoras de “fogonear la inestabilidad en sociedad con las empresas”.
–Esta semana el gobierno, por medio del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, desestimó los reclamos contra Ganancias en el aguinaldo y por un plus salarial de fin de año, cosa que usted había calificado a priori como un “error tremendo”. ¿Cómo analiza la posición oficial?
–La agenda gremial apunta a recuperar lo que el salario perdió este año. Si bien es cierto que todo lo que pasó desestabiliza a cualquiera, no admitimos que los trabajadores paguen el pato. Por primera vez en once años el salario quedó por debajo de la inflación, es inaceptable. Pedimos un paliativo y un puente hacia la paritaria 2015: el gobierno cometería un error si plantea que la agenda social se agotó. En el largo plazo, hay que mantener el nivel de empleo porque los grupos empresarios quieren una desocupación de dos dígitos.
–Pese a la crítica, usted mantiene las diferencias con Hugo Moyano y Pablo Micheli (jefes de la CGT Azopardo y de la CTA Autónoma, respectivamente), quienes anticipan “un diciembre difícil”.
–Hay sectores del poder que quieren un diciembre, pero también un enero y un febrero turbulentos. Pero los trabajadores no comen vidrio y pueden expresar demandas concretas y conducirlas sin ser arrastrados por el vandalismo. Por eso, tanto los gobiernos nacional como los provinciales deben ser receptivos. Hay diez provincias que ya otorgaron una cifra de fin de año, no se pide nada que desmadre la economía.
–¿El paro del transporte anunciado para el jueves y el conflicto docente bonaerense son reclamos que están en esa línea?
–Esas son demandas que no se pueden confundir con el fogoneo de la desestabilización. Hay grupos que exacerban de tal manera que terminan siendo funcionales a las clases dominantes que hablan de la cuenta regresiva del kirchnerismo. Pero esos grupos que confluyen con las corporaciones, está demostrando que no cuentan con el apoyo de los trabajadores, le ladran a la luna.
–Según la Bolsa de Comercio, entre enero y septiembre las empresas ganaron más que en todo 2013. ¿Eso es positivo porque habla de la actividad económica o negativo por lo que significa en términos de reparto de beneficios?
–Es un dato que revela que en el país todavía son los grandes grupos de la economía los que sacan tajada y ventaja de las crisis y de las convulsiones. Hay que avanzar con leyes que signifiquen límites a la capacidad especulativa, a las fugas de capitales, a la evasión de impuestos y toda la variedad de acciones cambiarias que vacían los bolsillos de los argentinos.
–¿Cuáles deben ser esas leyes?
–El gobierno tiene que avanzar con sanciones contra la patria financiera. Hay que derogar definitivamente la Ley de Entidades Financieras e ir hacia una reforma tributaria, en la que paguen más los que más tienen. Las provincias también deben impulsar esto. Es una vergüenza que en Buenos Aires pasamos a un año más de conflicto por falta de recursos y que el gobierno de (Daniel) Scioli siga postergando la reforma del sistema de revalúo fiscal de los campos. Es una manera de seguir gobernando a favor de los que más tienen.
–Cuando salieron los Precios Cuidados hubo voces sindicales que se mostraron escépticas basándose en experiencias previas. ¿Qué impacto cree que tuvo?
–Precios Cuidados terminó con el discurso de que los precios los pone el gobierno o que son consecuencia de una interacción entre la oferta y la demanda. Sin embargo, en términos del bolsillo, los resultados fueron más relativos. Hay que avanzar con políticas que den poder al sector público para evitar la remarcación de precios. A los sectores concentrados hay que sacarles el arma con la que extorsionan a los sectores populares: la remarcación, la fuga de capitales, la especulación con los productos exportables y la capacidad de generar convulsión económica.
–¿Qué aportan en ese sentido los controles cambiarios actuales?
–Con la llegada de (Alejandro) Vanoli se empezó con la acción contra las cuevas, contra el dólar paralelo, con la ley para proteger de los abusos. El camino es ese, pero hay otras iniciativas complementarias que deben aplicarse para limitar a esos grupos concentrados. El frente externo también es importante. Ante los fondos buitre el gobierno argentino tuvo una posición de defensa de la soberanía y cosechó el respaldo de la ONU, el G-77 y el G-20. Después de enero la actitud de los argentinos va a ser de respaldo creciente. Hubo quienes soñaban con una agachada del gobierno como una suerte de escarmiento ejemplificador, pero gran parte del respaldo que recuperó (la presidenta) Cristina Kirchner tiene que ver con la actitud digna con que se enfrentó a la prepotencia de los que se creen gobierno y gendarmes del mundo.
–En otro orden de cosas, ¿qué opinión le merece la postura de la Corte Suprema de Justicia?
–El poder de la Sagrada Familia Judicial aparece como un instrumento al servicio de la clases dominantes. Salvo honrosas excepciones, es indignante asistir al espectáculo bochornoso de jueces que llevan colgado el precio en el reverso de la solapa, actúan la mayoría como mercenarios, al servicio de las corporaciones y son capaces de generar acciones en las que están claramente al servicio de la desestabilización del gobierno popular. Los personajes que impidieron la Ley de Medios, Bonadio, referentes que no… Hablan de la justicia como si fuese una especie de presencia por encima del bien y del mal cuando en realidad todos sabemos que actúa al servicio del poder económico y que muchas veces simplemente lo hacen como si fueran parte de una corporación de clases.
Por la continuidad del proyecto
“Nosotros queremos que el proyecto kirchnerista tenga continuidad”, señala el titular de la CTA oficial, Hugo Yasky, consultado sobre su expectativa frente a la elección presidencial que viene. De todas formas, el dirigente advierte que esa continuidad “tampoco depende de un nombre sino de la construcción de poder que realmente garantice las correlaciones de fuerza que el campo popular necesita para seguir avanzando”. A la hora de los nombres, Yasky destacó las precandidaturas del ex canciller, Jorge Taiana, y del gobernador entrerriano, Jorge Urribarri, pero señaló que “en marzo tiene que haber esquema de unidad del que surja el nombre que nos represente a los que queremos profundizar las transformaciones”. Sobre su reelección en la CTA, destacó que “fue un acto de reparación del episodio que en 2010 frustró la puesta en práctica de la construcción con el voto”. Yasky destacó la participación de más de 200 mil afiliados: “Los afiliados dieron su voto positivo al hecho de no haber tenido una actitud distante ni neutral hacia una oposición en la que hoy claramente se identifican con la vereda de enfrente, con la Sociedad Rural, con los grupos económicos.”
Fuente: Tiempo Argentino.