El video viral que explica la importancia del consentimiento en las relaciones sexuales a través de una analogía con el mate
Algo que cambió para siempre en la sociedad argentina en el último año es la visión acerca de las relaciones sexoafectivas. Hoy se sabe que si no hay un Sí, claro y definido para tener relaciones sexuales, todo el resto es legalmente abuso o violación, aunque no haya habido coerción ni amenazas.
En “El acertijo de la violación por engaño y el mito de la autonomía sexual”, Jed Rubenfeld, profesor de derecho en la Facultad de Derecho de Yale, escribe que tener relaciones sexuales con una persona que no ha dado su consentimiento para el acto es una violación. Siempre. Sin excepciones.
¿Entonces, qué es el consentimiento? ¿Hay que dejarlo por escrito? No, no hace falta. Lo que hace falta es entenderlo. Para eso este video que hace una analogía con tomar un mate puede ayudar.
Lo que suelen comentar las víctimas de abuso, cuando logran romper el silencio es que muchas veces no hubo violencia, y no lograban interpretar lo que estaba sucediendo en el momento del hecho. Por otro lado los perpetradores suelen argumentar que ellas quisieron porque no dijeron que no, que de algún modo ellas consintieron aunque no estuviera muy claro cómo ni en qué momento. Esto tiene que ver con que la falta de consentimiento explícito puede ser malinterpretada hacia un sí o hacia un no, en una zona gris que para muchos, especialmente quienes se inician en el mundo de las relaciones sexoafectivas o quienes fueron criados en una cultura machista, no saben decodificar.
¿Qué significa esto? ¿Que si uno entendió mal y siguió adelante sin preguntarle a la persona si estaba de acuerdo, entonces no hubo abuso? No, significa que te convertís en un abusador. ¿Qué es lo que para tantas gente es tan difícil de entender? “Hay nos que son sí”, “No me dijiste no entonces pensé que querías”, “Dale, qué te cuesta”, “Dale, yo sé que vos querés” y frases por el estilo solo tienen la intención de manipular la voluntad del otro y torcerla y lograr que se rinda ante la propia.
Es consentimiento si:
– Es entusiasta.
– Una persona pronuncia con claridad la palabra Sí.
– Se da con libertad.
– Es activo (no es algo que uno asume que sí porque no dijo que no).
No es consentimiento si:
– Una persona simplemente está “cediendo” o está siendo presionada.
– Una persona se siente insegura diciendo que no.
– Una persona está borracha o drogada.
– Una de las personas es menor de edad.
– Una persona está en una posición subordinada con respecto de la otra persona (por ejemplo, un maestro-alumno, un entrenador-deportista, un supervisor -empleado).