Cómo funciona el Fairphone 3, el “eco-celular” con materiales reciclados para cuidar al medio ambiente
Fairphone es un fabricante de celulares con muchísima menos fama que Samsung, Huawei y Apple, por mencionar a los tres mayores vendedores del sector. Pero el nombre de esa empresa con sede en Ámsterdam, en los Países Bajos, resuena esta semana con más fuerza por la presentación de su tercer teléfono.
El nombre del producto es liso y llano, Fairphone 3. Igual que sus antecesores (el primero de la serie fue anunciado en 2013) se destaca por su ánimo justiciero. De hecho, su mote puede ser traducido al español como “teléfono justo”. En concreto, se trata de un producto que busca generar el menor impacto negativo en la comunidad y en el medio ambiente.
A continuación te contamos cuáles son las características de este bicho raro en el negocio móvil y en qué aspectos se diferencia de otros teléfonos, que no son tan “justos” como él.
Gama media, modular y ecológico
En coherencia con los equipos que sucede, el Fairphone 3 es un teléfono con especificaciones de gama media. Tiene una pantalla de 5.65 pulgadas con resolución de 2160 x 1080 píxeles y protección Gorilla Glass 5, se potencia con un procesador Qualcomm Snapdragon 632 y con 4GB de RAM, tiene 64GB para almacenamiento interno expandible vía microSD, y llega corriendo con Android 9.
Con un peso que ronda los 188 gramos, tiene además una batería de 3,060mAh, y cámaras de 12MP al dorso y de 8MP en la cara frontal. Como vemos la ficha técnica no muestra nada excepcional, pero esa percepción cambia al examinar el celular con mayor detenimiento.
Para comenzar la batería es reemplazable, lo que ya no es habitual en este negocio. Eso es parte de una filosofía más general en el teléfono, que tiene características modulares. Es decir, algunos de sus componentes pueden ser reemplazados por el usuario, sin necesidad de contar con conocimientos técnicos.
Con eso en vista, el fabricante dice que el smartphone puede ser desmontado en forma sencilla… y de hecho incluyen un pequeño destornillador en la caja. Además, el panel posterior es traslúcido y permite observar los componentes internos.
Aquella idea suena interesante, pero nunca se afianzó en el sector. Compañías como Google y LG, entre otras, hicieron sus respectivos intentos para colocar en el mercado equipos que puedan ser reparados o actualizados sin inconvenientes, pudiendo intercambiar elementos en ellos.
Por ejemplo, la telefonía modular permite usar una mejor batería, cambiándola, sin que sea necesario comprar un equipo totalmente nuevo. O, si acaso un componente se daña, reemplazarlo en forma independiente al resto del equipo. Pero más allá de algunos productos de Motorola que cuentan con accesorios acoplables, esas propuestas no se consolidaron.
